Imagen: geralt. Fuente: Pixabay.
Hace poco, hablábamos de una novedosa tecnología (que combina la resonancia magnética funcional y la electroencefalografía), que ha permitido mejorar la detección de consciencia en pacientes con lesiones cerebrales graves por traumatismo, directamente en la UCI. Este avance fue realizado por neurólogos del Hospital General de Massachusetts, en EEUU.
Ahora, científicos del Instituto nacional de la salud de Francia, el Inserm, aportan también un nuevo enfoque para el mismo fin: una metodología basada en el corazón que también permitiría diagnosticar de manera más precisa si un paciente en estado vegetativo tiene o no consciencia, aunque sea mínima.
Conocer este punto resulta crucial, para ayudar a tomar decisiones más ajustadas sobre el tratamiento y los cuidados a seguir con estas personas, y así impulsar su recuperación. Por ejemplo, puede permitir la distinción entre un estado vegetativo en el que el paciente está despierto pero no consciente, de un estado mínimo de consciencia que implique un cierto grado de consciencia a pesar de las apariencias.
Mirando los latidos
La nueva metodología consiste más concretamente en medir los cambios en los latidos cardíacos de pacientes en estado vegetativo, como respuesta a una estimulación sonora. Ya ha sido probada con 127 pacientes de entre 17 y 80 años, y ha demostrado ser útil.
Hasta el momento, las herramientas desarrolladas para determinar el estado de consciencia, como el electroencefalograma (EEG) o la resonancia magnética funcional ya mencionados, se concentraban en el cerebro. Pero este novedoso enfoque se ha centrado en explorar la interacción entre el cerebro y el corazón.
Los investigadores franceses estudiaron esta interacción porque estudios previos habían revelado que los procesos "inconscientes" del sistema nervioso autónomo, como la respiración o los latidos del corazón, pueden ser modulados por procesos cognitivos conscientes.
Asimismo, se sabía que la percepción de un estímulo externo, como los estímulos auditivos, podía reflejarse en la actividad cardíaca, en especial si el sujeto tiene algo de consciencia.
Ahora, científicos del Instituto nacional de la salud de Francia, el Inserm, aportan también un nuevo enfoque para el mismo fin: una metodología basada en el corazón que también permitiría diagnosticar de manera más precisa si un paciente en estado vegetativo tiene o no consciencia, aunque sea mínima.
Conocer este punto resulta crucial, para ayudar a tomar decisiones más ajustadas sobre el tratamiento y los cuidados a seguir con estas personas, y así impulsar su recuperación. Por ejemplo, puede permitir la distinción entre un estado vegetativo en el que el paciente está despierto pero no consciente, de un estado mínimo de consciencia que implique un cierto grado de consciencia a pesar de las apariencias.
Mirando los latidos
La nueva metodología consiste más concretamente en medir los cambios en los latidos cardíacos de pacientes en estado vegetativo, como respuesta a una estimulación sonora. Ya ha sido probada con 127 pacientes de entre 17 y 80 años, y ha demostrado ser útil.
Hasta el momento, las herramientas desarrolladas para determinar el estado de consciencia, como el electroencefalograma (EEG) o la resonancia magnética funcional ya mencionados, se concentraban en el cerebro. Pero este novedoso enfoque se ha centrado en explorar la interacción entre el cerebro y el corazón.
Los investigadores franceses estudiaron esta interacción porque estudios previos habían revelado que los procesos "inconscientes" del sistema nervioso autónomo, como la respiración o los latidos del corazón, pueden ser modulados por procesos cognitivos conscientes.
Asimismo, se sabía que la percepción de un estímulo externo, como los estímulos auditivos, podía reflejarse en la actividad cardíaca, en especial si el sujeto tiene algo de consciencia.
Resultados obtenidos
Al analizar los datos cardiacos de los 127 pacientes se observó que, en aquellos que estaban conscientes o mínimamente conscientes, los ciclos cardíacos podían ser modulados con estimulación auditiva.
Los científicos también demostraron que esta información sirve para complementar datos obtenidos con el electroencefalograma: La combinación de ambas pruebas (la cardiaca y la del EEG) mejora notablemente el diagnóstico del estado de consciencia, informa el Inserm.
El hallazgo abre nuevas perspectivas para un enfoque más general en la evaluación del estado de consciencia de pacientes en estado vegetativo.
Los investigadores pretenden ampliar a continuación su análisis a otras señales fisiológicas moduladas por procesos conscientes, como la respiración o la dilatación de la pupila. El objetivo final es desarrollar una herramienta integral que mejore la evaluación de estos enfermos.
También para medir la sabiduría
Curiosamente, el año pasado también se usaron mediciones del corazón para detectar la sabiduría, en este caso de personas plenamente conscientes.
Fue en un estudio de la Universidad de Waterloo (Canadá), en el que se reveló que la variación de la frecuencia cardíaca, trabajando en conjunción con el pensamiento, hace posible que las personas reflexionen más sabiamente acerca de problemas sociales complejos. Es decir, que la variabilidad de la frecuencia cardíaca durante la actividad física baja, estaría relaciona con un juicio menos sesgado, más sabio.
Al analizar los datos cardiacos de los 127 pacientes se observó que, en aquellos que estaban conscientes o mínimamente conscientes, los ciclos cardíacos podían ser modulados con estimulación auditiva.
Los científicos también demostraron que esta información sirve para complementar datos obtenidos con el electroencefalograma: La combinación de ambas pruebas (la cardiaca y la del EEG) mejora notablemente el diagnóstico del estado de consciencia, informa el Inserm.
El hallazgo abre nuevas perspectivas para un enfoque más general en la evaluación del estado de consciencia de pacientes en estado vegetativo.
Los investigadores pretenden ampliar a continuación su análisis a otras señales fisiológicas moduladas por procesos conscientes, como la respiración o la dilatación de la pupila. El objetivo final es desarrollar una herramienta integral que mejore la evaluación de estos enfermos.
También para medir la sabiduría
Curiosamente, el año pasado también se usaron mediciones del corazón para detectar la sabiduría, en este caso de personas plenamente conscientes.
Fue en un estudio de la Universidad de Waterloo (Canadá), en el que se reveló que la variación de la frecuencia cardíaca, trabajando en conjunción con el pensamiento, hace posible que las personas reflexionen más sabiamente acerca de problemas sociales complejos. Es decir, que la variabilidad de la frecuencia cardíaca durante la actividad física baja, estaría relaciona con un juicio menos sesgado, más sabio.
Referencia bibliográfica:
Jacobo Sitt, et al. Brain–heart interactions reveal consciousness in noncommunicating patients. Anals of Neurology (2017). DOI: 10.1002/ana.25045.
Jacobo Sitt, et al. Brain–heart interactions reveal consciousness in noncommunicating patients. Anals of Neurology (2017). DOI: 10.1002/ana.25045.