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La meditación es una práctica que permite a las personas entrenar la mente para promover la relajación y concentrar la atención.
Su campo de implantación ha salido de los reducidos círculos iniciales, donde se la consideraba una práctica medio religiosa, hasta llegar a las escuelas, universidades y empresas, totalmente desprovista de otro significado que el de la salud física y mental.
Según datos de 2017 recogidos por la web especializada The Good Body, entre 200 millones y 500 millones de personas meditan regularmente en todo el mundo buscando aumentar su bienestar.
Solo en Estados Unidos, su práctica se ha triplicado desde 2012. Según Pew Research Center, el 40 por ciento de los estadounidenses dice que medita al menos una vez a la semana.
La Fundación del cineasta David Lynch ha extendido la Meditación Trascendental a más de un millón de niños de zonas urbanas en 35 países, según Global Wellness.
Estudios impulsores
Diversos estudios (unos 600 en total) han puesto de manifiesto sus beneficios mentales y sociales, así como las ventajas que representa para el control del estrés.
Una investigación desarrollada en el Instituto Max Planck de Alemania en 2017 estableció que la práctica de la meditación modifica las zonas del cerebro vinculadas a la atención, las competencias socio-afectivas y socio-cognitivas.
En 2010, otro estudio no menos significativo analizó por primera vez el impacto de tres tipos de meditación en las ondas cerebrales eléctricas, cuyas frecuencias se correlacionan con un estado de conciencia diferente.
Según el Instituto de Salud de Estados Unidos NIH, existen muchos tipos de meditación, pero la mayoría tienen cuatro elementos en común.
Estos cuatro puntos son: un lugar tranquilo, una postura concreta y cómoda, un foco de atención y una actitud abierta.
Irrupción tecnológica
La tecnología también ha irrumpido en este campo, añadiendo nuevos escenarios a la práctica de la meditación. Su lema: medite todos los días con el mismo dispositivo que lo estresa.
Tal como informa la revista Dell Techonologies, tanto los dispositivos móviles como la realidad virtual ofrecen nuevas posibilidades a los practicantes de la meditación.
También se han incorporado a este mercado una serie de soluciones tecnológicas que utilizan elementos como la biorretroalimentación, el seguimiento de EEG (onda cerebral), la estimulación transcraneal con corriente directa (tDCS) y otras mediciones biométricas.
Otra tecnología incorporada piratea el cerebro para producir estados de meditación sin la necesidad de meditar.
Objetivo común: impulsar y profundizar las prácticas de meditación y optimizar y personalizar la experiencia en tiempo real.
Implantación en empresas
Empresas como General Electric, LinkedIn, Adobe y Roche Diagnostics están adoptando las tecnologías de atención plena y meditación y ofreciéndolas como beneficios a sus empleados con la esperanza de reducir la ansiedad en el lugar de trabajo.
Son solo un ejemplo. Google y Deutsche Bank han decidido también invertir en formación de prácticas de meditación y Mindfulness para sus empleados.
Apple designó a las aplicaciones móviles de bienestar mental y atención plena, como la primera tendencia de aplicaciones a desarrollar en 2018.
La orientación empresarial de la práctica de la meditación es clara vez más nítida.
Su campo de implantación ha salido de los reducidos círculos iniciales, donde se la consideraba una práctica medio religiosa, hasta llegar a las escuelas, universidades y empresas, totalmente desprovista de otro significado que el de la salud física y mental.
Según datos de 2017 recogidos por la web especializada The Good Body, entre 200 millones y 500 millones de personas meditan regularmente en todo el mundo buscando aumentar su bienestar.
Solo en Estados Unidos, su práctica se ha triplicado desde 2012. Según Pew Research Center, el 40 por ciento de los estadounidenses dice que medita al menos una vez a la semana.
La Fundación del cineasta David Lynch ha extendido la Meditación Trascendental a más de un millón de niños de zonas urbanas en 35 países, según Global Wellness.
Estudios impulsores
Diversos estudios (unos 600 en total) han puesto de manifiesto sus beneficios mentales y sociales, así como las ventajas que representa para el control del estrés.
Una investigación desarrollada en el Instituto Max Planck de Alemania en 2017 estableció que la práctica de la meditación modifica las zonas del cerebro vinculadas a la atención, las competencias socio-afectivas y socio-cognitivas.
En 2010, otro estudio no menos significativo analizó por primera vez el impacto de tres tipos de meditación en las ondas cerebrales eléctricas, cuyas frecuencias se correlacionan con un estado de conciencia diferente.
Según el Instituto de Salud de Estados Unidos NIH, existen muchos tipos de meditación, pero la mayoría tienen cuatro elementos en común.
Estos cuatro puntos son: un lugar tranquilo, una postura concreta y cómoda, un foco de atención y una actitud abierta.
Irrupción tecnológica
La tecnología también ha irrumpido en este campo, añadiendo nuevos escenarios a la práctica de la meditación. Su lema: medite todos los días con el mismo dispositivo que lo estresa.
Tal como informa la revista Dell Techonologies, tanto los dispositivos móviles como la realidad virtual ofrecen nuevas posibilidades a los practicantes de la meditación.
También se han incorporado a este mercado una serie de soluciones tecnológicas que utilizan elementos como la biorretroalimentación, el seguimiento de EEG (onda cerebral), la estimulación transcraneal con corriente directa (tDCS) y otras mediciones biométricas.
Otra tecnología incorporada piratea el cerebro para producir estados de meditación sin la necesidad de meditar.
Objetivo común: impulsar y profundizar las prácticas de meditación y optimizar y personalizar la experiencia en tiempo real.
Implantación en empresas
Empresas como General Electric, LinkedIn, Adobe y Roche Diagnostics están adoptando las tecnologías de atención plena y meditación y ofreciéndolas como beneficios a sus empleados con la esperanza de reducir la ansiedad en el lugar de trabajo.
Son solo un ejemplo. Google y Deutsche Bank han decidido también invertir en formación de prácticas de meditación y Mindfulness para sus empleados.
Apple designó a las aplicaciones móviles de bienestar mental y atención plena, como la primera tendencia de aplicaciones a desarrollar en 2018.
La orientación empresarial de la práctica de la meditación es clara vez más nítida.
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Ejemplo revolucionario
Un ejemplo de esta tecnología es la aplicación Simple Habit, que cuenta con 4,5 millones de usuarios y ofrece más de 2.000 meditaciones guiadas que varían en duración de 5 minutos a 20 minutos.
Incluso tiene una función más rápida, de un minuto solamente, para ayudar a los usuarios a calmar sus nervios en momentos puntuales de estrés.
Aunque tiene una parte gratuita, ofrece la posibilidad de adquirir servicios complementarios a bajo precio (modelo freemium, similar a Spotify).
En el menú se ofrecen meditaciones guiadas para síntomas específicos, como sueño, estrés, ansiedad y depresión, así como meditaciones guiadas para situaciones específicas de la vida, como desplazamientos o hablar en público.
Otra aplicación desarrollada en la Universidad de California en San Francisco mejora la memoria y la atención en adultos jóvenes en solo seis semanas.
Y dinero
Simple Habit nació con una inversión de 12 millones de dólares aportados, entre otros, por la firma de capital riesgo de Silicon Valley, Foundation Capital, que también ha invertido en Netflix.
También está apoyada por Y Combinator, una aceleradora de empresas considerada por Forbes como un criadero de gigantes tecnológicos emergentes.
Se estima que el valor del mercado de la meditación en Estados Unidos se duplicará de los 1.200 millones de dólares que generó en 2017, hasta los 2.000 millones de dólares en 2022.
En la actualidad hay 2.450 estudios o centros de meditación en EE. UU., de los que 369 son gestionados por tres organizaciones: Centros Kadampa, Meditación Trascendental y Centros Shambhala.
En todo el mundo
La llegada de la tecnología ha provocado que existan en la actualidad al menos 1.000 aplicaciones de teléfonos inteligentes de meditación en el mercado norteamericano, de las que Headspace es la compañía líder: tiene 35 millones de usuarios en 190 países.
Hay otras 500 aplicaciones surgidas en otras latitudes. En Europa solo destacan diez aplicaciones de meditación, según EU-Startups.
Las aplicaciones de meditación, los sitios web y los cursos en línea generan más de 100 millones de dólares por año solo en Estados Unidos.
La meditación tiene una antigüedad de 5.000 años y en Occidente se ha conocido y practicado desde hace 50 años.
Las nuevas tecnologías están impulsando y acelerando su implantación social y su desarrollo en las sociedades occdidentales.
Con un impacto claro: está cambiando la forma en que puede practicarse, con resultados muy alejados de su propósito original: “tocar el corazón” del ser humano en su búsqueda del sentido de la vida.
Un ejemplo de esta tecnología es la aplicación Simple Habit, que cuenta con 4,5 millones de usuarios y ofrece más de 2.000 meditaciones guiadas que varían en duración de 5 minutos a 20 minutos.
Incluso tiene una función más rápida, de un minuto solamente, para ayudar a los usuarios a calmar sus nervios en momentos puntuales de estrés.
Aunque tiene una parte gratuita, ofrece la posibilidad de adquirir servicios complementarios a bajo precio (modelo freemium, similar a Spotify).
En el menú se ofrecen meditaciones guiadas para síntomas específicos, como sueño, estrés, ansiedad y depresión, así como meditaciones guiadas para situaciones específicas de la vida, como desplazamientos o hablar en público.
Otra aplicación desarrollada en la Universidad de California en San Francisco mejora la memoria y la atención en adultos jóvenes en solo seis semanas.
Y dinero
Simple Habit nació con una inversión de 12 millones de dólares aportados, entre otros, por la firma de capital riesgo de Silicon Valley, Foundation Capital, que también ha invertido en Netflix.
También está apoyada por Y Combinator, una aceleradora de empresas considerada por Forbes como un criadero de gigantes tecnológicos emergentes.
Se estima que el valor del mercado de la meditación en Estados Unidos se duplicará de los 1.200 millones de dólares que generó en 2017, hasta los 2.000 millones de dólares en 2022.
En la actualidad hay 2.450 estudios o centros de meditación en EE. UU., de los que 369 son gestionados por tres organizaciones: Centros Kadampa, Meditación Trascendental y Centros Shambhala.
En todo el mundo
La llegada de la tecnología ha provocado que existan en la actualidad al menos 1.000 aplicaciones de teléfonos inteligentes de meditación en el mercado norteamericano, de las que Headspace es la compañía líder: tiene 35 millones de usuarios en 190 países.
Hay otras 500 aplicaciones surgidas en otras latitudes. En Europa solo destacan diez aplicaciones de meditación, según EU-Startups.
Las aplicaciones de meditación, los sitios web y los cursos en línea generan más de 100 millones de dólares por año solo en Estados Unidos.
La meditación tiene una antigüedad de 5.000 años y en Occidente se ha conocido y practicado desde hace 50 años.
Las nuevas tecnologías están impulsando y acelerando su implantación social y su desarrollo en las sociedades occdidentales.
Con un impacto claro: está cambiando la forma en que puede practicarse, con resultados muy alejados de su propósito original: “tocar el corazón” del ser humano en su búsqueda del sentido de la vida.