Los niños memorizan mejor cuando se les da tiempo para reposar lo aprendido. Imagen: MAJ Aaron Haney. Fuente: U.S.Army.
Para los adultos, los recuerdos tienden a desaparecer con el tiempo. Sin embargo, un nuevo estudio ha demostrado que hay circunstancias en las que lo opuesto es cierto para los niños pequeños: que pueden recordar una información mejor un día más tarde que en el día en que lo aprendieron.
Mientras jugaban a un videojuego se les pidió recordar asociaciones entre objetos a niños de 4 y 5 años; los que volvieron a jugar a dos días después anotaron un 20 por ciento más de puntos que los niños que volvieron a jugar en el mismo día.
"Una consecuencia de esto es que los niños pueden ser más inteligentes de lo que pensamos que podrían ser," dice Kevin Darby, estudiante de doctorado en psicología en la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.) y coautor del estudio, en la información de la universidad. "Pueden hacer asociaciones complejas, sólo necesitan más tiempo para hacerlo."
El estudio, que aparecerá en un próximo número de la revista Psychological Science, es el primero en documentar a la vez dos fenómenos cognitivos diferentes pero relacionados: el llamado "olvido extremo" de los niños -cuando aprenden dos cosas similares en rápida sucesión, y la segunda hace que se olvide de la primera- y el recuerdo retardado -cuando recuerdan días después la una información olvidada-.
Los hallazgos "nos abren una ventana a la comprensión de la memoria y, en particular, a la cuestión de cómo se codifica información nueva en la memoria", dice el autor principal del estudio Vladimir Sloutsky, profesor de psicología en la Ohio State y director del Laboratorio de Desarrollo Cognitivo de la Universidad.
"En primer lugar, hemos demostrado que si a los niños se les dan elementos de información similar en poco tiempo, las diferentes piezas interfieren entre sí, y hay una eliminación de la memoria casi completa", dice Sloutsky. "En segundo lugar, hemos demostrado que la introducción de retrasos elimina esta interferencia."
"Parece sorprendente que los niños puedan olvidar casi por completo lo que aprendieron, pero es que sus recuerdos realmente pueden mejorar con el tiempo."
Asociación de imágenes
En el estudio participaron 82 niños de 4 y 5 años de edad de centros de preescolar de Ohio. Los niños jugaron a un juego de asociación de imágenes en un ordenador en tres ocasiones separadas.
La primera vez, se les mostraron pares de objetos, como una gorra de béisbol y un conejo, y tenían que decir si las parejas pertenecían a Mickey Mouse o Winnie the Pooh. Para ganar el juego, tenían que hacer coincidir los pares con el dueño correcto.
Los niños aprendían las asociaciones con bastante facilidad. Al inicio del juego, acertaban un promedio del 60 por ciento de las veces, pero al final del juego sus puntuaciones promedio habían aumentado hasta alrededor del 90 por ciento.
Los niños jugaron entonces el juego de nuevo inmediatamente después, pero los investigadores revolvieron los pares pertenecientes a Mickey y Pooh, por lo que los niños tenían que aprender un nuevo conjunto de asociaciones con exactamente los mismos objetos.
Mientras jugaban a un videojuego se les pidió recordar asociaciones entre objetos a niños de 4 y 5 años; los que volvieron a jugar a dos días después anotaron un 20 por ciento más de puntos que los niños que volvieron a jugar en el mismo día.
"Una consecuencia de esto es que los niños pueden ser más inteligentes de lo que pensamos que podrían ser," dice Kevin Darby, estudiante de doctorado en psicología en la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.) y coautor del estudio, en la información de la universidad. "Pueden hacer asociaciones complejas, sólo necesitan más tiempo para hacerlo."
El estudio, que aparecerá en un próximo número de la revista Psychological Science, es el primero en documentar a la vez dos fenómenos cognitivos diferentes pero relacionados: el llamado "olvido extremo" de los niños -cuando aprenden dos cosas similares en rápida sucesión, y la segunda hace que se olvide de la primera- y el recuerdo retardado -cuando recuerdan días después la una información olvidada-.
Los hallazgos "nos abren una ventana a la comprensión de la memoria y, en particular, a la cuestión de cómo se codifica información nueva en la memoria", dice el autor principal del estudio Vladimir Sloutsky, profesor de psicología en la Ohio State y director del Laboratorio de Desarrollo Cognitivo de la Universidad.
"En primer lugar, hemos demostrado que si a los niños se les dan elementos de información similar en poco tiempo, las diferentes piezas interfieren entre sí, y hay una eliminación de la memoria casi completa", dice Sloutsky. "En segundo lugar, hemos demostrado que la introducción de retrasos elimina esta interferencia."
"Parece sorprendente que los niños puedan olvidar casi por completo lo que aprendieron, pero es que sus recuerdos realmente pueden mejorar con el tiempo."
Asociación de imágenes
En el estudio participaron 82 niños de 4 y 5 años de edad de centros de preescolar de Ohio. Los niños jugaron a un juego de asociación de imágenes en un ordenador en tres ocasiones separadas.
La primera vez, se les mostraron pares de objetos, como una gorra de béisbol y un conejo, y tenían que decir si las parejas pertenecían a Mickey Mouse o Winnie the Pooh. Para ganar el juego, tenían que hacer coincidir los pares con el dueño correcto.
Los niños aprendían las asociaciones con bastante facilidad. Al inicio del juego, acertaban un promedio del 60 por ciento de las veces, pero al final del juego sus puntuaciones promedio habían aumentado hasta alrededor del 90 por ciento.
Los niños jugaron entonces el juego de nuevo inmediatamente después, pero los investigadores revolvieron los pares pertenecientes a Mickey y Pooh, por lo que los niños tenían que aprender un nuevo conjunto de asociaciones con exactamente los mismos objetos.
Tiempo para asimilar la información
Una vez más, los niños comenzaron acertando cerca del 60 por ciento, y terminaron en alrededor del 90 por ciento de las puntuaciones, lo que demostró que eran capaces de aprender las nuevas asociaciones de imagen.
Los investigadores querían probar si el aprendizaje de las nuevas asociaciones en el segundo partido hizo que los niños olvidaran lo que habían aprendido en el primer juego, así que hicieron a la mitad de los niños jugar una vez más el mismo día. Para este último partido, los investigadores recuperaron las asociaciones de pares originales del primer juego.
Y parecía que los niños efectivamente experimentaban el olvido extremo. Comenzaron el tercer juego acertando cerca del 60 por ciento, y terminaron en torno al 90 por ciento, como si estuvieran aprendiendo la misma información de nuevo desde cero.
La otra mitad de los niños no jugó el tercer partido hasta dos días más tarde. Darby explica por qué: "Sabemos por estudios previos que los niños tienen dificultades para formar asociaciones complejas en el momento, así que pensamos que con un tiempo de descanso y períodos de sueño podrían ser capaces de hacerlo mejor", dijo. "Y resultó que cuando tenían tiempo para absorber la información, lo hacían mejor."
Mucho mejor, en realidad: los niños que tuvieron un descanso de dos días comenzaron el partido con una puntuación media de casi el 85 por ciento, y terminaron con una puntuación por encima de 90 por ciento. Sus resultados finales fueron similares, pero se acordaron de lo suficiente para empezar con una ventaja de 25 puntos sobre los niños que habían descansado dos días.
Sloutsky dice que, para los niños, el aprendizaje de las asociaciones de pares es análogo a aprender cosas como normas y horarios. Por ejemplo, un niño puede tener que recordar que los sábados se puede utilizar el monopatín y su hermano jugar a videojuegos, pero el domingo él juega a videojuegos y su hermano utiliza el monopatín.
El estudio sugiere que los niños pueden tener dificultad para recordar esas cosas en el momento, pero si se les da un par de días para absorber la nueva información, pueden recordarlo más tarde.
El tiempo cura el olvido
Sloutsky advierte que el estudio no sugiere de ninguna manera que los niños puedan asimilar cantidades de información igual que los adultos aunque se les dé tiempo a reposarlas. Más bien, significa que pueden absorber cantidades razonables de información para niños con tiempo, incluso si parecen olvidarlas en el momento.
"Hemos demostrado que es posible que los recuerdos de los niños mejoren con el tiempo, pero no hemos descubierto un método para aumentar la cantidad de cuánto pueden recordar", explica. "El mensaje es que los niños pueden experimentar el olvido extremo, y la manera contra-intuitiva para luchar contra él es dejar que pase el tiempo."
Otro estudio reciente, de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y el Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje, señala que dormir ayuda a acceder a los recuerdos.
Una vez más, los niños comenzaron acertando cerca del 60 por ciento, y terminaron en alrededor del 90 por ciento de las puntuaciones, lo que demostró que eran capaces de aprender las nuevas asociaciones de imagen.
Los investigadores querían probar si el aprendizaje de las nuevas asociaciones en el segundo partido hizo que los niños olvidaran lo que habían aprendido en el primer juego, así que hicieron a la mitad de los niños jugar una vez más el mismo día. Para este último partido, los investigadores recuperaron las asociaciones de pares originales del primer juego.
Y parecía que los niños efectivamente experimentaban el olvido extremo. Comenzaron el tercer juego acertando cerca del 60 por ciento, y terminaron en torno al 90 por ciento, como si estuvieran aprendiendo la misma información de nuevo desde cero.
La otra mitad de los niños no jugó el tercer partido hasta dos días más tarde. Darby explica por qué: "Sabemos por estudios previos que los niños tienen dificultades para formar asociaciones complejas en el momento, así que pensamos que con un tiempo de descanso y períodos de sueño podrían ser capaces de hacerlo mejor", dijo. "Y resultó que cuando tenían tiempo para absorber la información, lo hacían mejor."
Mucho mejor, en realidad: los niños que tuvieron un descanso de dos días comenzaron el partido con una puntuación media de casi el 85 por ciento, y terminaron con una puntuación por encima de 90 por ciento. Sus resultados finales fueron similares, pero se acordaron de lo suficiente para empezar con una ventaja de 25 puntos sobre los niños que habían descansado dos días.
Sloutsky dice que, para los niños, el aprendizaje de las asociaciones de pares es análogo a aprender cosas como normas y horarios. Por ejemplo, un niño puede tener que recordar que los sábados se puede utilizar el monopatín y su hermano jugar a videojuegos, pero el domingo él juega a videojuegos y su hermano utiliza el monopatín.
El estudio sugiere que los niños pueden tener dificultad para recordar esas cosas en el momento, pero si se les da un par de días para absorber la nueva información, pueden recordarlo más tarde.
El tiempo cura el olvido
Sloutsky advierte que el estudio no sugiere de ninguna manera que los niños puedan asimilar cantidades de información igual que los adultos aunque se les dé tiempo a reposarlas. Más bien, significa que pueden absorber cantidades razonables de información para niños con tiempo, incluso si parecen olvidarlas en el momento.
"Hemos demostrado que es posible que los recuerdos de los niños mejoren con el tiempo, pero no hemos descubierto un método para aumentar la cantidad de cuánto pueden recordar", explica. "El mensaje es que los niños pueden experimentar el olvido extremo, y la manera contra-intuitiva para luchar contra él es dejar que pase el tiempo."
Otro estudio reciente, de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y el Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje, señala que dormir ayuda a acceder a los recuerdos.