Imagen: Jake Hellbach. Fuente: PhotoXpress.
Los niños de tan sólo 4 años de edad pueden obtener una mejor salud de las donaciones altruistas, un comportamiento que tiende a ser menos común entre los niños de familias de altos ingresos, de acuerdo con una nueva investigación sobre la naturaleza y la crianza del altruismo, publicado en Psychological Science, una revista de la Asociación para la Ciencia Psicológica (APS, por sus siglas en inglés).
"Los resultados nos proporcionan una nueva comprensión de cómo se entrelazan los comportamientos de los niños altruistas, la riqueza de la familia y la salud fisiológica", dice el investigador principal, Jonas Miller, de la Universidad de California en Davis (EE.UU.), en la nota de prensa de la APS.
Las investigaciones anteriores han demostrado que el altruismo, es decir, dar algo que tiene un coste personal, puede promover el bienestar tanto físico como psicológico en los adultos. Este nuevo estudio amplía esta investigación a los niños pequeños, investigando cómo responde su sistema nervioso durante actos altruistas y cómo está relacionado el altruismo con la riqueza de la familia.
El experimento
En el estudio, el equipo de investigación reclutó a 74 niños en edad preescolar (edad promedio de 4 años de edad) de la comunidad local. En el laboratorio, los investigadores jugaron con los niños uno por uno y explicaron que iban a ganar fichas que podían cambiar por premios al final de su visita.
Como parte de la visita, los investigadores colocaron (con el consentimiento de los padres) electrodos en el torso de cada niño para recolectar datos fisiológicos, incluyendo información sobre la frecuencia cardiaca y el tono vagal. El tono vagal indica la influencia del nervio vago, que conecta el cerebro con otros órganos clave y proporciona una medida útil de la capacidad del cuerpo para regular las respuestas de estrés fisiológico.
Un alto tono vagal está relacionado con la sensación de seguridad y tranquilidad, dice Miller, y se ha asociado con mejor salud física, mejor comportamiento, y mejores habilidades sociales en los niños pequeños.
Cerca del final de sus visitas, a los niños se les dio la oportunidad de donar una parte o la totalidad de sus fichas de premios a niños enfermos ficticios que no eran capaces de llegar al laboratorio.
Los investigadores analizaron el tono vagal de los preescolares durante tres etapas: la fase de instrucción; la fase de decisión, que incluyó la donación de fichas; y la fase de conclusión, durante la cual los investigadores regresaron a la habitación, cerraron las cajas de fichas sin echarles un vistazo, y lo guardaron todo.
"Los resultados nos proporcionan una nueva comprensión de cómo se entrelazan los comportamientos de los niños altruistas, la riqueza de la familia y la salud fisiológica", dice el investigador principal, Jonas Miller, de la Universidad de California en Davis (EE.UU.), en la nota de prensa de la APS.
Las investigaciones anteriores han demostrado que el altruismo, es decir, dar algo que tiene un coste personal, puede promover el bienestar tanto físico como psicológico en los adultos. Este nuevo estudio amplía esta investigación a los niños pequeños, investigando cómo responde su sistema nervioso durante actos altruistas y cómo está relacionado el altruismo con la riqueza de la familia.
El experimento
En el estudio, el equipo de investigación reclutó a 74 niños en edad preescolar (edad promedio de 4 años de edad) de la comunidad local. En el laboratorio, los investigadores jugaron con los niños uno por uno y explicaron que iban a ganar fichas que podían cambiar por premios al final de su visita.
Como parte de la visita, los investigadores colocaron (con el consentimiento de los padres) electrodos en el torso de cada niño para recolectar datos fisiológicos, incluyendo información sobre la frecuencia cardiaca y el tono vagal. El tono vagal indica la influencia del nervio vago, que conecta el cerebro con otros órganos clave y proporciona una medida útil de la capacidad del cuerpo para regular las respuestas de estrés fisiológico.
Un alto tono vagal está relacionado con la sensación de seguridad y tranquilidad, dice Miller, y se ha asociado con mejor salud física, mejor comportamiento, y mejores habilidades sociales en los niños pequeños.
Cerca del final de sus visitas, a los niños se les dio la oportunidad de donar una parte o la totalidad de sus fichas de premios a niños enfermos ficticios que no eran capaces de llegar al laboratorio.
Los investigadores analizaron el tono vagal de los preescolares durante tres etapas: la fase de instrucción; la fase de decisión, que incluyó la donación de fichas; y la fase de conclusión, durante la cual los investigadores regresaron a la habitación, cerraron las cajas de fichas sin echarles un vistazo, y lo guardaron todo.
Resultados
Los datos resultantes revelaron que los niños que sacrificaron fichas para ayudar a los niños enfermos mostraron una mayor flexibilidad vagal durante la tarea, lo que indica una mejor regulación fisiológica en general. Y el acto de la donación estaba, en sí mismo, asociado con un mayor tono vagal al final de la tarea.
"Por lo general pensamos en el altruismo como algo que tiene un coste para el donante, pero nuestros hallazgos sugieren que cuando los niños renuncian a la auto-ganancia para ayudar a las personas que son menos afortunadas, pueden obtener algo a cambio en forma de mayor tono vagal", explica Miller. "Esto significa que podríamos estar cableados desde una edad temprana para obtener una sensación de seguridad con la atención a los demás."
El equipo también evaluó el aspecto "cultivable" del altruismo, mirando la relación entre el estatus socioeconómico familiar y la compartición de fichas de premios. Las familias de los niños estudiados tenían una renta media o media-alta, con un ingreso promedio anual en el rango de los 75.000-90.000 dólares.
Los datos revelaron que los niños de las familias más ricas del estudio compartían un menor número de fichas que los niños de familias con menos recursos.
"Esto implica que algunos aspectos de la cultura de alto estatus socioeconómico que se han observado en los adultos, como el aumento de auto-enfoque y la disminución de la sensibilidad social, pueden estar presentes en niños de tan sólo 4 años de edad", dice Miller.
Los investigadores señalan que, debido a que los niños de familias con menos recursos donan más fichas, pueden recibir un útil impulso fisiológico del comportamiento altruista. Este aumento podría ayudar a compensar parte de la desventaja fisiológica asociada a crecer en un hogar de menores ingresos.
"Nuestros hallazgos sugieren que el fomento de las tendencias altruistas podría ser un camino hacia la promoción de una mejor salud y bienestar para todos los niños", concluye Miller.
Los datos resultantes revelaron que los niños que sacrificaron fichas para ayudar a los niños enfermos mostraron una mayor flexibilidad vagal durante la tarea, lo que indica una mejor regulación fisiológica en general. Y el acto de la donación estaba, en sí mismo, asociado con un mayor tono vagal al final de la tarea.
"Por lo general pensamos en el altruismo como algo que tiene un coste para el donante, pero nuestros hallazgos sugieren que cuando los niños renuncian a la auto-ganancia para ayudar a las personas que son menos afortunadas, pueden obtener algo a cambio en forma de mayor tono vagal", explica Miller. "Esto significa que podríamos estar cableados desde una edad temprana para obtener una sensación de seguridad con la atención a los demás."
El equipo también evaluó el aspecto "cultivable" del altruismo, mirando la relación entre el estatus socioeconómico familiar y la compartición de fichas de premios. Las familias de los niños estudiados tenían una renta media o media-alta, con un ingreso promedio anual en el rango de los 75.000-90.000 dólares.
Los datos revelaron que los niños de las familias más ricas del estudio compartían un menor número de fichas que los niños de familias con menos recursos.
"Esto implica que algunos aspectos de la cultura de alto estatus socioeconómico que se han observado en los adultos, como el aumento de auto-enfoque y la disminución de la sensibilidad social, pueden estar presentes en niños de tan sólo 4 años de edad", dice Miller.
Los investigadores señalan que, debido a que los niños de familias con menos recursos donan más fichas, pueden recibir un útil impulso fisiológico del comportamiento altruista. Este aumento podría ayudar a compensar parte de la desventaja fisiológica asociada a crecer en un hogar de menores ingresos.
"Nuestros hallazgos sugieren que el fomento de las tendencias altruistas podría ser un camino hacia la promoción de una mejor salud y bienestar para todos los niños", concluye Miller.
Referencia bibliográfica:
J. G. Miller, S. Kahle, P. D. Hastings: Roots and Benefits of Costly Giving: Children Who Are More Altruistic Have Greater Autonomic Flexibility and Less Family Wealth://. Psychological Science, 2015; DOI: 10.1177/0956797615578476.
J. G. Miller, S. Kahle, P. D. Hastings: Roots and Benefits of Costly Giving: Children Who Are More Altruistic Have Greater Autonomic Flexibility and Less Family Wealth://. Psychological Science, 2015; DOI: 10.1177/0956797615578476.