Imagen: domeckopol. Fuente: Pixabay.
El cerebro está compuesto por miles de millones de neuronas, células que se comunican entre sí mediante impulsos eléctricos creando, sobre todo en la niñez y adolescencia, conexiones que nos hacen capaces de reconocer patrones, adquirir habilidades... resumiendo, nos hacen capaces de aprender y de pensar.
Si queremos un cerebro sano hemos de cuidarlo, principalmente durmiendo las horas necesarias y haciendo ejercicio físico. El uso de juegos de entrenamiento mental ha demostrado cierta eficacia en este sentido, pero sus beneficios llegan después de meses de trabajo.
Asimismo, existen sustancias que mejoran el rendimiento intelectual, como la cafeína, pero todas ellas tienen efectos secundarios indeseables.
Una alternativa tecnológica
La electroestimulación cerebral, por su parte, es una tecnología en la que muchos investigadores han trabajado en los últimos años, consiguiendo resultados realmente significativos en la mejora del funcionamiento cerebral.
Con esta técnica, por ejemplo, puede aumentarse el rendimiento del cerebro en aspectos como la capacidad motora, la masa muscular, la memoria a corto plazo, la atención o el cálculo matemático.
Diversos estudios científicos han demostrado una mejora de hasta el 65% en estas capacidades gracias a la electroestimulación cerebral, hasta el punto de que esta tecnología puede mejorar el cerebro de una persona de 50 años de edad para hacerlo funcionar como el de una de 25.
Por otra parte, se sabe que la electroestimulación cerebral puede paliar los síntomas de trastornos relacionados con el cerebro: derrame cerebral, Alzheimer, depresión, dolor crónico. Así, aunque esta tecnología por sí misma no puede curar ninguna de estas dolencias, sí puede ayudar a ralentizar su desarrollo.
Si queremos un cerebro sano hemos de cuidarlo, principalmente durmiendo las horas necesarias y haciendo ejercicio físico. El uso de juegos de entrenamiento mental ha demostrado cierta eficacia en este sentido, pero sus beneficios llegan después de meses de trabajo.
Asimismo, existen sustancias que mejoran el rendimiento intelectual, como la cafeína, pero todas ellas tienen efectos secundarios indeseables.
Una alternativa tecnológica
La electroestimulación cerebral, por su parte, es una tecnología en la que muchos investigadores han trabajado en los últimos años, consiguiendo resultados realmente significativos en la mejora del funcionamiento cerebral.
Con esta técnica, por ejemplo, puede aumentarse el rendimiento del cerebro en aspectos como la capacidad motora, la masa muscular, la memoria a corto plazo, la atención o el cálculo matemático.
Diversos estudios científicos han demostrado una mejora de hasta el 65% en estas capacidades gracias a la electroestimulación cerebral, hasta el punto de que esta tecnología puede mejorar el cerebro de una persona de 50 años de edad para hacerlo funcionar como el de una de 25.
Por otra parte, se sabe que la electroestimulación cerebral puede paliar los síntomas de trastornos relacionados con el cerebro: derrame cerebral, Alzheimer, depresión, dolor crónico. Así, aunque esta tecnología por sí misma no puede curar ninguna de estas dolencias, sí puede ayudar a ralentizar su desarrollo.
Mejora de las habilidades físicas
Ahora, una empresa californiana llamada Halo Neuroscience ha lanzado al mercado unos auriculares con la capacidad de electroestimular de forma inalámbrica el cerebro, para aumentar la capacidad de aprendizaje de habilidades físicas.
En concreto, el dispositivo propicia esos momentos brillantes del cerebro que de vez en cuando se tienen (como cuando conseguimos montar en bici por primera vez, cuando en el último minuto de partido, con sangre fría, anotamos un gol decisivo...), así como evitar esos otros momentos de bloqueo mental (cuando, sin saber por qué, no consigues sobrepasar la red en un partido de tenis o no consigues tocar aro al lanzar un tiro a canasta).
Los auriculares activan una zona del cerebro llamada corteza motora, que forma parte de la corteza cerebral y que se encarga de los movimientos conscientes. Cuanto mejor funciona esta área cerebral, más rápido aprendemos habilidades físicas.
Resultados obtenidos
Los auriculares han permitido alcanzar resultados satisfactorios en pruebas realizadas en dos escenarios distintos. Por un lado, se han probado con un equipo estadounidense de salto de esquí.
En el experimento hecho en este caso, los deportistas entrenaron usando dichos auriculares. Gracias a eso, se obtuvo una mejora del 31% en propulsión en el salto y del 25% en estabilidad del mismo.
El segundo experimento fue realizado en el centro de alto rendimiento Michael Johnson Performance de EEUU. En él, los atletas sometidos a la prueba consiguieron una mejora de alrededor de un 12% en distintas disciplinas.
Ahora, una empresa californiana llamada Halo Neuroscience ha lanzado al mercado unos auriculares con la capacidad de electroestimular de forma inalámbrica el cerebro, para aumentar la capacidad de aprendizaje de habilidades físicas.
En concreto, el dispositivo propicia esos momentos brillantes del cerebro que de vez en cuando se tienen (como cuando conseguimos montar en bici por primera vez, cuando en el último minuto de partido, con sangre fría, anotamos un gol decisivo...), así como evitar esos otros momentos de bloqueo mental (cuando, sin saber por qué, no consigues sobrepasar la red en un partido de tenis o no consigues tocar aro al lanzar un tiro a canasta).
Los auriculares activan una zona del cerebro llamada corteza motora, que forma parte de la corteza cerebral y que se encarga de los movimientos conscientes. Cuanto mejor funciona esta área cerebral, más rápido aprendemos habilidades físicas.
Resultados obtenidos
Los auriculares han permitido alcanzar resultados satisfactorios en pruebas realizadas en dos escenarios distintos. Por un lado, se han probado con un equipo estadounidense de salto de esquí.
En el experimento hecho en este caso, los deportistas entrenaron usando dichos auriculares. Gracias a eso, se obtuvo una mejora del 31% en propulsión en el salto y del 25% en estabilidad del mismo.
El segundo experimento fue realizado en el centro de alto rendimiento Michael Johnson Performance de EEUU. En él, los atletas sometidos a la prueba consiguieron una mejora de alrededor de un 12% en distintas disciplinas.