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El principal resultado de este estudio es que una vez que se tienen en cuenta la edad, la experiencia en el puesto, la rama de actividad, el tamaño de la empresa, el tipo de contrato, la cualificación requerida, la nacionalidad del empleado y si el puesto se consiguió o no a través de una empresa de trabajo temporal, los hombres empleados en actividades turísticas perciben un 6,7 % más de salario que las mujeres.
Por el contrario, en actividades no turísticas la diferencia salarial por género es inferior (un 4,81 %), según se desprende del estudio, publicado recientemente en la revista Tourism Managament por el profesor Fernando Muñoz Bullón, de la Sección de Organización de Empresas adscrita al Departamento de Ingeniería Mecánica de la UC3M.
A pesar de estos resultados, en el 88 % de los casos la diferencia salarial entre hombres y mujeres dentro del turismo se explica por sus diferentes características. “En el resto de casos (un 12 %) la diferencia no se puede explicar por las variables tenidas en cuenta en el modelo y ha de atribuirse, supuestamente, a la existencia de discriminación”, indica Muñoz Bullón, Doctor en Economía.
Por el contrario, en otras actividades diferentes del turismo hay un mayor porcentaje de la diferencia salarial por género que se atribuye a discriminación.
Hay algunas variables que explican esta diferencia de salarios en el sector turístico español, como el tipo de contrato (las mujeres suelen tener menos contratos de carácter indefinido), la rama de actividad (las mujeres están menos presentes en los subsectores con salarios más altos) o el nivel de cualificación, que suele ser inferior con respecto a los hombres.
“Las mujeres están empleadas sobre todo en puestos que requieren un nivel de cualificación inferior al de los hombres, por lo que se produce una segregación ocupacional”, concluye el profesor.
Posibles soluciones
Además de señalar el problema, el investigador indica algunas medidas que se podrían adoptar para evitar esta situación. Por un lado, habría que mejorar el acceso de las mujeres a la educación, a actividades de formación, con lo que se podrían reducir todavía más las diferencias salariales entre hombres y mujeres.
Por otro lado, añade, la autoridad competente tendría que asegurar el principio de ‘igual salario por el mismo puesto’, incluido en el Estatuto de los trabajadores en la década de los noventa, para que se cumpla velando, sobre todo, por evitar la segregación ocupacional y la discriminación.
El investigador piensa que lo normal sería que las diferencias salariales entre hombres y mujeres se vayan reduciendo en los próximos años. “De hecho, las diferencias en cuanto al nivel educativo de hombres y mujeres se han reducido mucho con el paso de los años y algo similar cabe esperar en cuanto a la segregación ocupacional y por tipo de contrato, aunque en este sentido las políticas de contratación del empresariado tiene un papel importante”, matiza.
La idea de iniciar esta investigación surgió cuando el economista se dio cuenta de que no había habido ningún estudio representativo de las diferencias salariales por género dentro del sector turístico a nivel nacional, a pesar de que se trata de uno de los principales motores del crecimiento económico en España (en 2003, los ocupados en actividades turísticas representaban el 12 % de la población ocupada total y el 19% de los ocupados en el sector servicios).
Para la realización de este estudio el investigador tomó una muestra representativa del 1 % de las empresas turísticas que cotizaban en España en el régimen de la Seguridad Social a finales del año 2000 y reunió la historia laboral de 6 años (de 1998 a 2003) de todos los trabajadores que fueron empleados al menos una vez en estas empresas. Después, se aplicaron técnicas econométricas para aislar el efecto individual de las variables incluidas sobre los salarios percibidos.
Por el contrario, en actividades no turísticas la diferencia salarial por género es inferior (un 4,81 %), según se desprende del estudio, publicado recientemente en la revista Tourism Managament por el profesor Fernando Muñoz Bullón, de la Sección de Organización de Empresas adscrita al Departamento de Ingeniería Mecánica de la UC3M.
A pesar de estos resultados, en el 88 % de los casos la diferencia salarial entre hombres y mujeres dentro del turismo se explica por sus diferentes características. “En el resto de casos (un 12 %) la diferencia no se puede explicar por las variables tenidas en cuenta en el modelo y ha de atribuirse, supuestamente, a la existencia de discriminación”, indica Muñoz Bullón, Doctor en Economía.
Por el contrario, en otras actividades diferentes del turismo hay un mayor porcentaje de la diferencia salarial por género que se atribuye a discriminación.
Hay algunas variables que explican esta diferencia de salarios en el sector turístico español, como el tipo de contrato (las mujeres suelen tener menos contratos de carácter indefinido), la rama de actividad (las mujeres están menos presentes en los subsectores con salarios más altos) o el nivel de cualificación, que suele ser inferior con respecto a los hombres.
“Las mujeres están empleadas sobre todo en puestos que requieren un nivel de cualificación inferior al de los hombres, por lo que se produce una segregación ocupacional”, concluye el profesor.
Posibles soluciones
Además de señalar el problema, el investigador indica algunas medidas que se podrían adoptar para evitar esta situación. Por un lado, habría que mejorar el acceso de las mujeres a la educación, a actividades de formación, con lo que se podrían reducir todavía más las diferencias salariales entre hombres y mujeres.
Por otro lado, añade, la autoridad competente tendría que asegurar el principio de ‘igual salario por el mismo puesto’, incluido en el Estatuto de los trabajadores en la década de los noventa, para que se cumpla velando, sobre todo, por evitar la segregación ocupacional y la discriminación.
El investigador piensa que lo normal sería que las diferencias salariales entre hombres y mujeres se vayan reduciendo en los próximos años. “De hecho, las diferencias en cuanto al nivel educativo de hombres y mujeres se han reducido mucho con el paso de los años y algo similar cabe esperar en cuanto a la segregación ocupacional y por tipo de contrato, aunque en este sentido las políticas de contratación del empresariado tiene un papel importante”, matiza.
La idea de iniciar esta investigación surgió cuando el economista se dio cuenta de que no había habido ningún estudio representativo de las diferencias salariales por género dentro del sector turístico a nivel nacional, a pesar de que se trata de uno de los principales motores del crecimiento económico en España (en 2003, los ocupados en actividades turísticas representaban el 12 % de la población ocupada total y el 19% de los ocupados en el sector servicios).
Para la realización de este estudio el investigador tomó una muestra representativa del 1 % de las empresas turísticas que cotizaban en España en el régimen de la Seguridad Social a finales del año 2000 y reunió la historia laboral de 6 años (de 1998 a 2003) de todos los trabajadores que fueron empleados al menos una vez en estas empresas. Después, se aplicaron técnicas econométricas para aislar el efecto individual de las variables incluidas sobre los salarios percibidos.