Momento de un curso de formación
Lego, el fabricante de juguetes, ha creado una derivación de sus famosos bloques que está permitiendo a los trabajadores de centenares de empresas conocer mejor los mecanismos internos de su corporación.
Los niños pequeños hace mucho tiempo que vienen usando las coloridas piezas de Lego para construir dinosaurios, aviones o todo un mundo de fantasías.
Ahora, las empresas están usando esas mismas piezas para aumentar la creatividad de la organización y mejorar su funcionamiento. La empresa danesa Lego, que es el cuarto fabricante de juguetes del mundo, ha transformado sus queridos juguetes de plástico en un recurso útil para hacer negocios. Lo han llamado “Serious Play”
Este “juego” se desarrolla en sesiones de formación de dos días de duración (a razón de 7.000 dólares por persona) a través de las cuales los formadores de Lego enseñan a los empresarios a construir modelos que actúan como metáforas de los puntos fuertes, las debilidades y los retos de su organización.
Básicamente, lo que “venden” los formadores de Lego es que “Serious Play” introduce a los trabajadores una nueva manera de comunicar y resolver problemas para mejorar sus actitudes. El uso de metáforas es la parte más importante de este “Juego Serio”.
Por ejemplo, si se pide a alguien construir un modelo que describa la identidad de su empresa, el resultado puede ser un coche de carreras para expresar que la empresa se mueve a gran velocidad y acorde con los cambios.
Metáforas
Las metáforas expresan más claramente conceptos complejos o elaborados de tal manera que es más fácil para los miembros de una organización llegar a entender de forma tangible ciertas ideas o situaciones.
Más de 400 empresas ya han probado estas jornadas de formación, según informa el Seattle Post-Intelligencer. El sistema está, pues, suficientemente probado, ya que ha demostrado que los bloques de Lego son casi un lenguaje universal que puede ser entendido por cualquier persona, independientemente de su edad, raza, sexo o religión. Eso quiere decir que en las jornadas de formación, y dado que los participantes se olvidan de juicios previos, no se deja de lado ninguna idea y no hay opiniones intocables.
Según sus creadores, los bloques de Lego (con su sencillez) obligan al participante de los cursos de formación a tomar el camino más rápido para llegar al corazón de problema. Se puede decir que los bloques funcionan como un catalizador.
Con las manos
El uso de Lego también es una herramienta para aumentar el flujo psicológico. Es decir, saca a los trabajadores de las empresas de sus “zonas de confort” y les obliga a revisar y a replantearse sus funciones y el lugar que ocupan en la cadena.
Los participantes salen de los cursos con herramientas de comunicación que desconocían hasta este momento para comunicarse con más eficiencia. Además, empiezan a tener su imaginación preparada para trabajar con mucho más compromiso y una mayor confianza.
El tipo de conocimiento adquirido con Lego se puede denominar “conocimiento manual”. Se puede decir que es un conocimiento palpable, ya que se experimenta con las manos que, a su vez, están directamente conectadas con entre el 70% y el 80% de las células de nuestro cerebro.
Un poco de historia
En 1996, los profesores del Instituto IMD en Suiza, Johan Roos y Bart Victor comenzaron a buscar una nueva forma de enseñar estrategias de trabajo en equipo. Ellos se encontraban colaborando con el representante de la conocida compañía de juguetes Lego, Kjeld Kristiansen y junto a él llegaron a la conclusión de que jugar con bloques de colores permite desarrollar la creatividad y la sociabilidad.
Al principio, sólo se aplicó dentro de la propia compañía en forma de talleres en los que los diferentes miembros de la empresa jugaban junto a otros y mostraban a través de sus construcciones, cómo veían a su departamento actuar y contaban cómo ellos solucionarían algunas problemáticas o potenciarían fortalezas. Al hacer lo mismo cada uno de ellos, llegaban a entender mejor cómo pensaban y trabajaban sus compañeros.
Después de comprobar lo bien que funcionaba este sistema en su propia organización, los creadores de “Serious Play” se animaron a ofrecer a sus clientes los talleres como un producto y los vendieron a otras empresas. Marcas como Roche, Nokia, Daimler Chysler o Taco Bell ya han utilizado el juego.
“Serious Play” ha sido un éxito y la empresa está pensando en extender esta herramienta de marketing a familias y escuelas que luchan cada día con niños poco comunicativos para ayudarles a construir conexiones sociales.
La caja de Lego de Serious Play consta de 6.500 piezas y mezcla temas y elementos de los diferentes packs creados inicialmente para niños.
Los niños pequeños hace mucho tiempo que vienen usando las coloridas piezas de Lego para construir dinosaurios, aviones o todo un mundo de fantasías.
Ahora, las empresas están usando esas mismas piezas para aumentar la creatividad de la organización y mejorar su funcionamiento. La empresa danesa Lego, que es el cuarto fabricante de juguetes del mundo, ha transformado sus queridos juguetes de plástico en un recurso útil para hacer negocios. Lo han llamado “Serious Play”
Este “juego” se desarrolla en sesiones de formación de dos días de duración (a razón de 7.000 dólares por persona) a través de las cuales los formadores de Lego enseñan a los empresarios a construir modelos que actúan como metáforas de los puntos fuertes, las debilidades y los retos de su organización.
Básicamente, lo que “venden” los formadores de Lego es que “Serious Play” introduce a los trabajadores una nueva manera de comunicar y resolver problemas para mejorar sus actitudes. El uso de metáforas es la parte más importante de este “Juego Serio”.
Por ejemplo, si se pide a alguien construir un modelo que describa la identidad de su empresa, el resultado puede ser un coche de carreras para expresar que la empresa se mueve a gran velocidad y acorde con los cambios.
Metáforas
Las metáforas expresan más claramente conceptos complejos o elaborados de tal manera que es más fácil para los miembros de una organización llegar a entender de forma tangible ciertas ideas o situaciones.
Más de 400 empresas ya han probado estas jornadas de formación, según informa el Seattle Post-Intelligencer. El sistema está, pues, suficientemente probado, ya que ha demostrado que los bloques de Lego son casi un lenguaje universal que puede ser entendido por cualquier persona, independientemente de su edad, raza, sexo o religión. Eso quiere decir que en las jornadas de formación, y dado que los participantes se olvidan de juicios previos, no se deja de lado ninguna idea y no hay opiniones intocables.
Según sus creadores, los bloques de Lego (con su sencillez) obligan al participante de los cursos de formación a tomar el camino más rápido para llegar al corazón de problema. Se puede decir que los bloques funcionan como un catalizador.
Con las manos
El uso de Lego también es una herramienta para aumentar el flujo psicológico. Es decir, saca a los trabajadores de las empresas de sus “zonas de confort” y les obliga a revisar y a replantearse sus funciones y el lugar que ocupan en la cadena.
Los participantes salen de los cursos con herramientas de comunicación que desconocían hasta este momento para comunicarse con más eficiencia. Además, empiezan a tener su imaginación preparada para trabajar con mucho más compromiso y una mayor confianza.
El tipo de conocimiento adquirido con Lego se puede denominar “conocimiento manual”. Se puede decir que es un conocimiento palpable, ya que se experimenta con las manos que, a su vez, están directamente conectadas con entre el 70% y el 80% de las células de nuestro cerebro.
Un poco de historia
En 1996, los profesores del Instituto IMD en Suiza, Johan Roos y Bart Victor comenzaron a buscar una nueva forma de enseñar estrategias de trabajo en equipo. Ellos se encontraban colaborando con el representante de la conocida compañía de juguetes Lego, Kjeld Kristiansen y junto a él llegaron a la conclusión de que jugar con bloques de colores permite desarrollar la creatividad y la sociabilidad.
Al principio, sólo se aplicó dentro de la propia compañía en forma de talleres en los que los diferentes miembros de la empresa jugaban junto a otros y mostraban a través de sus construcciones, cómo veían a su departamento actuar y contaban cómo ellos solucionarían algunas problemáticas o potenciarían fortalezas. Al hacer lo mismo cada uno de ellos, llegaban a entender mejor cómo pensaban y trabajaban sus compañeros.
Después de comprobar lo bien que funcionaba este sistema en su propia organización, los creadores de “Serious Play” se animaron a ofrecer a sus clientes los talleres como un producto y los vendieron a otras empresas. Marcas como Roche, Nokia, Daimler Chysler o Taco Bell ya han utilizado el juego.
“Serious Play” ha sido un éxito y la empresa está pensando en extender esta herramienta de marketing a familias y escuelas que luchan cada día con niños poco comunicativos para ayudarles a construir conexiones sociales.
La caja de Lego de Serious Play consta de 6.500 piezas y mezcla temas y elementos de los diferentes packs creados inicialmente para niños.