Los pulpos “reconectan” sus cerebros para adaptarse a los cambios de temperatura estacionales: editan su código genético para que las proteínas que “alimentan” a sus neuronas sean las indicadas según la estación. De esta forma, como no termorregulan, evitan que sus poderosos cerebros estén expuestos a las variaciones térmicas extremas y se vean potencialmente afectados.
Fuente : https://www.levante-emv.com/tendencias21/2023/06/0...
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