Algunas crisis epilépticas agudas y persistentes llevan a los médicos a tomar la decisión de practicar una callosotomía, operación quirúrgica que consiste en seccionar o cortar la parte del cerebro que une los dos hemisferios.
Cuando se produce la callosotomía, alrededor de 200 millones de conexiones neuronales se interrumpen y de esta forma, cuando una crisis epiléptica se plantea en uno de los dos hemisferios cerebrales, no tiene posibilidades de alcanzar al otro hemisferio.
Es una práctica médica que se remonta a los años sesenta y que ha puesto de manifiesto, en los pacientes que la han sufrido, varias constataciones: por lo general, estos pacientes se comportan de manera normal después de la callosotomía.
No obstante, también se ha constatado que estas personas se desenvuelven mejor que las personas normales cuando tienen que hacer dos tareas al mismo tiempo, como si una parte del cerebro ignorara lo que hace la otra parte (debido a la desconexión practicada entre los dos hemisferios).
Un nuevo estudio aparecido en Proceedings arroja nueva luz sobre esta cuestión, al plantearse si sería posible en la vida cotidiana, temporalmente y sin cirugía, partir en dos al cerebro (de forma figurada) y realizar tareas complejas separadas, sin comunicación entre ellas.
Para conseguirlo realizaron un experimento con voluntarios que conducían un coche virtual, al mismo tiempo que sus encéfalos eran escaneados como imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf), un procedimiento que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada.
Conciencia compartida
Fueron un total de 13 voluntarios experimentados en la conducción automovilística los que se situaron al frente de un volante virtual. Mientras ellos hacían diferentes trayectos en el interior de un túnel, se les propusieron dos sonidos diferentes: la voz del GPS indicándole la ruta y sus variables, o bien una aparente emisora de radio que ofrecía extractos de noticias recientes sin relación con la conducción.
Aunque la voz era la misma en ambos formatos (GPS e información), en el primer caso los mensajes tenían que ver con el proceso de conducir, mientras que la segunda voz no tenía nada que ver con la conducción.
Entonces descubrieron que las tareas de conducción y de audición activaban distintas regiones del cerebro: la conexión entre los dos hemisferios cerebrales era mejor cuando escuchaban la información del GPS que cuando los conductores escuchaban otras noticias.
Es decir, cuando la voz del GPS estaba ayudando a los participantes a conducir ("tarea integrada"), los dos hemisferios cerebrales estaban funcionando con un alto grado de conectividad.
Sin embargo, cuando los conductores estaban concentrados en el programa de radio ("tarea dividida"), las dos redes de neuronas se desconectaban y funcionaban de forma independiente.
En esta situación, la comunicación de información entre las redes neuronales de ambos hemisferios era nula, se interrumpía. Según explican los investigadores, un hemisferio quedaba desconectado del otro hemisferio, sin necesidad de callosotomía.
Los investigadores explican que la experiencia de percibir simultáneamente dos canales auditivos con información diferente, puede inducir una desconexión funcional y no traumática entre los dos hemisferios cerebrales.
Los investigadores consideran que, a tenor de esta investigación, se constata que el cerebro puede partirse en dos en el momento de realizar tareas diferentes. Se trata de una interrupción temporal y espontánea.
Eso quiere decir que cuando hacemos dos cosas a la vez, en el caso del experimento escuchar la radio mientras conducimos, el cerebro se organiza en dos redes neuronales que son funcionalmente independientes, como si temporalmente tuviéramos dos cerebros paralelos.
Cuando se produce la callosotomía, alrededor de 200 millones de conexiones neuronales se interrumpen y de esta forma, cuando una crisis epiléptica se plantea en uno de los dos hemisferios cerebrales, no tiene posibilidades de alcanzar al otro hemisferio.
Es una práctica médica que se remonta a los años sesenta y que ha puesto de manifiesto, en los pacientes que la han sufrido, varias constataciones: por lo general, estos pacientes se comportan de manera normal después de la callosotomía.
No obstante, también se ha constatado que estas personas se desenvuelven mejor que las personas normales cuando tienen que hacer dos tareas al mismo tiempo, como si una parte del cerebro ignorara lo que hace la otra parte (debido a la desconexión practicada entre los dos hemisferios).
Un nuevo estudio aparecido en Proceedings arroja nueva luz sobre esta cuestión, al plantearse si sería posible en la vida cotidiana, temporalmente y sin cirugía, partir en dos al cerebro (de forma figurada) y realizar tareas complejas separadas, sin comunicación entre ellas.
Para conseguirlo realizaron un experimento con voluntarios que conducían un coche virtual, al mismo tiempo que sus encéfalos eran escaneados como imágenes por resonancia magnética funcional (IRMf), un procedimiento que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada.
Conciencia compartida
Fueron un total de 13 voluntarios experimentados en la conducción automovilística los que se situaron al frente de un volante virtual. Mientras ellos hacían diferentes trayectos en el interior de un túnel, se les propusieron dos sonidos diferentes: la voz del GPS indicándole la ruta y sus variables, o bien una aparente emisora de radio que ofrecía extractos de noticias recientes sin relación con la conducción.
Aunque la voz era la misma en ambos formatos (GPS e información), en el primer caso los mensajes tenían que ver con el proceso de conducir, mientras que la segunda voz no tenía nada que ver con la conducción.
Entonces descubrieron que las tareas de conducción y de audición activaban distintas regiones del cerebro: la conexión entre los dos hemisferios cerebrales era mejor cuando escuchaban la información del GPS que cuando los conductores escuchaban otras noticias.
Es decir, cuando la voz del GPS estaba ayudando a los participantes a conducir ("tarea integrada"), los dos hemisferios cerebrales estaban funcionando con un alto grado de conectividad.
Sin embargo, cuando los conductores estaban concentrados en el programa de radio ("tarea dividida"), las dos redes de neuronas se desconectaban y funcionaban de forma independiente.
En esta situación, la comunicación de información entre las redes neuronales de ambos hemisferios era nula, se interrumpía. Según explican los investigadores, un hemisferio quedaba desconectado del otro hemisferio, sin necesidad de callosotomía.
Los investigadores explican que la experiencia de percibir simultáneamente dos canales auditivos con información diferente, puede inducir una desconexión funcional y no traumática entre los dos hemisferios cerebrales.
Los investigadores consideran que, a tenor de esta investigación, se constata que el cerebro puede partirse en dos en el momento de realizar tareas diferentes. Se trata de una interrupción temporal y espontánea.
Eso quiere decir que cuando hacemos dos cosas a la vez, en el caso del experimento escuchar la radio mientras conducimos, el cerebro se organiza en dos redes neuronales que son funcionalmente independientes, como si temporalmente tuviéramos dos cerebros paralelos.
¿Y la conciencia?
Los investigadores se preguntan si la conciencia del sujeto también se divide cuando se interrumpe la conexión entre los dos hemisferios, favoreciendo una de las dos tareas simultáneas, en este caso la de conducir o la de escuchar noticias.
La pregunta es: ¿cuando conducimos escuchando la radio entra en escena el piloto automático (uno de los dos hemisferios), mientras que la conciencia se concentra en la otra actividad (escuchar las noticias)?
Aunque no es concluyente al respecto, el estudio da entender que efectivamente puede ser así, ya que los conductores del experimento mejoraban su concentración cuando escuchaban el GPS, al mismo tiempo que esta concentración se degradaba cuando prestaban atención a las noticias.
O tal vez la conciencia se divida en dos corrientes que coexisten ambas dentro del cerebro, como se pone de manifiesto después de una callosotomía. La información integrada se considera esencial para la conciencia, pero el experimento demuestra que es compatible con una división cerebral asociada a una duplicidad de tareas simultáneas.
Los investigadores se preguntan si la conciencia del sujeto también se divide cuando se interrumpe la conexión entre los dos hemisferios, favoreciendo una de las dos tareas simultáneas, en este caso la de conducir o la de escuchar noticias.
La pregunta es: ¿cuando conducimos escuchando la radio entra en escena el piloto automático (uno de los dos hemisferios), mientras que la conciencia se concentra en la otra actividad (escuchar las noticias)?
Aunque no es concluyente al respecto, el estudio da entender que efectivamente puede ser así, ya que los conductores del experimento mejoraban su concentración cuando escuchaban el GPS, al mismo tiempo que esta concentración se degradaba cuando prestaban atención a las noticias.
O tal vez la conciencia se divida en dos corrientes que coexisten ambas dentro del cerebro, como se pone de manifiesto después de una callosotomía. La información integrada se considera esencial para la conciencia, pero el experimento demuestra que es compatible con una división cerebral asociada a una duplicidad de tareas simultáneas.
Referencia
Functional split brain in a driving/listening paradigm. PNAS, vol. 113 no. 50, 14444-14449.
DOI10.1073/pnas.1613200113
Functional split brain in a driving/listening paradigm. PNAS, vol. 113 no. 50, 14444-14449.
DOI10.1073/pnas.1613200113