Los niños de cuatro años comprenden la ironía

Los pequeños entienden sobre todo el sarcasmo


Los niños pueden comprender y utilizar la ironía desde los cuatro años de edad. Esto es lo que sugiere un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Montreal, en el que se analizaron las conversaciones de 39 familias con dos hijos menores de seis años, en un entorno natural: sus propios hogares. La investigación desafía resultados de estudios previos, que señalaban que los niños no eran capaces de entender la ironía antes de los ocho años. Por Yaiza Martínez.


16/09/2010

Fuente: Stock.XCHNG.
¿Desde qué edad pueden los niños comprender el sentido no literal y, en ocasiones, incluso contradictorio, del lenguaje irónico?

Para responder a esta pregunta, un equipo de investigadores de la Universidad de Montreal, en Canadá, investigó cómo los niños usan y comprenden varias formas de ironía en un contexto natural: el de las conversaciones familiares en el hogar.

Según publica la Universidad de Montreal en un comunicado, el estudio ha demostrado así que los pequeños pueden entender ciertas formas de ironía, e incluso utilizarlas, muy pronto: desde los cuatro años.

La comprensión del lenguaje no literal necesita de habilidades intelectuales relativamente avanzadas, que permitan comprender la incongruencia entre una situación y lo que se dice de ella.

En investigaciones anteriores sobre el tema, se había constatado que la ironía no es comprendida antes de los ocho o 10 años de edad, pero estos estudios fueron realizados en laboratorio y con escenarios hipotéticos.

Además, dichas investigaciones se centraron fundamentalmente sólo en uno de los aspectos de la ironía: el sarcasmo, que es la burla disfrazada o crítica indirecta, que aún así resulta evidente.

Stephanie Alexander, investigadora de la Universidad de Montreal, y sus colaboradores, decidieron analizar la ironía infantil en un entorno natural, el entorno familiar, y estudiar asimismo el fenómeno, no sólo en lo que se refiere al sarcasmo, sino también a otros aspectos de la ironía.

Los científicos estudiaron cómo reaccionaban los niños, además de ante el sarcasmo, ante la hipérbole o exageración; ante los eufemismos (palabras o expresiones que se utilizan para sustituir a otras más ofensivas, peyorativas o de mal gusto); y ante las preguntas retóricas, que son aquéllas que se preguntan sin esperar realmente respuesta alguna porque ésta es obvia.

Resultados obtenidos

En la investigación participaron 39 familias, todas formadas por los dos progenitores y dos hijos de edades comprendidas entre los cuatro y los seis años de edad.

Stephanie Alexander. Fuente: Universidad de Montreal.
Los registros de las conversaciones entre padres e hijos se hicieron a lo largo de seis sesiones por familia. Las sesiones tuvieron una duración de 90 minutos cada una.

De esta manera, por un lado se demostró que, aunque los niños son capaces de comprender completamente el lenguaje irónico a los seis años, ciertas formas de ironía, como la hipérbole, también pueden ser comprendidas a los cuatro años.

Asimismo, el análisis reveló que, en 22 de las 39 familias estudiadas, el sarcasmo fue la forma de ironía mejor entendida por los niños.

En general, este aspecto de la ironía, en combinación con la hipérbole, fue el más utilizado durante las interacciones positivas entre padres e hijos, mientras que los eufemismos y las preguntas retóricas se utilizaron más comúnmente en situaciones de conflicto.

Comprensión sofisticada

Por último, el estudio reveló que las madres y los padres no utilizan la ironía de la misma manera: las madres tienden más a usar las preguntas retóricas, mientras que los padres prefieren el sarcasmo, tal vez porque el sarcasmo es demasiado reprobador, señalan los investigadores.

Además, los padres utilizan el lenguaje irónico más a menudo en contextos positivos que las madres. Según Alexander: “los contextos de intervención irónica de los padres son más variados que los de las madres, al igual que las formas de ironía empleadas”.

Los autores de la investigación afirman que estos resultados sugieren que la comprensión de formas de comunicación verbal complejas es más sofisticada en los niños pequeños de lo que habitualmente se cree.

Si los padres son conscientes de ello, señala Alexander, podrán utilizar mejor el lenguaje para ayudar a evitar situaciones tensas, potencialmente conflictivas.

Además, los resultados obtenidos sugieren que las conversaciones familiares en el hogar constituyen un importante contexto para el desarrollo del uso y de la comprensión del lenguaje irónico, escriben los investigadores en un artículo publicado por el British Journal of Developmental Psychology.



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