Nueva investigación sobre el sacrificio de animales por creencias religiosas

Para los creyentes del candomblé, estos rituales posibilitan la conexión entre el mundo material y el sobrenatural


La práctica del sacrificio de animales ha estado y está presente en diversas culturas, siendo fundamental en muchas religiones, entre ellas el judaísmo, el cristianismo y el Islam. A pesar de ello, los análisis del significado y la utilización de los animales en los rituales de sacrificio desde un punto de vista científico son escasos. Ahora, investigadores de la Universidade Estadual da Paraba, en Brasil, han estudiado este aspecto de una religión de origen africano muy extendida en Sudamérica: el candomblé. Por Yaiza Martínez.


09/09/2009

Altar de candomblé en Pernambuco. Fuente: Wikimedia Commons.
Científicos de la Universidade Estadual da Paraba, en Brasil, han publicado recientemente un estudio en el Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine sobre el candomblé, una religión que, practicada principalmente en Brasil y otros países de Sudamérica, tiene su origen en las creencias que los esclavos africanos llevaron a América a partir del siglo XVII.

El candomblé hoy día integra elementos del catolicismo, de religiones africanas e incluso de algunas fés indígenas de América, por lo que presenta una gran diversidad de prácticas litúrgicas y de deidades a las que rendir culto.

A pesar de esta diversidad, en el candomblé resultan esenciales los festejos dedicados a los dioses, y en estos, principalmente, se realizan ceremonias de sacrificios y ofrendas. Hasta ahora, se habían recogido datos sobre los rituales de sacrificio de los sacerdotes y seguidores de esta religión, pero poco se sabía de los animales utilizados en dichos sacrificios, y de su simbolismo.

Para tratar de reparar esta carencia, los investigadores, dirigidos por el científico de la Universidade Estadual da Paraba, Nivaldo Léo Neto, realizaron entrevistas a sacerdotes, sacerdotisas y seguidores del candomblé.

Sacrificios y peticiones

La práctica del sacrificio está presente en diversas culturas, y es fundamental en muchas religiones, entre ellas el judaísmo, el cristianismo y el Islam.

En todas las civilizaciones, la función del sacrificio ha sido similar: ha servido (y sirve) para ganar o mantener una conexión con la divinidad mediante la renuncia a algo valioso, con la finalidad de obtener protección o implorar favor.

Incluso el sacrificio humano fue común en algunas civilizaciones antiguas, como la egipcia, la china o la azteca, explican los investigadores. Así, los indios aztecas creían que se debía prevenir la destrucción de la Tierra, mediante la ofrenda de corazones y sangre humanos al dios del sol, para que el sol volviera a salir cada día.

En el estudio realizado, se constató que, hoy día, los adeptos del candomblé utilizan un total de 29 especies animales distintas en los rituales de sacrificio, a los que se denomina "Orô". Los animales son sacrificados y ofrecidos a sus deidades, conocidas como orishas, para conseguir prosperidad para toda la vida.

Los adeptos y sacerdotes del candomblé creen que la esencia del animal sacrificado “alimenta” a una de las deidades u orishas, que en agradecimiento atenderá las peticiones o deseos del creyente (curación de enfermedades, resolución de problemas personales o económicos, etc.).

Conexión entre el mundo material y el sobrenatural

Según los científicos, por otro lado, los sacrificios tienen en el contexto del candomblé un propósito litúrgico: alimentar el sentimiento espiritual de los seguidores de esta religión. Este sentimiento les supone mantener un vínculo perfecto con sus dioses, y una conexión entre el mundo material (Aiyê) y el mundo sobrenatural (Orun).

En este contexto, la selección de animales destinados al sacrificio no se hace al azar. Según declaraciones de Léo Neto aparecidas en Eurekalert, concretamente, “los animales domésticos son los preferidos para los sacrificios, dado que a menudo los animales salvajes son considerados sagrados por los propios seguidores de la religión, o se encuentran protegidos por leyes medioambientales”.

Aún así, algunas veces los sacrificios sí se hacen con animales salvajes. Pero, de las especies utilizadas, sólo una de ellas se encuentra en peligro de extinción: un tipo de tortuga Geochelone. A pesar de todo, Léo Neto afirma que estas prácticas –comparadas con muchas otras acciones humanas contra la vida salvaje - no suponen un peligro para las especies.

Pervivencia hasta la actualidad

El estudio fue realizado en Caruaru, municipio brasileño del estado de Pernambuco y en Campina Grande, ciudad del estado de Paraíba, entre agosto de 2007 y junio de 2008.

En él fueron entrevistados un total de 11 sacerdotes y sacerdotisas, que celebraban sus rituales en los “terreiros” o espacios destinados a los rituales del candomblé. Estos rituales fueron observados y registrados en fotografías por los científicos.

Por otro lado, las 29 especies utilizadas para los sacrificios fueron divididas en cinco grupos: moluscos, anfibios, reptiles, pájaros y mamíferos, siendo los de este último grupo los animales más utilizados.

Según los investigadores, el estudio fue realizado porque el valor de los animales para la alimentación, los ingresos o la medicina es a menudo reconocido y registrado. Sin embargo, su importancia en el contexto religioso es bastante ignorada.

La incorporación de animales en las prácticas religiosas y culturales de larga duración, como la del candomblé, significa que el valor espiritual de muchas especies se ha mantenido a lo largo de la historia, perviviendo hasta nuestros días.

El candomblé fue confinado originalmente a los esclavos, prohibido por la Iglesia Católica, y hasta criminalizado por algunos gobiernos. A pesar de todo, prosperó durante cuatro siglos y se expandió notablemente desde el fin de la esclavitud en 1888.

Hoy es una de las principales religiones establecidas, con seguidores de todas las clases sociales y decenas de miles de templos. En censos recientes aproximadamente tres millones de brasileños (1,5% de las población total) declararon el candomblé como su religión.

En Salvador de Bahía existen 2.230 terreiros registrados en la Federación Baiana de Cultos Afro-brasileños. Además, en la cultura brasileña las religiones no se ven como exclusivas y según algunas organizaciones culturales afro-brasileñas hasta 70 millones de personas participan en rituales del candomblé, regularmente u ocasionalmente.



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