Imagen de Andrey Kiselev. PhotoXpress.
La salud y el bienestar de un equipo de trabajo son fundamentales no solo para el buen funcionamiento de una organización –incluida su productividad-, sino también para la satisfacción en cuanto a la vida laboral por parte de los empleados de la compañía. Esta satisfacción determinará gran parte de la motivación de los trabajadores a la hora de trabajar y de su decisión de permanecer o no en una empresa. Por esta razón, los directivos deben tener presentes estos elementos de la vida laboral a la hora de diseñar estrategias para sus negocios.
Y, al parecer, lo están haciendo: la nueva Willis Health and Productivity Survey (Encuesta de salud y productividad de Willis), de Willis North America’s Human Capital Practice, reveló que el liderazgo directivo está comprometido con los programas de bienestar en el trabajo, y que su compromiso con el mejoramiento de la salud de los empleados está aumentando.
Prueba de lo anterior es que el compromiso del liderazgo directivo con mejorar significativamente la salud de sus trabajadores pasó del 6% en 2009 al 42% en 2010.
Los directivos afirmaron que los dos factores clave en el éxito de un programa de bienestar laboral son el apoyo a la gestión y un fuerte apoyo cultural para el bienestar dentro de la organización, mientras que algunos obstáculos son la dificultad a la hora de involucrar a los empleados en las iniciativas de salud y productividad, y la dificultad de medir los resultados de este tipo de iniciativas.
Bienestar y motivación
Aunque no todas las compañías cuentan con programas de bienestar laboral, de acuerdo con la encuesta, ahora la mayoría de los directivos (el 53%) afirman implementar algún tipo de programa con este objetivo. De esa mayoría, el 57% lo describirían como un programa básico.
Aun así, solo el 28% de los directivos encuestados cuenta actualmente con una estrategia definida y específica encaminada a mejorar el compromiso de los empleados en el lugar de trabajo y, de ellos, el 64% considera el bienestar como una parte importante de su estrategia global de motivación.
Como explica Cheryl Mealey, líder de prácticas nacionales y consultora de bienestar en Willis Human Capital Practice: “Si bien es alentador el aumento significativo del apoyo organizacional a nivel directivo, la encuesta muestra una necesidad de enfocar los programas en el incremento del compromiso de los empleados. La alta dirección realmente está empezando a asumir la idea de que nuestra salud impacta nuestra forma de trabajar, y nuestra forma de trabajar impacta nuestra salud”.
De todas maneras, la mayor motivación para la implementación de programas de bienestar laboral por parte de las empresas continúa siendo el alto coste de la salud: 78% de los contratantes revisaron las tendencias de los costos de sus programas de salud antes de implementar algún programa de bienestar laboral.
Y, al parecer, lo están haciendo: la nueva Willis Health and Productivity Survey (Encuesta de salud y productividad de Willis), de Willis North America’s Human Capital Practice, reveló que el liderazgo directivo está comprometido con los programas de bienestar en el trabajo, y que su compromiso con el mejoramiento de la salud de los empleados está aumentando.
Prueba de lo anterior es que el compromiso del liderazgo directivo con mejorar significativamente la salud de sus trabajadores pasó del 6% en 2009 al 42% en 2010.
Los directivos afirmaron que los dos factores clave en el éxito de un programa de bienestar laboral son el apoyo a la gestión y un fuerte apoyo cultural para el bienestar dentro de la organización, mientras que algunos obstáculos son la dificultad a la hora de involucrar a los empleados en las iniciativas de salud y productividad, y la dificultad de medir los resultados de este tipo de iniciativas.
Bienestar y motivación
Aunque no todas las compañías cuentan con programas de bienestar laboral, de acuerdo con la encuesta, ahora la mayoría de los directivos (el 53%) afirman implementar algún tipo de programa con este objetivo. De esa mayoría, el 57% lo describirían como un programa básico.
Aun así, solo el 28% de los directivos encuestados cuenta actualmente con una estrategia definida y específica encaminada a mejorar el compromiso de los empleados en el lugar de trabajo y, de ellos, el 64% considera el bienestar como una parte importante de su estrategia global de motivación.
Como explica Cheryl Mealey, líder de prácticas nacionales y consultora de bienestar en Willis Human Capital Practice: “Si bien es alentador el aumento significativo del apoyo organizacional a nivel directivo, la encuesta muestra una necesidad de enfocar los programas en el incremento del compromiso de los empleados. La alta dirección realmente está empezando a asumir la idea de que nuestra salud impacta nuestra forma de trabajar, y nuestra forma de trabajar impacta nuestra salud”.
De todas maneras, la mayor motivación para la implementación de programas de bienestar laboral por parte de las empresas continúa siendo el alto coste de la salud: 78% de los contratantes revisaron las tendencias de los costos de sus programas de salud antes de implementar algún programa de bienestar laboral.
Los obstáculos
De acuerdo con la encuesta, a pesar del aumento en el compromiso con el bienestar de los empleados, y a pesar de que la mayor motivación es reducir los costos de la salud, aproximadamente un tercio de los líderes encuestados afirmó no estar de acuerdo con recompensas económicas como impulsoras de estilos de vida más sanos dentro de la organización, lo que representa un aumento de un 15% con respecto a los resultados de la encuesta de 2009.
Por otra parte, existen algunos obstáculos además en la implementación de los programas de bienestar: el 44% de los líderes manifiesta no contar con el tiempo o con el personal suficiente para poner en marcha uno de estos programas, mientras que el 43% menciona las limitaciones en el presupuesto.
De acuerdo con Mealey: “Las organizaciones tienen que repensar sus estrategias de incentivos y de comunicaciones para determinar si su enfoque se traduce en el cumplimiento de una serie de tareas definidas, o de un compromiso real en la mejora de la salud y, en última instancia, en el éxito del negocio”.
Se trata de que las empresas comprendan la relación tan definitiva que existe entre el bienestar y la productividad, y que tomen las medidas pertinentes para que de esa relación surjan excelentes resultados en los negocios.
De acuerdo con la encuesta, a pesar del aumento en el compromiso con el bienestar de los empleados, y a pesar de que la mayor motivación es reducir los costos de la salud, aproximadamente un tercio de los líderes encuestados afirmó no estar de acuerdo con recompensas económicas como impulsoras de estilos de vida más sanos dentro de la organización, lo que representa un aumento de un 15% con respecto a los resultados de la encuesta de 2009.
Por otra parte, existen algunos obstáculos además en la implementación de los programas de bienestar: el 44% de los líderes manifiesta no contar con el tiempo o con el personal suficiente para poner en marcha uno de estos programas, mientras que el 43% menciona las limitaciones en el presupuesto.
De acuerdo con Mealey: “Las organizaciones tienen que repensar sus estrategias de incentivos y de comunicaciones para determinar si su enfoque se traduce en el cumplimiento de una serie de tareas definidas, o de un compromiso real en la mejora de la salud y, en última instancia, en el éxito del negocio”.
Se trata de que las empresas comprendan la relación tan definitiva que existe entre el bienestar y la productividad, y que tomen las medidas pertinentes para que de esa relación surjan excelentes resultados en los negocios.