Foto: Universidad de Cambridge.
Los cerebros de las madres y sus bebés trabajan como una red que sincroniza sus ondas cerebrales, ha descubierto una investigación de la Universidad de Cambridge.
Esta investigación también ha determinado que el nivel de conectividad de las ondas cerebrales de madres y bebés es mucho más intenso si las madres expresan emociones positivas.
La investigación, publicada en la revista NeuroImage, utilizó un método llamado electroencefalografía dual (EEG) para observar las señales cerebrales en las madres y los bebés mientras interactuaban entre sí.
Descubrió que las madres y los bebés tienden a sincronizar sus ondas cerebrales, un efecto conocido como conectividad neuronal interpersonal, particularmente en la frecuencia de 6-9 hertz, el rango alfa infantil.
Al observar las cualidades y la estructura de la conectividad neuronal interpersonal utilizando un método matemático de análisis de red, los investigadores pudieron ver cómo fluía la información dentro de cada cerebro separado, y también cómo los dos cerebros operaban juntos como una red.
Las madres y los bebés tienden a pasar mucho tiempo juntos en un estado emocional positivo, en el que sus cerebros están muy conectados.
Interacción positiva
El estudio descubrió que la interacción positiva, con mucho contacto visual, mejora la capacidad de los cerebros materno e infantil para funcionar como un solo sistema. Esto promueve el intercambio eficiente y el flujo de información entre la madre y el bebé.
"De nuestro trabajo anterior, sabemos que cuando la conexión neuronal entre madres y bebés es fuerte, los bebés son más receptivos y están listos para aprender de sus madres", explica Vicky Leong, directora del estudio, en un comunicado.
“En esta etapa de la vida, el cerebro del bebé tiene la capacidad de cambiar significativamente, y estos cambios son impulsados por las experiencias del bebé. Al usar un tono emocional positivo durante las interacciones sociales, los padres pueden conectarse mejor con sus bebés y estimular el desarrollo de la capacidad mental de su bebé", añade Leong.
Los resultados también sugieren que los bebés de madres deprimidas pueden mostrar menos evidencia de aprendizaje debido a una conexión neuronal debilitada entre la madre y el bebé.
Las madres que experimentan un estado mental persistentemente bajo o negativo debido a la depresión clínica tienden a tener menos interacción con su bebé.
Su voz es a menudo de tono más plano, hacen mucho menos contacto visual y es menos probable que respondan cuando su bebé intenta llamar su atención.
"Nuestras emociones literalmente cambian la forma en que nuestros cerebros comparten información con los demás; las emociones positivas nos ayudan a comunicarnos de una manera mucho más eficiente", explica Leong.
“La depresión puede tener un poderoso efecto negativo en la capacidad de los padres para establecer conexiones con su bebé. Todas las señales sociales que normalmente fomentan la conexión están menos disponibles para el niño, por lo que el niño no recibe el aporte emocional óptimo que necesita para prosperar".
Esta investigación también ha determinado que el nivel de conectividad de las ondas cerebrales de madres y bebés es mucho más intenso si las madres expresan emociones positivas.
La investigación, publicada en la revista NeuroImage, utilizó un método llamado electroencefalografía dual (EEG) para observar las señales cerebrales en las madres y los bebés mientras interactuaban entre sí.
Descubrió que las madres y los bebés tienden a sincronizar sus ondas cerebrales, un efecto conocido como conectividad neuronal interpersonal, particularmente en la frecuencia de 6-9 hertz, el rango alfa infantil.
Al observar las cualidades y la estructura de la conectividad neuronal interpersonal utilizando un método matemático de análisis de red, los investigadores pudieron ver cómo fluía la información dentro de cada cerebro separado, y también cómo los dos cerebros operaban juntos como una red.
Las madres y los bebés tienden a pasar mucho tiempo juntos en un estado emocional positivo, en el que sus cerebros están muy conectados.
Interacción positiva
El estudio descubrió que la interacción positiva, con mucho contacto visual, mejora la capacidad de los cerebros materno e infantil para funcionar como un solo sistema. Esto promueve el intercambio eficiente y el flujo de información entre la madre y el bebé.
"De nuestro trabajo anterior, sabemos que cuando la conexión neuronal entre madres y bebés es fuerte, los bebés son más receptivos y están listos para aprender de sus madres", explica Vicky Leong, directora del estudio, en un comunicado.
“En esta etapa de la vida, el cerebro del bebé tiene la capacidad de cambiar significativamente, y estos cambios son impulsados por las experiencias del bebé. Al usar un tono emocional positivo durante las interacciones sociales, los padres pueden conectarse mejor con sus bebés y estimular el desarrollo de la capacidad mental de su bebé", añade Leong.
Los resultados también sugieren que los bebés de madres deprimidas pueden mostrar menos evidencia de aprendizaje debido a una conexión neuronal debilitada entre la madre y el bebé.
Las madres que experimentan un estado mental persistentemente bajo o negativo debido a la depresión clínica tienden a tener menos interacción con su bebé.
Su voz es a menudo de tono más plano, hacen mucho menos contacto visual y es menos probable que respondan cuando su bebé intenta llamar su atención.
"Nuestras emociones literalmente cambian la forma en que nuestros cerebros comparten información con los demás; las emociones positivas nos ayudan a comunicarnos de una manera mucho más eficiente", explica Leong.
“La depresión puede tener un poderoso efecto negativo en la capacidad de los padres para establecer conexiones con su bebé. Todas las señales sociales que normalmente fomentan la conexión están menos disponibles para el niño, por lo que el niño no recibe el aporte emocional óptimo que necesita para prosperar".
Comunicación emocional
La comunicación emocional entre los padres y sus hijos es crucial durante los primeros años de la vida, pero se sabe poco sobre sus bases neuronales.
Este es el primer estudio de imágenes cerebrales de dos personas relacionadas que investiga si la conectividad neuronal interpersonal de los bebés con sus madres se ve afectada por la calidad emocional de su interacción social y de qué manera.
Como especie social, los humanos compartimos estados emocionales con otros. Este trabajo muestra cómo las emociones cambian la conexión entre dos individuos a nivel neuronal.
Los investigadores dicen que sus hallazgos se aplican a muchos otros tipos de vínculo de afiliación, incluso entre parejas, amigos cercanos y hermanos, donde cada persona está muy en sintonía con la otra.
Es probable que la fuerza de esa sintonía cerebral dependa de lo bien que se conozcan las dos personas y del nivel de confianza entre ellas.
La comunicación emocional entre los padres y sus hijos es crucial durante los primeros años de la vida, pero se sabe poco sobre sus bases neuronales.
Este es el primer estudio de imágenes cerebrales de dos personas relacionadas que investiga si la conectividad neuronal interpersonal de los bebés con sus madres se ve afectada por la calidad emocional de su interacción social y de qué manera.
Como especie social, los humanos compartimos estados emocionales con otros. Este trabajo muestra cómo las emociones cambian la conexión entre dos individuos a nivel neuronal.
Los investigadores dicen que sus hallazgos se aplican a muchos otros tipos de vínculo de afiliación, incluso entre parejas, amigos cercanos y hermanos, donde cada persona está muy en sintonía con la otra.
Es probable que la fuerza de esa sintonía cerebral dependa de lo bien que se conozcan las dos personas y del nivel de confianza entre ellas.
Referencia
Emotional valence modulates the topology of the parent-infant inter-brain network. Lorena Santamaria et al. NeuroImage, 8 November 2019, 116341. DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2019.116341
Emotional valence modulates the topology of the parent-infant inter-brain network. Lorena Santamaria et al. NeuroImage, 8 November 2019, 116341. DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2019.116341