Los beneficios laborales desaparecieron en enero

Una encuesta revela que el 32 % de los trabajadores se sintió aún menos valorado durante el primer mes de 2012


Las opiniones vertidas por 2.500 empleados de distintos sectores, en una encuesta realizada por un experto de la Universidad de Pensilvania, revelan que los empleados han experimentado una importante desmejora de sus condiciones laborales, perdiendo primas de trabajo o incentivos en el mes de enero. Por tanto, parece que la recesión económica ha potenciado los reajustes salariales y otros beneficios que motivaban al personal. Hoy en día, la única preocupación de las empresas es mantenerse y no declararse en bancarrota. Por Iván Abreu Anaya.


Iván Abreu Anaya
31/01/2012

Nuevos datos arrojados por una encuesta reciente, realizada por un experto de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, revelan que 2012 ha comenzado con mal pie en el terreno empresarial. Es algo que se palpa: hoy día cunde el descontento de los trabajadores en sus puestos y la sensación de sentirse “explotados” por sus jefes.

Según la encuesta, muchos trabajadores consideran que algunas empresas han logrado la estabilidad y, a pesar de eso, siguen aplicando recortes sólo para ahorrarse responsabilidades.

En este sentido, el estudio, del que se ha hecho eco el medio Knowledge Wharton, ha constatado que la fuerza laboral considera que las primas son menores que antes, e incluso inexistentes.

Las consecuencias son obvias: cuando los trabajadores sienten que "la compañía está haciendo bien, pero de alguna manera algo va mal, en algún momento tiene que haber cierto grado de insatisfacción con eso. No es sostenible", sugiere Adan Cobb, autor de la investigación. El experto está especializado en el estudio de la mano de obra, las prestaciones laborales y la desigualdad de ingresos en las compañías.

El invierno congeló los beneficios

El estudio consistió en preguntarles por su situación laboral a un total de 2.500 trabajadores estadounidenses, a través del portal especializado Glassdoor.com.

De esta forma, se constató que el 17% de los trabajadores cree que sus empleadores han recortado o eliminado los bonos por logro de objetivos, y el 15% opina que los jefes han reducido ciertos beneficios, como las ayudas por transportes.

Alrededor de una cuarta parte de los empleados señaló, además, que sus compañías han congelado no sólo la contratación de nuevo personal, sino también los beneficios que ya obtenían los integrantes de la plantilla regular.

Un 50% informó, asimismo, que los empleadores habían recortado los salarios o despedido a personal en los últimos seis meses. De enero de 2012, según los expertos, quedará el recuerdo de la desaparición de los beneficios y del trabajo motivado.

Los recortes pasan factura

"Los empleados pueden estar muy descontentos, pero eso no quiere decir que van a renunciar", señala Cobb. "¿A dónde van a ir?" Sin embargo, los recortes están empezando a pasar factura a los empleados. El estudio de Cobb ha constatado que empresas de todos los tamaños han aumentado su productividad. En este contexto, sin embargo, más de un tercio de los trabajadores (el 36%) señaló que deseaba renunciar y buscar un empleo que les ofreciera mayores beneficios.

Las compañías, por tanto, no sólo se enfrentan a un entorno de trabajo más complejo y competitivo, sino también a una fuerza de trabajo que exige diferentes tipos de compensación y beneficios.

De este modo, "están viendo un gran mercado para sus servicios", y predicen que "la experiencia de los recortes salvajes de dos o tres años va a dar lugar a trabajos cada vez más temporales" en 2012, según afirmó el profesor del departamento de gestión Wharton, de la Universidad de Pensilvania, Matthew Bidwell, que ha investigado a los contratistas a corto plazo, a los trabajadores y los nuevos patrones de trabajo y el empleo. Con una crisis financiera en la eurozona todavía presente, "las empresas van a ser mucho más cuidadosas acerca de tener una gran cantidad de trabajadores fijos", concluye Bidwell.

En una recesión, la rotación de empleados de bajo nivel es probable que sea menos problemática para las compañías, ya que es más fácil contratar empleados de reemplazo en esos niveles, añade el profesor de contabilidad de Wharton, Wayne Guay, que estudia la compensación de los ejecutivos y los incentivos.

Es difícil decir si la moral de los empleados se convertirá en un problema creciente para las empresas, a medida que la crisis financiera avanza, señala por su parte Adam Grant profesor de gestión de Wharton, especializado en el estudio de la motivación en el trabajo y en el trabajo significativo.

"Por un lado, la seguridad financiera es un factor determinante de la moral, así que no hay razón para creer que las empresas se enfrentan a dificultades. Por otro lado, cuando los tiempos son críticos, algunos empleados son más agradecidos con las características positivas de su trabajo", concluye Grant.




Iván Abreu Anaya
Artículo leído 3190 veces



Más contenidos