Los científicos alertan de los peligros del calentamiento del Ártico

Las altas temperaturas y la pérdida de banquisa alcanzan récords que pueden desestabilizar el clima mundial


Los científicos alertan de la situación que vive el Ártico, con temperaturas en noviembre 20ºC por encima de la media estacional, con una brusca disminución del hielo marino y el hundimiento de la infraestructura construida sobre el permafrost debido al deshielo. Los resultados podrían ser catastróficos y debemos prepararnos para lo inesperado, ya que estos cambios pueden desestabilizar el clima regional y mundial.


Redacción T21
26/11/2016

El Ártico alarma a la comunidad científica. Las temperaturas registradas en noviembre en el Polo Norte se han situado en los 0ºC, cuando la media de esta estación es -20ºC, según ha alertado el Instituto Meteorológico Danés, que añade que en las últimas cuatro semanas el termómetro se ha situado de 9ºC a 12ºC por encima de lo normal en esta época.

En consecuencia, la banquisa o hielo marino, capa de hielo flotante que se forma en las regiones oceánicas polares, está a sus niveles más bajos: su extensión a finales del verano fue la segunda más baja (4,14 millones de kilómetros cuadrados) desde el récord de 2012, según informa  el Centro Nacional de Datos de Hielo y de Nieve (NSIDC) de Estados Unidos.

En octubre, la banquisa sólo aumentó a 6,4 millones de kilómetros cuadrados, un tercio menos en relación a la media de 1981-2010, lo que constituye la superficie más reducida para esta estación del año desde que se tienen registros por satélite (1979).

La alerta danesa coincide con la presentación en Estocolmo del El Informe de Resiliencia del Ártico, elaborado por un equipo internacional de investigadores bajo los auspicios del Consejo del Ártico.

Según este informe, las señales del cambio están por todas partes en el Polo Norte: al aumento de las temperaturas y disminución de la banquisa se une que la infraestructura construida sobre el permafrost se hunde a medida que la superficie terrestre se deshiela.

Sin embargo, ésos son solamente instantáneas de una tendencia mucho más grande, advierte el informe, que muestra cómo los ecosistemas árticos están amenazados por el cambio climático y otros impactos de las actividades humanas.

Identifica 19 puntos de inflexión  que ya han ocurrido en los ecosistemas marinos, de agua dulce y terrestres del Ártico. Estos cambios afectan a la estabilidad del clima y del paisaje, a la capacidad de las especies vegetales y animales para sobrevivir y a la subsistencia y formas de vida de los pueblos indígenas.

Empoderación ciudadana

El Informe destaca la necesidad de mejorar la cooperación, tanto para abordar los efectos del cambio del Ártico, como para fortalecer la capacidad de resistencia del Ártico. Encuentra que las políticas y las acciones de los gobiernos de los países del Ártico a veces han dañado la capacidad de resistencia, lo que exige un trabajo más intenso para apoyar y potenciar a las comunidades locales.

"La resistencia de los sistemas socio-ecológicos del Ártico depende no sólo del compromiso y la imaginación de la gente del Ártico, sino del apoyo de los gobiernos de los países del Ártico, las organizaciones no gubernamentales, la industria y otros", concluye.

"En última instancia, comprender la capacidad de recuperación en el Ártico dependerá del empoderamiento de los pueblos del Norte para autoorganizarse, definir desafíos en sus propios términos y encontrar sus propias soluciones, sabiendo que tienen la flexibilidad y el apoyo externo para implementar sus planes".

El Informe, publicado ayer en Estocolmo en un seminario organizado por el Ministerio de Medio Ambiente y Energía de Suecia, es la culminación de un esfuerzo científico de cinco años para comprender mejor la naturaleza del cambio en el Ártico.
También examina los factores que apoyan la resiliencia, y los tipos de opciones que fortalecen la capacidad de adaptación.

El informe se basa en un gran y creciente cuerpo de investigación sobre el cambio ambiental en el Ártico, pero añade nuevas ideas sustanciales, aprovechando la ciencia de la resiliencia para integrar las perspectivas sociales y ecológicas. La resiliencia es la capacidad de los seres humanos para superar períodos de dolor emocional y situaciones adversas.

"Esta integración es novedosa, al igual que el enfoque sobre cómo la gente del Ártico, las naciones del Ártico y el Consejo del Ártico pueden afrontar los cambios turbulentos y sorprendentes que están sucediendo", dijo Garry Peterson, del Centro de Resiliencia de Estocolmo.

Cambios sistémicos

"Uno de los hallazgos más importantes del estudio es que no sólo se producen cambios sistémicos, sino que existe un riesgo real de que este cambio sistémico pueda desencadenar otros, y de que cambios simultáneos tengan efectos inesperados", dijo Johan L. Kuylenstierna, director ejecutivo de El Instituto del Medio Ambiente de Estocolmo.

Johan Rockström, director ejecutivo del Centro de Resiliencia de Estocolmo y co-presidente del proyecto, añadió: "La manera en que los cambios de régimen interactúan entre sí es poco comprendida. Si los cambios de régimen múltiples se refuerzan mutuamente, los resultados podrían ser potencialmente catastróficos. La variedad de efectos que podríamos ver significa que las personas y las políticas del Ártico deben prepararse para lo inesperado. También esperamos que algunos de esos cambios desestabilicen el clima regional y mundial, con impactos potencialmente mayores".

El estudio también examina cómo las personas del Ártico se están adaptando al cambio. Encuentra múltiples ejemplos de comunidades que han perdido su sustento y están luchando por sobrevivir o mantener su identidad cultural. 




Redacción T21
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