Las verduras de hoja verde pueden mejorar nuestra función cognitiva

Un estudio asocia la luteína presente en estas y otras verduras, como la lombrada o la col, con un aumento de la materia gris


¿Qué podemos comer para mejorar el funcionamiento de nuestro cerebro? Entre otras cosas, verduras de hoja verde o verduras crucíferas, como la col y la lombarda, ha revelado un estudio de la Universidad de Illinois. Anteriormente, se había demostrado que una dieta lipídica o evitar dietas con alto contenido en azúcares también puede ayudar a nuestro cerebro. Por Marta Lorenzo.


Marta Lorenzo
19/12/2016

Imagen: kklosovo. Fuente: Pixabay.
La alimentación resulta fundamental para el cuidado y desarrollo del cerebro, como han demostrado estudios realizados en los últimos años.
 
Uno de los más recientes ha sido llevado a cabo por científicos de la Universidad de Illinois, en EEUU, y ha demostrado que la luteína, un pigmento presente en plantas, algas o la yema del huevo (también se utiliza como aditivo en el tratamiento comercial de los alimentos con el código E-161b) esta vinculada a la “inteligencia cristalizada” de las personas mayores.
 
Como inteligencia cristalizada se entiende  el nivel de aprendizaje y conocimientos adquiridos por un individuo a lo largo de su vida, y su capacidad de utilizar estas habilidades. Se evalúa a partir de tests de capacidades verbales y conocimientos.
 
Características del estudio
 
En concreto, en la investigación participaron 122 personas sanas de entre 65 y 75 años. Todas ellas resolvieron problemas y contestaron a preguntas de una prueba estándar sobre este tipo de inteligencia.
 
Asimismo, los investigadores recogieron muestras de sangre para determinar los niveles de luteína en su sangre; y realizaron imágenes de los cerebros de los participantes utilizando la técnica de resonancia magnética. De este modo, pudieron medir el volumen de las diferentes estructuras cerebrales de cada individuo.
 
El equipo se centró en partes de la corteza temporal, una región del cerebro que otros estudios ya habían sugerido desempeña un papel en la preservación de la inteligencia cristalizada.

Se descubrió lo siguiente: que la luteína se acumula en la materia gris de las regiones cerebrales que se sabe subyacen en la preservación de la función cognitiva en el envejecimiento cerebral sano, explica Marta Zamroziewicz, directora de la investigación.  
 
Asimismo, se constató que los participantes con niveles más altos de luteína en su suero sanguíneo tendían a desempeñarse mejor en las pruebas de inteligencia cristalizada.
 
Por último, aquellas personas con mayores niveles séricos de luteína también tendieron a tener una sustancia gris más gruesa en la corteza parahipocampal, una región cerebral que, como la inteligencia cristalizada, se conserva en el envejecimiento saludable.

Los científicos señalan que puede ser que la luteína desempeñe un papel anti-inflamatorio o que ayude a la señalización de las células del cerebro, crucial para una óptima función cognitiva. Por otro lado, la luteína se acumularía en el cerebro, incrustándose en las membranas celulares para desempeñar un papel neuroprotector. 

Comer para cuidar el cerebro

¿Cómo podemos consumir luteína para cuidar de nuestros cerebros? La luteína es uno de los pigmentos vegetales que los humanos adquirimos a través de la dieta. Principalmente lo hacemos comiendo verduras de hoja verde, verduras crucíferas (col, coles de bruselas, col rizada, lombarda, col china, brócoli, coliflor, repollo, rábanos) o yemas de huevo.

Seguir una dieta lipídica también es bueno para el cerebro. Una dieta lipídica es aquella basada en lípidos omega-3, que se encuentran en los peces de aguas frías como el salmón, o en los pescados azules, como la sardina.  

El proyecto europeo de investigación LIPIDIDIET ha revelado que una dieta lipídica podría retrasar o prevenir la aparición del Alzheimer y de otras demencias. También es sabido que darle a los niños una dieta rica en aceite de pescado puede incrementar su nivel de inteligencia.

Por otro lado, un equipo de investigadores de la Universidad de Montreal, en Canadá, ha descubierto que la asparagina ‎, un aminoácido que se encuentra en la carne, los huevos y otros productos alimenticios, es esencial para el desarrollo del cerebro.

Por el contrario, para cuidar de nuestro cerebro es mejor evitar ciertas dietas con un alto contenido en grasas o azúcares, pues se ha demostrado que estas reducen la función cognitiva.  Sobre todo, perjudicarían a la flexibilidad cognitiva, una capacidad que nos permite adaptarnos rápidamente a cambios en el entorno.

Referencia bibliográfica:

Marta K. Zamroziewicz, Erick J. Paul, Chris E. Zwilling, Elizabeth J. Johnson, Matthew J. Kuchan, Neal J. Cohen, Aron K. Barbey. Parahippocampal Cortex Mediates the Relationship between Lutein and Crystallized Intelligence in Healthy, Older Adults. Frontiers in Aging Neuroscience (2016). DOI: 10.3389/fnagi.2016.00297.



Marta Lorenzo
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