Madres sanas de todo el mundo tienen bebés con un tamaño sorprendentemente similar

La desnutrición y la salud, y no la raza o la etnia, serían las únicas causas reales de diferencia, revela el seguimiento de 60.000 embarazos en ocho países


El estudio de más de 60.000 embarazos en ocho regiones urbanas del mundo ha revelado que las madres sanas de todo el planeta tienen hijos de tamaños similares, independientemente de su raza o etnia. Dado que el tamaño resulta esencial para la salud posterior de los niños, e incluso para su supervivencia, la investigación pone de relieve la importancia del cuidado de las madres para asegurar el bienestar de la infancia a nivel global.


Redacción T21
07/07/2014

Imagen: Francois du Plessis. Fuente: PhotoXpress.
El crecimiento de los bebés en el útero y su tamaño al nacer, especialmente su longitud, son sorprendentemente similares en todo el mundo -siempre y cuando los bebés nazcan de madres sanas, bien educadas y bien nutridas-.

Este es el hallazgo realizado por el estudio internacional INTERGROWTH-21 que, liderado por investigadores de la Universidad de Oxford, ha analizado 60.000 embarazos de ocho áreas urbanas de Brasil, China, India, Italia, Kenia, Omán, Reino Unido y EE.UU.

A nivel mundial, existen grandes diferencias en el tamaño promedio de los bebés al nacer. Esto tiene consecuencias importantes para la salud futura de los niños, pues bebés desnutridos al nacer a menudo se enfrentan a consecuencias graves a corto y largo plazo.

Previamente, se había sugerido que la "raza" o la "etnicidad" serían en parte responsables de estas diferencias de tamaño. Pero los nuevos resultados han demostrado que la raza y la etnicidad no son los factores principales para ellas. Lo que importa más es la educación, la salud y el estado nutricional de las madres; así como la atención que estas reciben durante el embarazo.

Todos podríamos ser iguales al nacer

Los investigadores realizaron ecografías desde el inicio de todos los embarazos hasta su fin, con el fin de medir el crecimiento óseo de los fetos dentro del útero. Se usaron métodos idénticos de medición en todos los países. También midieron la longitud y la circunferencia de la cabeza de los bebés al nacer.

Sus hallazgos señalan que "aunque no todos somos iguales al nacer, podríamos serlo" afirma el autor principal del trabajo, el profesor José Villar, del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Oxford en declaraciones recogidas por Eurekalert. "Podríamos proporcionar un inicio similar para todos, asegurándonos de que todas las madres son bien educadas y nutridas, tratando infecciones y proporcionando una atención prenatal adecuada".

"Que no nos digan que no se puede hacer nada; que las mujeres, en algunas partes del mundo, tienen niños pequeños por predestinación. Simplemente eso no es cierto", asegura Villar. cy[

Puntos clave de la investigación

- El estudio incluyó casi 60.000 embarazos de ocho áreas urbanas de Brasil, China, India, Italia, Kenia, Omán, Reino Unido y EE.UU.

- El crecimiento de los huesos de los bebés en el útero, la circunferencia de la cabeza y su longitud al nacer resultaron sorprendentemente similares en todo el mundo, cuando los bebés nacieron de madres educadas, saludables y bien nutridas.

- En general, no más del 4% de la diferencia total en el crecimiento fetal y en el tamaño de los niños al nacer podría atribuirse a diferencias entre las ocho poblaciones del estudio.

- La mejora de la educación, de la salud y de la nutrición de las madres de todo el mundo mejoraría la salud de sus bebés para toda la vida de estos, y para la próxima generación.

El riesgo de un tamaño pequeño

Se estima que, en 2010, nacieron unos 32,4 millones de bebés desnutridos en países pobres o medianamente pobres, lo que representa el 27% de todos los niños nacidos vivos a nivel mundial.

Este hecho está estrechamente relacionado con la enfermedad y la muerte en la infancia. El tamaño pequeño al nacer tiene también un impacto en la salud de los adultos, pues aumenta el riesgo de diabetes, de presión arterial alta y de enfermedad cardiovascular.

Los bebés más pequeños también suponen gastos sustanciales para los servicios de salud, así como una importante carga económica para las sociedades en su conjunto.

El objetivo final del estudio INTERGROWTH-21 es desarrollar unas normas internacionales que describan el crecimiento óptimo de un bebé en el útero y recién nacido; normas que reflejen la forma en que un bebé debe crecer cuando las madres tienen unas condiciones de vida y de atención adecuadas.

Tener normas internacionales de crecimiento óptimo desde la concepción hasta los cinco años de edad permitirá evaluar las mejoras en salud y nutrición con la misma vara de medir en todo el mundo.

El profesor Zulfiqar Bhutta, de la Universidad Aga Khan de Pakistán y del Hospital Infantil de Toronto, en Canadá, Presidente del Comité Directivo de este equipo de investigación global, señala por su parte que: "El hecho de que, cuando las madres están en buen estado de salud , los bebés crezcan en el útero de manera muy similar en todo el planeta es un mensaje tremendamente positivo de esperanza para todas las mujeres y sus familias. Pero hay un reto también. Hay implicaciones sobre la manera de pensar la salud pública: Estamos hablando de las posibilidades de vida y de salud de los futuros ciudadanos de todas las partes del planeta. Los responsables de la atención sanitaria tendrán que pensar en proporcionar la mejor atención posible a las madres".

Referencia bibliográfica:

José Villar et al. The likeness of fetal growth and newborn size across non-isolated populations in the INTERGROWTH-21st Project. The Lancet (2014). DOI: 10.1016/S2213-8587(14)70121-4.



Redacción T21
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