Imagen: nicolasjoseschirado. Fuente: PhotoXpress.
Que la temperatura del planeta está aumentando es un hecho, y hay consenso científico en que este calentamiento tendrá consecuencias económicas; por eso, grupos de investigadores de todo el mundo se dedican a calcular cuántos grados más soportará la Tierra en el futuro y cómo afectará a la vida de las personas.
Científicos del Centro de Investigación Común de la Comisión Europea (JRC, por sus siglas en inglés) han estimado que, si no se hace nada por evitarlo, con una temperatura 3,5 ºC más alta en el año 2080, los daños climáticos costarán a Europa al menos 190.000 millones de euros, lo que se traduce en una pérdida del 1,8% de su PIB actual.
Estas conclusiones son los resultados de la segunda fase del proyecto PESETA, que compara la situación en la Europa del futuro, de 2071-2100, con la de 1961-90. “El nombre de ‘PESETA’ es un acrónimo (de Projection of Economic impacts of climate change in Sectors of the European Union based on boTtom-up Analysis) y no se lo puse yo, sino una investigadora holandesa”, explica a Sinc Juan Carlos Ciscar, economista español y líder del trabajo, que este miércoles se ha presentado en el Euroscience Open Forum celebrado en Copenhague (Dinamarca).
“Los impactos en una región se propagarán a otras, por ejemplo, las pérdidas agrícolas en el sur de Europa tendrían un efecto dominó”, dice Ciscar.
Los cálculos de PESETA se han obtenido imaginando un mundo con la población y el panorama económico de hoy, pero con el clima que se espera para 2080. El principal objetivo es dotar a los responsables de la toma de decisiones políticas de evidencias científicas para apoyar planes que mitiguen los efectos del cambio climático. Y en esta Europa recalentada, los daños no afectarían a todos por igual: “Los países más perjudicados serán los del sur de Europa”, explica Ciscar.
En el estudio, la Unión Europea se ha dividido en cinco regiones, de las cuales el sur de Europa (España, Italia, Grecia, Portugal y Bulgaria) es la región más castigada por el clima, con pérdidas de 74.000 millones de euros anuales.
Efecto dominó
Si a esta zona se suma la de los países al sur de Europa central (Francia, Austria, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia y Rumania), ambas cargarían con el 70% de las pérdidas de calidad de vida de la UE; mientras que los países del norte serían los menos perjudicados (1%). Sin embargo, el científico aclara que “los impactos en una región se propagarán a otros lugares, por ejemplo, las pérdidas agrícolas en el sur de Europa tendrían un efecto dominó”.
Los primeros resultados de PESETA se obtuvieron en 2009 y fueron publicados en la revista PNAS. La novedad de esta segunda fase del proyecto es, según Ciscar, “que ahora hemos incluido nuevos sectores en los que el cambio climático tiene influencia, como la salud”. Así, han deducido que más de la mitad de los daños económicos en Europa se deberán a muertes prematuras.
El trabajo de los investigadores ha consistido, en primer lugar, en recoger datos sobre los cambios biofísicos producidos por el calentamiento en diez sectores: agricultura, inundaciones de ríos, costas, turismo, energía, sequías, incendios forestales, infraestructuras de transporte, adaptación del hábitat de los bosques y salud humana.
Para evaluar cómo afectarán al bienestar y la economía de los europeos, han integrado los datos en un modelo económico. Por detrás de la mortalidad prematura, responsable de pérdidas de más de 120.000 millones de euros, los mayores impactos se sufrirán en las costas (42.000 millones de euros) y la agricultura (18.000 millones).
La frecuencia de los eventos climáticos extremos sería el doble que la actual, habría 200.000 muertes relacionadas con el calor, las inundaciones de los ríos causarían daños de más de10.000 millones de euros y 8.000 km2 de bosque se quemarían en el sur de Europa. El número de personas afectadas por las sequías se multiplicaría por siete y los daños en las costas debidos al aumento del nivel del mar se triplicarían.
Científicos del Centro de Investigación Común de la Comisión Europea (JRC, por sus siglas en inglés) han estimado que, si no se hace nada por evitarlo, con una temperatura 3,5 ºC más alta en el año 2080, los daños climáticos costarán a Europa al menos 190.000 millones de euros, lo que se traduce en una pérdida del 1,8% de su PIB actual.
Estas conclusiones son los resultados de la segunda fase del proyecto PESETA, que compara la situación en la Europa del futuro, de 2071-2100, con la de 1961-90. “El nombre de ‘PESETA’ es un acrónimo (de Projection of Economic impacts of climate change in Sectors of the European Union based on boTtom-up Analysis) y no se lo puse yo, sino una investigadora holandesa”, explica a Sinc Juan Carlos Ciscar, economista español y líder del trabajo, que este miércoles se ha presentado en el Euroscience Open Forum celebrado en Copenhague (Dinamarca).
“Los impactos en una región se propagarán a otras, por ejemplo, las pérdidas agrícolas en el sur de Europa tendrían un efecto dominó”, dice Ciscar.
Los cálculos de PESETA se han obtenido imaginando un mundo con la población y el panorama económico de hoy, pero con el clima que se espera para 2080. El principal objetivo es dotar a los responsables de la toma de decisiones políticas de evidencias científicas para apoyar planes que mitiguen los efectos del cambio climático. Y en esta Europa recalentada, los daños no afectarían a todos por igual: “Los países más perjudicados serán los del sur de Europa”, explica Ciscar.
En el estudio, la Unión Europea se ha dividido en cinco regiones, de las cuales el sur de Europa (España, Italia, Grecia, Portugal y Bulgaria) es la región más castigada por el clima, con pérdidas de 74.000 millones de euros anuales.
Efecto dominó
Si a esta zona se suma la de los países al sur de Europa central (Francia, Austria, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia y Rumania), ambas cargarían con el 70% de las pérdidas de calidad de vida de la UE; mientras que los países del norte serían los menos perjudicados (1%). Sin embargo, el científico aclara que “los impactos en una región se propagarán a otros lugares, por ejemplo, las pérdidas agrícolas en el sur de Europa tendrían un efecto dominó”.
Los primeros resultados de PESETA se obtuvieron en 2009 y fueron publicados en la revista PNAS. La novedad de esta segunda fase del proyecto es, según Ciscar, “que ahora hemos incluido nuevos sectores en los que el cambio climático tiene influencia, como la salud”. Así, han deducido que más de la mitad de los daños económicos en Europa se deberán a muertes prematuras.
El trabajo de los investigadores ha consistido, en primer lugar, en recoger datos sobre los cambios biofísicos producidos por el calentamiento en diez sectores: agricultura, inundaciones de ríos, costas, turismo, energía, sequías, incendios forestales, infraestructuras de transporte, adaptación del hábitat de los bosques y salud humana.
Para evaluar cómo afectarán al bienestar y la economía de los europeos, han integrado los datos en un modelo económico. Por detrás de la mortalidad prematura, responsable de pérdidas de más de 120.000 millones de euros, los mayores impactos se sufrirán en las costas (42.000 millones de euros) y la agricultura (18.000 millones).
La frecuencia de los eventos climáticos extremos sería el doble que la actual, habría 200.000 muertes relacionadas con el calor, las inundaciones de los ríos causarían daños de más de10.000 millones de euros y 8.000 km2 de bosque se quemarían en el sur de Europa. El número de personas afectadas por las sequías se multiplicaría por siete y los daños en las costas debidos al aumento del nivel del mar se triplicarían.
Una predicción que subestima los daños
Estas previsiones se refieren al caso en el que no se haga nada para mitigar el calentamiento global, con un aumento de temperatura de 3,5 ºC. Pero PESETA también contempla otro escenario: un mundo en el que se aplicaran políticas para reducir los gases de efecto invernadero y se redujera el calentamiento a 2 °C –la meta internacional actual–.
En este caso, las pérdidas se reducirían un 30% hasta los 60.000 millones de euros, lo que supone un 1,2% del PIB europeo. Además, las nuevas áreas quemadas se reducirían a la mitad y se evitarían 23.000 muertes anuales por calor.
“Puede parecer que la diferencia entre no hacer nada o actuar es pequeña, pero esa es una interpretación errónea de nuestro trabajo. Estamos dejando claro que nuestro estudio subestima el daño provocado por el cambio climático en Europa”, explica Ciscar. “Hay efectos que no hemos podido evaluar porque no existen métodos para hacerlo y otros que podrían incluirse en próximos estudios”, aclara.
Ciscar se refiere, por ejemplo, a los eventos climáticos extremos: “Sabemos que el huracán Sandy que pasó por América en 2012 supuso pérdidas de 50 mil millones de dólares, pero no podemos incluir en nuestro modelo este tipo de estimaciones”.
PESETA no considera el hecho de que al moderar las temperaturas se podrían reducir las importaciones de energía en la UE; como tampoco tiene en cuenta los riesgos para la salud por la contaminación del aire. Deja fuera del análisis otros factores, como los daños a la diversidad biológica, que no pueden monetizarse; la posibilidad de un cambio climático abrupto o las consecuencias del derretimiento del hielo marino del Ártico.
La mortalidad podría duplicarse en el continente
El pasado mes de marzo, el JRC publicó otro estudio sobre las consecuencias del cambio climático para Europa en 2080 que señalaba que la tasa de mortalidad de la población europea se habrá duplicado para ese año si no se toman medidas contra ahora. En España y otros países del sur de Europa, las temperaturas podrían aumentar hasta 6ºC durante el verano si no se actúa, alertaba el informe.
Estas previsiones se refieren al caso en el que no se haga nada para mitigar el calentamiento global, con un aumento de temperatura de 3,5 ºC. Pero PESETA también contempla otro escenario: un mundo en el que se aplicaran políticas para reducir los gases de efecto invernadero y se redujera el calentamiento a 2 °C –la meta internacional actual–.
En este caso, las pérdidas se reducirían un 30% hasta los 60.000 millones de euros, lo que supone un 1,2% del PIB europeo. Además, las nuevas áreas quemadas se reducirían a la mitad y se evitarían 23.000 muertes anuales por calor.
“Puede parecer que la diferencia entre no hacer nada o actuar es pequeña, pero esa es una interpretación errónea de nuestro trabajo. Estamos dejando claro que nuestro estudio subestima el daño provocado por el cambio climático en Europa”, explica Ciscar. “Hay efectos que no hemos podido evaluar porque no existen métodos para hacerlo y otros que podrían incluirse en próximos estudios”, aclara.
Ciscar se refiere, por ejemplo, a los eventos climáticos extremos: “Sabemos que el huracán Sandy que pasó por América en 2012 supuso pérdidas de 50 mil millones de dólares, pero no podemos incluir en nuestro modelo este tipo de estimaciones”.
PESETA no considera el hecho de que al moderar las temperaturas se podrían reducir las importaciones de energía en la UE; como tampoco tiene en cuenta los riesgos para la salud por la contaminación del aire. Deja fuera del análisis otros factores, como los daños a la diversidad biológica, que no pueden monetizarse; la posibilidad de un cambio climático abrupto o las consecuencias del derretimiento del hielo marino del Ártico.
La mortalidad podría duplicarse en el continente
El pasado mes de marzo, el JRC publicó otro estudio sobre las consecuencias del cambio climático para Europa en 2080 que señalaba que la tasa de mortalidad de la población europea se habrá duplicado para ese año si no se toman medidas contra ahora. En España y otros países del sur de Europa, las temperaturas podrían aumentar hasta 6ºC durante el verano si no se actúa, alertaba el informe.
Referencia bibliográfica:
Ciscar JC et al. Climate Impacts in Europe. The JRC PESETA II Project. JRC Scientific and Policy Reports (2014).
Ciscar JC et al. Climate Impacts in Europe. The JRC PESETA II Project. JRC Scientific and Policy Reports (2014).