Nuevo programa informático permite sustituir al jefe por un ordenador

La herramienta es capaz de delegar tareas en trabajadores humanos a través de plataformas de crowdsourcing


Investigadores de la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos, han desarrollado el primer sistema basado en crowdsourcing totalmente automático, al incluir de forma novedosa tareas propias de un jefe como gestionar a los trabajadores, mandarles trabajos, aceptarlos o rechazarlos y hacer los pagos. Bautizada como AutoMan, el objetivo de la herramienta es mejorar el rendimiento del crowdsourcing, favoreciendo la creación de una nueva clase de empleos que podría convertirse en un sector emergente de la economía mundial. Por Patricia Pérez.


Patricia Pérez
12/12/2012

El reconocimiento de matrículas es una tarea habitual de crowdsourcing. Fuente: UMASS
A pesar de los continuos avances en Inteligencia Artificial (IA), los ordenadores siguen con complicaciones para completar tareas que resultan de gran facilidad para el hombre, como leer la matrícula de un coche o entender el sentido de la ironía o de un chiste. Para salvar este escollo cada vez es más habitual el uso de plataformas de crowdsourcing, donde se aprovechan las posibilidades que brindan las tecnologías web 2.0. para que la multitud pueda colaborar.

Sin embargo, la utilidad de estos métodos también es limitada, pues al no estar totalmente automatizados existen dificultades para dirigir tareas complejas o interrelacionadas. En otras palabras, falta un jefe que organice y dé el visto bueno al trabajo. En este propósito trabajan los investigadores de la Universidad de Massachusetts (UMASS), en Estados Unidos, que han desarrollado Automan.

“Preferiría tener como jefe a un ordenador que a un imbécil”, afirma contundente Daniel Barowy en un artículo publicado en Newscientist. Este informático de la UMASS ha creado junto a su equipo el primer sistema totalmente automático capaz de delegar tareas en trabajadores humanos a través de plataformas de crowdsourcing como Mechanical Turk de Amazon.

El funcionamiento de esta web es sencillo: una serie de empresas o usuarios (llamados requesters) suben a la plataforma diferentes tipos de pequeñas tareas. Los usuarios trabajadores (o workers) hacen esos encargos, y cuando los requesters verifican que se han ejecutado de forma correcta, remuneran económicamente a quienes hayan tomado parte en el trabajo.

Con Automan se completa el círculo, pues el software está diseñado para gestionar a los trabajadores, mandar trabajos, aceptarlos o rechazarlos y efectuar los pagos. “Estamos reemplazando los jefes de carne y hueso por ordenadores”, destaca Barowy.

Garantía de calidad

Para el investigador se trata de un nuevo tipo de computación. “Esto cambia el tipo de cosas que se pueden hacer”, añade.

Y es que hasta ahora hay que planificar a los trabajadores para reducir la latencia, lo que supone un desembolso económico, además de monitorear y reprogramar las tareas cuando no se completan o se hace de forma errónea.

Esto sin contar la dificultad para predecir el tiempo y dinero que se debe presupuestar para una tarea específica.

Por el contrario, la garantía de calidad es la contribución más importante que aporta el nuevo software. “Sin un mecanismo para dirigir la calidad del rendimiento de los trabajadores, no es posible la automatización completa”, destaca Barowy.

A diferencia de las plataformas de crowdsourcing, AutoMan no intenta predecir la fiabilidad de sus trabajadores en base a actuaciones anteriores. En cambio, si no está seguro de haber obtenido la respuesta correcta, sigue publicando la misma tarea, aumentando cada vez la remuneración, hasta estar seguro de que se llevará a cabo
Otra forma de verlo es que aporta la visión interesante, creativa o divertida de los usuarios, algo difícil de conseguir con una máquina. “Aúna realmente lo mejor de ambos mundos. El ordenador hace el trabajo sucio”, señala Barowy.

Por supuesto, el trabajo humano no es gratuito. Cada desarrollador de aplicación presentará un presupuesto a AutoMan, que será programado para mantener costos bajos. Las respuestas rápidas o de alta calidad costarán más, pero el sistema gestionará todo esto de forma automática. El objetivo es que el cualquier usuario de un software híbrido no sepa si está interactuando con una máquina, con personas, o con ambos a la vez.

Por otra parte, los investigadores también han tenido en cuenta a los trabajadores, y a cómo se sentirán al recibir órdenes directamente de un ordenador. Hasta el momento, en las pruebas con Mechanical Turk, Barowy ha recibido una respuesta positiva. Y es que cuando un jefe rechaza un trabajo, puede parecer algo personal o injusto, algo que no ocurre con AutoMan. “Al personal le terminó gustando el sistema porque es imparcial”, reconoce el informático.

Esquema de la ejecución real de Automan. Fuente: UMASS
Universalización del software

El equipo presentó el trabajo en la conferencia OOPSLA en Tucson, Estados Unidos, el mes pasado. Se trata de un foro anual organizado por ACM donde se dan a conocer las mejores ideas para optimizar el desarrollo de software.

“Cualquier programador puede hacerse con este sistema y utilizarlo”, dijo al respecto Michael Bernstein, de la Universidad de Stanford en California, quien lo definió como una herramienta “muy poderosa”. Bernstein es un estudioso de la materia, y ha desarrollado sus propios sistemas informáticos híbridos como Soylent, un procesador de texto que utiliza crowdworkers para editar el texto.

En concreto, AutoMan podría utilizarse en aplicaciones como VizWiz, que permite a las personas ciegas tomar una foto de su entorno y recibir una descripción de la escena. El algoritmo podría incorporarse a esta aplicación, enviar las fotos a crowdworkers, que eligieran las descripciones correctas y enviarlas de vuelta al usuario.

El equipo de Barowy espera que su sistema popularice aún más si cabe el crowdsourcing, convirtiéndolo en una corriente dominante que permita a un software delegar tareas en trabajadores por todo el mundo. “AutoMan podría incluso ayudar al crecimiento de una nueva clase de trabajo que diera lugar a un nuevo sector de la economía mundial", augura Emery Berger, otro miembro del equipo también de la UMASS.



Patricia Pérez
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