Los primeros colonos de Marte morirán en tres meses, si no mejora la tecnología

Un estudio del MIT señala que el proyecto Mars One aún no cuenta con los avances necesarios para garantizar la vida en el planeta rojo


Miles de personas se han ofrecido ya como voluntarias para colonizar el planeta rojo en 2023, fecha en que el proyecto holandés Mars One planea mandarlas a Marte. Un estudio realizado por científicos del MIT ha revelado, sin embargo, importantes déficits tecnológicos aún por resolver para que esos primeros colonos sobrevivan en un entorno que en realidad es inhabitable. Por Marta Lorenzo.


Marta Lorenzo
15/10/2014

Fuente: www.mars-one.com.
El año pasado, ya hablamos en Tendencias21 pormenorizadamente del proyecto holandés Mars One, que pretende establecer una colonia humana permanente en Marte a partir de 2023.

Los voluntarios para este viaje sin retorno al planeta rojo comenzaron a ser reclutados en 2013. Por más temeraria que pueda parecer esta aventura, miles de personas se han mostrado ya dispuestas a emprenderla.

Entre los criterios de selección de los voluntarios, se exigía, sobre todas las cosas, que estos tuvieran “habilidades sociales y capacidad de resistencia y de adaptación”. Los demás conocimientos (técnicos, médicos, científicos, etc.) necesarios se los enseñará a los futuros pioneros la compañía.

Sin embargo, y a pesar del entusiasmo del investigador holandés Bas Lansdorp, promotor del proyecto (que, se calcula, costará unos 4.600 millones de euros), Mars One es aún una empresa “inmadura”, señala un estudio realizado por expertos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Estados Unidos.

La razón: la misión todavía no está preparada tecnológicamente para afrontar los desafíos del asentamiento de humanos en Marte. Tal y como está planteada, a los colonos les costaría la vida en poco tiempo.

Asfixia y otros peligros

El propio Lansdorp reconocía el año pasado, en declaraciones a la BBC, los potenciales peligros del viaje a Marte, que duraría de siete a ocho meses. Solo en el trayecto, los voluntarios ya perderían masa ósea y muscular. Posteriormente, tras pasar mucho tiempo en el campo gravitacional del planeta rojo, más débil que el de la Tierra, a los colonos les resultaría casi imposible adaptarse de nuevo a la gravedad de nuestro planeta.

Pero Lansdorp se quedó corto, han demostrado empíricamente los científicos del MIT con una herramienta de análisis detallado del futuro asentamiento humano en Marte, destinada a evaluar la viabilidad de Mars One.

La herramienta se desarrolló teniendo en cuenta aspectos de la misión como su hábitat (para ello simularon el día a día de un colono de Marte), sus sistemas de soporte de vida o su logística para el transporte de alimentos, entre otros factores. Y ha revelado que Mars One aún presenta grandes déficits tecnológicos que harían la vida humana imposible en el planeta rojo.

Por ejemplo, la misión planea desarrollar cultivos locales para alimento en Marte. Según los expertos del MIT, esa vegetación produciría niveles peligrosos de oxígeno, que desencadenarían una serie de eventos que causarían la muerte de los humanos por asfixia. Para evitar esto, sería necesario un sistema que eliminase dicho exceso de oxígeno, que aún no ha sido desarrollado para su uso en el espacio.

¿Crítica constructiva?

Otros factores, como la fuga de aire del interior del hábitat artificial que proyecta levantar Mars One en Marte también podrían ocasionar la asfixia de los colonos, en un algo más de tres meses (68 días) tras su llegada, señalan las estimaciones.

Por otra parte, el proyecto Mars One planea que los colonos derritan el hielo hallado en el planeta rojo en 2008, por la sonda Phoenix Mars Lander, para obtener agua potable. Pero, de acuerdo con el análisis del MIT, las tecnologías actuales diseñadas para "calentar" agua del suelo todavía no están listas para su uso, en especial en el espacio.

El estudio ha revelado, además, que se necesitarán más cohetes de los que se había calculado inicialmente para enviar los suministros iniciales a Marte (quince en lugar de seis); así como más envíos de repuestos y de elementos de reabastecimiento de los contemplados. Todo ello aumentaría notablemente el coste de la misión.

Sin embargo, a pesar de las pegas al proyecto Mars One expuestas en el presente informe, sus autores señalan que “no estamos diciendo que Mars One sea inviable”. De hecho, creen que su trabajo podría servir para identificar las innovaciones tecnológicas que realmente precisaría la colonización de Marte; y que su herramienta de análisis puede “suponer un beneficio para los planificadores de la misión, al permitirles evaluar un largo espectro de estructuras con una mayor fiabilidad”.



Marta Lorenzo
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