Los científicos se movilizan para preservar la memoria del hielo

El 15 de agosto arranca el proyecto para crear el primer banco mundial de hielo glaciar


Debido al calentamiento global y al deshielo de los glaciares, un grupo de científicos se moviliza para preservar la memoria del hielo. El proyecto, llevado a cado con financiación privada, lleva desde 2015 trabajando en la creación de un patrimonio glaciar mundial. Este patrimonio será puesto a disposición de las futuras generaciones de científicos y permitirá estudiar y comprender las evoluciones locales y ambientales


CNRS/T21
03/08/2016

Según indica el CNRS en un comunicado de prensa, la primera misión del proyecto de preservación del patrimonio glaciar comenzará en Francia el próximo lunes 15 de agosto, en el Mont-Blanc: varios investigadores del CNRS, del IRD y de la Universidad de Grenoble Alpes viajarán a la cima del macizo para retirar un bloque de hielo del cuelo de la bóveda glaciar para luego guardar una muestra en el Ártico.

"En los próximos decenios, o incluso siglos, este patrimonio helado tendrá un valor inestimable: para investigaciones científicas totalmente ineditas o para comprender las evoluciones locales del medio ambiente. Apoyo plenamente este proyecto" indica Jean Jouzel, climatólogo vice-Presidente de la Comisión Científica del GIEC de 2002 al 2015 y premio Nobel de la Paz en 2007. 

El lunes 15 de agosto, y hasta principios de septiembre, un equipo internacional de una decena de glaciólogos e ingenieros -franceses, italianos, rusos y americanos- coordinados por Patrick Ginot, ingeniero de investigación en el Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) en el seno del Laboratorio de glaciología y geofísica del medio ambiente (LGGE) de la Universidad de Grenobles Alpes y del CNRS, y Jérôme Chappellaz, director de investigación del CNRS en el mismo laboratorio, se desplazarán al cuello de la Cima (4300 M, macizo del Mont-Blanc) para retirar los primeras núcleos de hielo. El objetivo es constituir la primera biblioteca mundial de archivos que provienen de glaciares amenazados por el cambio climático. 

Tres núcleos de hielo, de 130 metros cada uno, serán extraídos y descenderán el valle en helicóptero. Luego, serán transportadas al LGGE de Grenoble. Todo esto manteniendo una rigurosa cadena de frío. Uno de los núcleos será analizado en 2019 para constituir una base de datos disponible para el conjunto de la comunidad científica mundial. Los otras dos serán llevados en barco y por tierra, sobre las altas tierras del Antártico, en 2020, y se guardarán en la base Concordia, creada por el Instituto polar francés Paul-Émile Victor (IPEV) y su socio italiano, el Programa nacional de Investigación Antártico (PNRA). A largo plazo, deberían guardarse decenas de núcleos de hielo en una cueva, cavada bajo la nieve a -54ºC, al ser el congelador más seguro y natural del mundo. 

El cuello de la bóveda glaciar es la primera etapa de este gran proyecto que comenzó en 2015 el LGGE, la Universidad Ca'Foscari de Venecia (Italia) y el CNR (el consejo nacional de investigación italiana), bajo la supervisión de la Fundación de la Universidad de Grenoble Alpes. Una segunda misión, más larga y más compleja, se llevará a cabo en 2017 en los Andes en Bolivia (glaciar Illimani). Otros países ya son candidatos para inscribirse a este proyecto para preservar la memoria de los glaciares a los cuales tienen acceso países como Alemania, Austria, Suiza, Brasil, Estados Unidos, Rusia, China, Nepal y Canadá.
 

¿Por qué este archivo glaciar ahora?

La idea de crear este proyecto ha surgido cuando los científicos han constatado el aumento de temperaturas de varios glaciares. En 10 años, la temperatura cerca de los glaciares del Mont-Blanc y del Illimani en los Andes se ha elevado de 1,5 a 2ºC. A este ritmo se prevé que sus superficies, sistemáticamente, se derretirán en verano de aquí a algunos decenios. Con este derretimiento, y por la percolación del agua derretida a través de las capas de nieve adyacentes, desaparecen capítulos enteros de la historia de nuestro planeta.

Somos la única comunidad de científicos que trabaja sobre el clima que va a ver desaparecer parte de sus archivos. Era urgente constituir este patrimonio para el futuro, como el patrimonio mundial de semillas conservada en Spitzberg", explica Jérôme Chappellaz, el precursor francés del proyecto. Aporte indispensable a la ciencia ambiental y climática, crucial para mejor anticipar nuestro futuro, la ciencia de los glaciares se quedará, en efecto, sin materia prima de calidad en las regiones de montaña debido al calentamiento global. 
"Nuestra generación de científicos, testigo de calentamiento global, tiene cierta responsabilidad respecto a las generaciones futuras. Por este motivo, ofrecemos estas muestras de hielo de los glaciares más frágiles a la comunidad científica de dentro de decenios y siglos, cuando los glaciares hayan desaparecido o perdido la calidad de su registro" concluye Carlo Barbante, que inició el proyecto en Italia, y Director del Instituto de Dinámicas de Procesos Ambientales, CNR, de la Universidad Ca'Foscari de Venecia. 

Más información sobre el proyecto y sus avances en la Fundación Universidad Grenoble Alpes.



CNRS/T21
Artículo leído 3503 veces



Más contenidos