María Jesús Martínez: El Gobierno se ha comprometido a no dejar caer al CSIC

La directora del Centro de Investigaciones Biológicas añade que si el dinero prometido no llega en septiembre, se comprometerá el futuro del Consejo


"Tenemos el compromiso del ministro de Economía de que el CSIC no va a caer", declara en la siguiente entrevista la directora del Centro de Investigaciones Biológicas, María Jesús Martínez, aunque añade que si el dinero prometido no llega en septiembre, se comprometerá el futuro de la mayor institución pública de investigación en España. Sobre el origen de la crisis, señala que “el déficit de financiación nos atropelló” porque el dinero comprometido en los proyectos de investigación se había gastado en actividades generales esperando que fuera repuesto en los presupuestos del Estado, cosa que no ocurrió. Por Carlos Gómez Abajo.


23/07/2013

María Jesús Martínez, en su despacho del CIB. Imagen: Carlos Gómez Abajo.
María Jesús Martínez es directora del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB), adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Como los demás centros adscritos al CSIC, el CIB ha sufrido importantes recortes que han dejado su situación económica en precario. Martínez habla como directora del CIB, y su posición no es la oficial del CSIC, aunque cree que no es muy distinta de la del presidente de este último centro, Emilio Lora-Tamayo.

Lora-Tamayo fue designado en su puesto a principios de 2012, por el entonces recién estrenado Gobierno de Mariano Rajoy. Los distintos directores de los centros del CSIC empezaron en sus cargos también en esa fecha. En este caso son elegidos, generalmente, por los investigadores de los centros aunque luego reciben el nombramiento del presidente del CSIC.

La directora del CIB cree que, a pesar de la situación a la que se enfrentan todos estos Centros, debe "ser optimista", ante los datos que le van llegando. La perspectiva es que en agosto-septiembre se reciba una nueva remesa de dinero obtenido para los proyectos, procedente de diversas entidades (no del Ministerio); y en septiembre-octubre confía en que llegue el presupuesto extraordinario (75 millones) que el CSIC ha solicitado al Ministerio para paliar el problema de financiación que actualmente le axfisia. 

¿Cuál es la situación económica del CIB ahora mismo?

El dinero que actualmente tiene el CIB no cubre los gastos de personal contratado con cargo a proyectos hasta fin de año, aunque sí hasta finales de septiembre. Es una prioridad para nosotros y el presidente mantener este personal, y tenemos su compromiso para completar esta partida, lo antes posible, a medida que vayan llegando al CSIC los fondos comprometidos por el Ministerio de Economía. De momento, estos fondos no han llegado y por tanto, la situación es muy difícil ya que debemos hacer equilibrios con el gasto para no perjudicar el funcionamiento de los proyectos, salvaguardando el dinero comprometido en los contratos.

¿Cómo se gestiona el dinero del CSIC y de los proyectos?

Todo el dinero de los proyectos y contratos está en una bolsa común en el CSIC. La organización central va dotando a los centros de las partidas necesarias para realizar el gasto y, a medida que este se va justificando, se va dotando más presupuesto. Desde 2008, el CSIC está contando con el dinero que ha llegado de distintas entidades financiadoras y empresas para proyectos específicos,y está repartiendo estos recursos para cubrir los gastos imprescindibles en todos los centros [personal, y gastos corrientes].  La intención es que esta situación sea algo temporal.

Cortar los proyectos financiados por entidades externas supondría un serio revés para la imagen del CSIC y de España como país, ¿no es así?

Existen unos compromisos que los investigadores y el CSIC adquirimos cuando se nos concede un proyecto y fondos para llevarlo a cabo, tanto por entidades nacionales como internacionales. La entidad financiadora, mientras se esté realizando el proyecto y se cumplan los objetivos, deja cierta flexibilidad para la distribución del dinero. El problema es que ese proyecto deje de realizarse por falta de fondos. Eso si es un problema ya que condiciona nuestra credibilidad como investigadores y la posibilidad de obtener futuros proyectos o contratos.

¿Qué ocurriría de no poder cubrirse el presupuesto? ¿Se desmantelaría el CSIC como tal, o bien desaparecerían determinados organismos dependientes de él? ¿Podría darse el caso de que los organismos supervivientes se independizaran de un ya desaparecido CSIC?

No puedo imaginarme que lleguemos a esa situación. El CSIC es la mayor institución pública de investigación en España y tenemos el compromiso de la Secretaría de Estado de Investigación y del Ministerio de Economía y Competitividad, al que pertenece el CSIC, de que esto no va a ocurrir.

El CSIC está formado por 135 centros o institutos. Considero que ninguno de nosotros somos independientes ni podríamos serlo con la estructura actual. Por esto, en este momento los directores de los centros estamos muy preocupados y hemos escrito a la Secretaría de Estado para mostrar esta preocupación.

Nos ha contestado diciendo que es un tema que les "preocupa y ocupa desde hace meses” y quiere tener una reunión con nosotros. También ha contestado a esta carta el presidente del CSIC, al que pusimos en copia, para decirnos que sigue confiando en que la situación mejore; y que las últimas conversaciones con el Ministerio dejan entrever que vamos por buen camino y que ratifican su compromiso con nosotros.

Yo confío en que van a encontrar una solución a nuestro problema aunque no cabe duda que vamos a pasar unos meses difíciles hasta que llegue el dinero que necesitamos para seguir adelante. Si no llega este dinero a corto plazo (septiembre), entonces sí que se comprometerá el futuro de nuestro organismo.

¿Cómo de grandes han sido los recortes y en qué medida han perjudicado hasta ahora a las investigaciones?

Durante los últimos años, ha habido una reducción muy importante en los fondos que el Gobierno adjudica al CSIC para su funcionamiento y que éste reparte entre sus centros. Esto ha conducido a la situación tan dramática que vivimos en este momento. Hablamos de una reducción de la aportación pública de un 40% desde 2009.

En los últimos años ha habido un importante desfase entre ingresos-gastos en el CSIC y ya no solo son necesarios los costes indirectos de los proyectos y contratos para completar el gasto de funcionamiento de los centros, como he mencionado antes, sino que peligra realmente la viabilidad de los proyectos si los fondos obtenidos para investigación se destinan para otras que no sean esa propia investigación. Es lo que está pasando ahora y por eso necesitamos la ayuda que hemos solicitado al Ministerio urgentemente.

¿Cree que ha sido la estrategia correcta -llevada a cabo por el anterior presidente, Rafael Rodrigo Montero- que en estos años el CSIC siguiera ampliando personal e infraestructuras, dada la situación general? ¿Cree que los Gobiernos les han dado falsas esperanzas en este tiempo?

Analizando hoy la situación, creo que no fue correcta esa estrategia, aunque de ello nos beneficiamos todos los centros. Dada la reducción sufrida en los últimos años se debería haber comenzado hace tiempo una fuerte reestructuración de los centros, especialmente de los que resultan más costosos de mantener porque no consiguen muchos recursos y necesitan más ayuda; y haber planificado mejor el gasto en infraestructuras o programas propios de contratación.

No es que los gobiernos anteriores nos dieran falsas esperanzas, es que no nos dimos cuenta del problema que se estaba generando porque en ningún momento se dejó entrever, ni desde el CSIC ni desde el Ministerio, la situación crítica a la que estábamos llegando. El déficit de financiación nos atropelló porque se había gastado el dinero comprometido en los proyectos de investigación en actividades generales programadas por la institución, imagino que pensando que este dinero se iba a recuperar en los presupuestos generales. Sin embargo, éstos no se incrementaron sino que disminuyeron.

¿Cuál es el estado de ánimo de los investigadores?

A pesar de los grandes recortes sufridos en los últimos años, los investigadores creemos en nuestro trabajo y pensamos que nuestras investigaciones pueden jugar un papel importante para la sociedad y contribuir al desarrollo.

En estos años hemos continuado con nuestra labor, solicitando proyectos y contratos tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, para conseguir financiar nuestra investigación.

Ahora no entendemos cómo hemos podido llegar a esta situación y el descontento e indignación, no solo de los investigadores sino de todo el personal de los centros, aumenta día a día por una política científica que no entendemos y nos puede llevar a paralizar nuestra actividad y la falta de apoyo y reconocimiento que tiene en este momento nuestro trabajo y la ciencia en España. 

¿Cree que hay alguna posibilidad de que el Gobierno cambie su postura?

Creo que en este momento, quizás gracias a las últimas actuaciones de los directores y gerentes de los centros, ha comenzado a llegar a la opinión pública la situación dramática a la que ha llegado el CSIC. Esto, junto con las negociaciones que nuestras autoridades mantienen con el Ministerio, estoy segura de que llega a los políticos, que comienzan a darse cuenta de la gravedad de la situación de nuestro organismo. Quiero pensar que el dinero comprometido para “salvar” al CSIC llegará muy pronto.

¿Qué medidas de presión están tomando o tienen pensado tomar?

Desde hace más de un mes los directores de los centros intercambiamos correos constantemente para tratar de buscar actuaciones conjuntas que se traduzcan en la denuncia de la situación del CSIC ante el Ministerio y ante la sociedad.

Inicialmente provocamos una reunión con el presidente y con el secretario general del CSIC [Alberto Sereno] y ahora acabamos de enviar la carta con nuestra opinión de la situación a la secretaria de Estado; además se están concediendo entrevistas a diferentes medios de difusión para comunicar a la opinión pública la situación. Habrá que esperar a ver los próximos movimientos del Ministerio, antes de decidir otras medidas que podrían perjudicar todos nuestros intereses, fuera y dentro de España. 

¿Qué percepción cree que tiene la sociedad de la importancia y gravedad de esta situación?

La sociedad valora muy bien a los científicos, como puede desprenderse de las últimas encuestas realizadas y publicadas en periódicos nacionales. Es cierto que ha habido muchos recortes en sanidad y educación, temas que afectan a todos en gran medida y la ciencia había quedado a un lado pero, en este momento, la sociedad es consciente de la gravedad de la situación del CSIC y nos apoya, ya que empieza a entender que sin investigación se paraliza el desarrollo y se condiciona el futuro de los países.

Un complejo sistema de financiación

El funcionamiento presupuestario del CSIC es complejo. Los investigadores son los encargados de buscar financiación para los proyectos (procedente de empresas, la UE, o comunidades autónomas, por ejemplo), dinero con el que se pagan sus salarios; pero ese dinero va a una bolsa común, gestionada de forma centralizada por el CSIC, que va suministrando el dinero a medida que se va necesitando.

Sólo una parte del dinero lo recibe el CIB directamente (una parte del apartado de costes indirectos). Aparte, el CSIC recibe financiación directa del Ministerio, para el salario de los funcionarios y para gastos corrientes.

En una situación normal, cada centro va recibiendo del CSIC el dinero que ha ido obteniendo para sus proyectos, pero en la situación actual, se está dando el caso de que el dinero obtenido por unos centros para sus proyectos, está yendo a parar a los gastos más urgentes de otros centros distintos, generalmente los que menos fondos obtienen por su cuenta.

Hasta ahora, subraya Martínez, este sistema había funcionado bien, por lo que la directora del CIB no cree que sea necesario cambiarlo. Sí cree que es necesaria una reestructuración de los centros, en especial de los que menos fondos propios obtienen.



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