Los empleados más jóvenes prefieren la oficina al teletrabajo

Pese a lo que se cree, una cuarta parte de la población mundial elegiría el tradicional horario de ocho horas


La denominada Generación Y, que incluye a las personas nacidas entre 1982 y 1994, es definida por muchos expertos por su preferencia por el trabajo a distancia, su apego obsesivo a las últimas tecnologías y redes sociales, y su deseo constante por los cambios. Algunos estudiosos se han planteado incluso un cambio en la estructura de las empresas para adaptarse a estas nuevas formas. Sin embargo, un nuevo informe liderado por AWA señala que esta generación prefiere en realidad la oficina, por la cercanía que con los jefes que ésta favorece. Por Iván Abreu Anaya.


Iván Abreu Anaya
10/10/2011

Es común escuchar hoy día que la “Generación Y” está exigiendo la libertad de trabajar a distancia, solicitando constantemente hacer uso de estímulos, y que tiende a la obsesión con las redes sociales. Estas creencias sitúan a dicha generación, de una forma casi inconsciente, en desventaja con respecto a otras generaciones, como la Generación X (personas nacidas en los años 70).

Sin embargo, un nuevo estudio liderado por Advanced Workplace Associates (AWA), y del que se hace eco Management-Issues, revela que mucho de lo que se les ha dicho a los líderes empresariales o de lo que éstos han asumido en los últimos años acerca de las preferencias de trabajo de los jóvenes de hasta 30 años necesita ser radicalmente repensado.

El informe, en el que participaron casi 25.000 personas de 19 países, se propuso inicialmente examinar los puntos de vista generacionales que están impactando en la dirección de los lugares de trabajo. Algunos de los resultados obtenidos fueron sorprendentes.

Por ejemplo, el análisis demostró que los empleados más jóvenes expresaron el deseo constante por aprender y le dieron poca importancia al tiempo que invertían en trabajar en la oficina en un porcentaje entre un 15 y 20% menor que el de sus colegas de mayor edad. Asimismo, el estudio demostró que la Generación Y busca activamente cualquier oportunidad para estar en la oficina, más cerca de su jefe.

También se constató una correlación directa entre la edad y el apetito por el trabajo flexible. Entre personal de más edad, siete de cada 10 quería más posibilidades de elección en los patrones laborales. Sin embargo, sólo cuatro de cada 10 de sus colegas más jóvenes se mostraron dispuestos a trabajar fuera de la oficina.

Sólo son prejuicios

Tammy Erickson, experta en las diferencias generacionales entre los trabajadores y la fuerza laboral cambiante, señala en una reciente entrevista publicada también por Management-Issues que la Generación Y “supone una cuarta parte de la población mundial. Los porcentajes difieren un poco a medida que avanza en todo el mundo. En Europa, el porcentaje de estos jóvenes en la población total es un poco menor, obviamente. En Asia, en cambio, representa un gran porcentaje de la población”. La experta apuesta porque estos jóvenes serán una gran fuerza en una empresa “aportan muchas buenas habilidades”, apunta.

Otro mito roto por el informe es que la Generación Y está siempre exigiendo nuevas tecnologías y estímulos. Todo lo contrario: los más jóvenes son más receptivos a los equipos disponibles (hasta 20 puntos porcentuales más que sus compañeros de más edad).

Tampoco se encontró evidencia alguna de que los empleados más jóvenes exijan más acceso a las redes sociales. En todo caso, son reticentes a pedir esos instrumentos por el temor a ser acusados de perezosos u holgazanes. Es más, los empleados más jóvenes pusieron más énfasis en trabajar más horas en la oficina y anteponer el trabajo a la familia que sus colegas mayores.

El mensaje que se deriva de la presente encuesta es un deseo generalizado de los empleados de todas las edades y nacionalidades de desarrollar una buena carrera, con perspectivas prometedoras, en una empresa socialmente responsable, trabajando con directores y colegas respetables, con un fuerte sentido del deber hacia su papel y hacia sus directivos.

Los valores tradicionales, tales como el deber y las perspectivas de carrera, son tan importantes para los nacidos en la década de 1990 como para los nacidos en la década de 1950, señala por último el informe.




Iván Abreu Anaya
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