Los abejorros (Bombus terrestris) pueden aprender a tirar de cuerdas para alimentarse y, no solo eso, también transmitir esa capacidad adquirida a sus iguales en la colonia, ha revelado un estudio de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL).
El tener que tirar de cuerdas para obtener alimentos es un experimento que se utiliza a menudo para poner a prueba la inteligencia de monos y pájaros, pero esta es la primera vez que se prueba con insectos.
Por otra parte, también es la primera vez que se describe en un animal invertebrado la transmisión cultural de una técnica de este tipo, a partir de un solo individuo informado.
Habilidad que se transmite
Los resultados obtenidos en el estudio, y publicados en la prestigiosa revista PLoS Biology, muestran que algunos de estos insectos son capaces de resolver por sí solos el problema de tener que tirar de una cuerda para llegar a una recompensa de agua con azúcar.
Como contraste, otros abejorros sometidos a la prueba y menos innovadores tuvieron que ser entrenados para aprender a tirar de la cuerda. También hubo abejorros no entrenados previamente que fueron capaces de aprender la tarea mediante la observación de un individuo de demostración ya entrenado.
Por último, el estudio ha revelado que esta habilidad transmitida, se mantuvo a través de varias generaciones, lo que aseguró su perdurabilidad en la población.
El tener que tirar de cuerdas para obtener alimentos es un experimento que se utiliza a menudo para poner a prueba la inteligencia de monos y pájaros, pero esta es la primera vez que se prueba con insectos.
Por otra parte, también es la primera vez que se describe en un animal invertebrado la transmisión cultural de una técnica de este tipo, a partir de un solo individuo informado.
Habilidad que se transmite
Los resultados obtenidos en el estudio, y publicados en la prestigiosa revista PLoS Biology, muestran que algunos de estos insectos son capaces de resolver por sí solos el problema de tener que tirar de una cuerda para llegar a una recompensa de agua con azúcar.
Como contraste, otros abejorros sometidos a la prueba y menos innovadores tuvieron que ser entrenados para aprender a tirar de la cuerda. También hubo abejorros no entrenados previamente que fueron capaces de aprender la tarea mediante la observación de un individuo de demostración ya entrenado.
Por último, el estudio ha revelado que esta habilidad transmitida, se mantuvo a través de varias generaciones, lo que aseguró su perdurabilidad en la población.
Características del estudio
Para poner a prueba la capacidad de los abejorros para el aprendizaje, los investigadores les presentaron tres flores artificiales de color azul, con una cuerda atada a cada flor, y las colocaron bajo una pequeña mesa de plexiglás transparente.
Inicialmente, 23 abejorros de un grupo de 40 fueron capaces de ser formados de manera escalonada, mediante la colocación debajo de la mesa de las flores y las cuerdas, en posiciones cada vez más distantes.
A otro grupo de insectos se les dio la oportunidad de resolver la tarea de forma espontánea, sin ningún entrenamiento. Dado que solo dos de 110 tuvieron éxito en la tarea sugiere que el fenómeno es una rareza, aunque se puede dar.
A otros abejorros no entrenados previamente se les hizo observar a los entrenados mientras estos tiraban de la cuerda para acercar la flor. El 60% de los observadores aprendieron con éxito la habilidad.
Finalmente, los abejorros entrenados fueron colocados en colonias,, y los investigadores observaron que la técnica se extendió con éxito entre la mayoría de las abejas obreras de esta.
Implicaciones culturales
La doctora de la QMUL, Sylvain Alem, autora principal del estudio, explica que: "Hemos descubierto que cuando se dan las condiciones sociales y ambientales adecuadas, la cultura puede ser mediada por el uso de una combinación de formas simples de aprendizaje. Por lo tanto, la transmisión cultural no requiere la alta sofisticación cognitiva específica de los seres humanos ni tampoco es una característica distintiva de nuestra especie".
Clint Perry, otro de los autores del estudio, señala por su parte: "A pesar de las diferencias obvias entre los seres humanos y otros animales, el aprendizaje social y la cultura en los animales alberga claves para la comprensión de las raíces evolutivas de las peculiaridades del aprendizaje social y la cultura en nuestra especie".
Estudios previos, por ejemplo, con monos vervet y ballenas jorobadas también apuntaban en esta dirección, pues han demostrado que estos monos se adaptan rápidamente a las costumbres de grupos nuevos, aunque sean distintas a sus costumbres originales, y que dichas ballenas se transmiten nuevas técnicas de caza.
¿Qué pasa a nivel neuronal?
El profesor Lars Chittka, supervisor del proyecto, afirma: "Estamos en última instancia interesados en saber cuáles podrían ser las posibles soluciones neurales que subyacen a estas habilidades refinadas en las abejas ¿Cómo se dan dichas habilidades en este tipo de pequeños cerebros, y cómo pueden esos sistemas nerviosos en miniatura gestionar la información? ¿Existe una diversidad de comportamientos y tareas cognitivas?
Los científicos exploran ahoar este punto, a través del modelado del procesamiento de información en partes del cerebro del insecto. Según Chittka, "nos encontramos con frecuencia que tareas muy difíciles, como el reconocimiento de patrones visuales o el aprendizaje de un aroma floral, se pueden resolver gracias a circuitos neuronales extremadamente simples". Sin embargo, el científico reconoce que "estamos todavía muy lejos de comprender los circuitos neuronales necesarios para aprender a tirar de la cuerda".
Para poner a prueba la capacidad de los abejorros para el aprendizaje, los investigadores les presentaron tres flores artificiales de color azul, con una cuerda atada a cada flor, y las colocaron bajo una pequeña mesa de plexiglás transparente.
Inicialmente, 23 abejorros de un grupo de 40 fueron capaces de ser formados de manera escalonada, mediante la colocación debajo de la mesa de las flores y las cuerdas, en posiciones cada vez más distantes.
A otro grupo de insectos se les dio la oportunidad de resolver la tarea de forma espontánea, sin ningún entrenamiento. Dado que solo dos de 110 tuvieron éxito en la tarea sugiere que el fenómeno es una rareza, aunque se puede dar.
A otros abejorros no entrenados previamente se les hizo observar a los entrenados mientras estos tiraban de la cuerda para acercar la flor. El 60% de los observadores aprendieron con éxito la habilidad.
Finalmente, los abejorros entrenados fueron colocados en colonias,, y los investigadores observaron que la técnica se extendió con éxito entre la mayoría de las abejas obreras de esta.
Implicaciones culturales
La doctora de la QMUL, Sylvain Alem, autora principal del estudio, explica que: "Hemos descubierto que cuando se dan las condiciones sociales y ambientales adecuadas, la cultura puede ser mediada por el uso de una combinación de formas simples de aprendizaje. Por lo tanto, la transmisión cultural no requiere la alta sofisticación cognitiva específica de los seres humanos ni tampoco es una característica distintiva de nuestra especie".
Clint Perry, otro de los autores del estudio, señala por su parte: "A pesar de las diferencias obvias entre los seres humanos y otros animales, el aprendizaje social y la cultura en los animales alberga claves para la comprensión de las raíces evolutivas de las peculiaridades del aprendizaje social y la cultura en nuestra especie".
Estudios previos, por ejemplo, con monos vervet y ballenas jorobadas también apuntaban en esta dirección, pues han demostrado que estos monos se adaptan rápidamente a las costumbres de grupos nuevos, aunque sean distintas a sus costumbres originales, y que dichas ballenas se transmiten nuevas técnicas de caza.
¿Qué pasa a nivel neuronal?
El profesor Lars Chittka, supervisor del proyecto, afirma: "Estamos en última instancia interesados en saber cuáles podrían ser las posibles soluciones neurales que subyacen a estas habilidades refinadas en las abejas ¿Cómo se dan dichas habilidades en este tipo de pequeños cerebros, y cómo pueden esos sistemas nerviosos en miniatura gestionar la información? ¿Existe una diversidad de comportamientos y tareas cognitivas?
Los científicos exploran ahoar este punto, a través del modelado del procesamiento de información en partes del cerebro del insecto. Según Chittka, "nos encontramos con frecuencia que tareas muy difíciles, como el reconocimiento de patrones visuales o el aprendizaje de un aroma floral, se pueden resolver gracias a circuitos neuronales extremadamente simples". Sin embargo, el científico reconoce que "estamos todavía muy lejos de comprender los circuitos neuronales necesarios para aprender a tirar de la cuerda".
Referencia bibliográfica:
Sylvain Alem, Clint J. Perry, Xingfu Zhu, Olli J. Loukola, Thomas Ingraham, Eirik Søvik, Lars Chittka. Associative Mechanisms Allow for Social Learning and Cultural Transmission of String Pulling in an Insect. PLOS Biology (2016). DOI: 10.1371/journal.pbio.100256i4.
Sylvain Alem, Clint J. Perry, Xingfu Zhu, Olli J. Loukola, Thomas Ingraham, Eirik Søvik, Lars Chittka. Associative Mechanisms Allow for Social Learning and Cultural Transmission of String Pulling in an Insect. PLOS Biology (2016). DOI: 10.1371/journal.pbio.100256i4.