Imagen: Leticia Wilson. Everystockphoto.
Cada vez crece más la lista de facetas de las redes sociales online y de sus riesgos y beneficios. Anteriormente Tendencias21 se refirió a la creciente prohibición del uso de estas redes en el trabajo por parte de las compañías. En esta ocasión, el tema tiene que ver con los riesgos que implica la información que los empleados comunican a través de sitios como Facebook, MySpace, LinkedIn y Twitter, ya que no solo sus jefes pueden tener acceso a datos que no estaban destinados a llegar a ellos, sino que también puede llegar a haber problemas legales de falsificación, mala utilización de marcas, entre otros.
Generalmente, cuando una persona publica fotos o comentarios en una red social como Facebook, LinkedIn o Twitter no mide las consecuencias que puede tener la comunicación de todos estos datos sobre su vida personal y se imagina que solo llegarán a los amigos que esa persona quiere que la vean.
Nada más erróneo y riesgoso ya que, una vez una foto es publicada en internet, sale de las manos de su dueño para hacer parte de esa inmensa red que tiene alcances insospechados por la mayoría de quienes la usan, y se convierte en material público al que tienen acceso millones de personas, que pueden hacer uso de él con o sin permiso.
Estos riesgos ya se han manifestado de distintas maneras en situaciones que han salido a relucir a la luz pública, como el caso, a principios de año, de Kimberley Swann, la joven de 16 años que tenía un nuevo trabajo y que hizo un comentario en Facebook sobre lo aburrido que le parecía, con lo que logró que la despidieran ya que su jefe vio lo que había escrito.
Jefes que investigan
Y es que, cada vez más, crece la tendencia de los jefes que deciden hacer sondeos sin costo alguno sobre el comportamiento de sus empleados en su vida privada o para conocer más acerca de las personas que tienen en mente para contratar, y así saber si hay algo que deben tener en cuenta a la hora de tomar la decisión.
En Colombia, por ejemplo, el portal de empleos ZonaJobs realizó un estudio en el que obtuvo interesantes datos sobre la tendencia en el país. Entre 270 gerentes de empresas que encuestó, 10% aceptaron que monitorean a sus empleados a través de redes sociales como Facebook, MySpace, LinkedIn y Sonico; 80% dijo que investiga a posibles futuros empleados y que los que encuentra influye en su decisión de contratar o no; 33% admite que desistió de emplear a alguien por lo que vio en internet; 40% afirma revisar fotos, 25% comentarios y 17% opiniones que dejan en blogs y foros.
De los directivos que siguen el rastro a los movimientos de sus empleados en la red, el estudio no puede afirmar que haya un porcentaje que tomó alguna decisión o represalia después de haber encontrado datos de los que no tenía conocimiento, pero el ejemplo de Kimberley indica que en el mundo hay una tendencia de los jefes a conocer más aspectos y opiniones de quienes trabajan para ellos con el fin de formarse conceptos y tomar decisiones.
Aún más riesgos
Pero, más allá de poder tener problemas en el trabajo o perder el puesto por haber publicado fotos en fiestas y tomando trago o por haber hecho comentarios despectivos sobre el jefe o la oficina, existen otro tipo de peligros legales en los que se puede caer por no saber hacer un uso cuidadoso de la información.
Ryan Lobato y Dara Wanzer, abogados de McAfee & Taft en la ciudad de Oklahoma en Estados Unidos, advierten sobre este tipo de vulnerabilidades legales que actualmente están empezando a reconocer los individuos y las compañías.
Los abogados ponen el ejemplo de un jefe que elogia a su empleado y le hace una recomendación a través de LinkedIn, y más adelante el desempeño del empleado se deteriora hasta llegar a un despido, con lo que el comentario de felicitación hecho con anterioridad puede convertirse en una prueba para alegar una terminación del contrato injusta y llevar a un lío legal.
Igualmente sucede con los perfiles de falsas identidades, la mala utilización de las marcas y los logos, las personas que dicen trabajar para una empresa sin que esto sea real, las suplantaciones de individuos u organizaciones, entre muchas otras.
Para evitar todo lo anterior, Lobato y Wanzer hacen una serie de recomendaciones para las empresas en su artículo como que se deben crear cuentas en las diferentes redes sociales, así sea para reservar su nombre; tener políticas de internet en las que especifiquen si se permite o no hacer uso de las redes sociales en la oficina, y por fuera de ella con el computador y el celular de la compañía; monitorear periódicamente la navegación de los empleados para saber si están cumpliendo las reglas, sin sobrepasar la privacidad a la que tienen derecho; entre otras.
Finalmente, los abogados aclaran que a pesar de los riesgos que se presentan con el uso de las redes sociales, también existen grandes oportunidades para quienes las saben usar adecuadamente, además de que se pueden evitar muchos de esos problemas con un poco de vigilancia.
Generalmente, cuando una persona publica fotos o comentarios en una red social como Facebook, LinkedIn o Twitter no mide las consecuencias que puede tener la comunicación de todos estos datos sobre su vida personal y se imagina que solo llegarán a los amigos que esa persona quiere que la vean.
Nada más erróneo y riesgoso ya que, una vez una foto es publicada en internet, sale de las manos de su dueño para hacer parte de esa inmensa red que tiene alcances insospechados por la mayoría de quienes la usan, y se convierte en material público al que tienen acceso millones de personas, que pueden hacer uso de él con o sin permiso.
Estos riesgos ya se han manifestado de distintas maneras en situaciones que han salido a relucir a la luz pública, como el caso, a principios de año, de Kimberley Swann, la joven de 16 años que tenía un nuevo trabajo y que hizo un comentario en Facebook sobre lo aburrido que le parecía, con lo que logró que la despidieran ya que su jefe vio lo que había escrito.
Jefes que investigan
Y es que, cada vez más, crece la tendencia de los jefes que deciden hacer sondeos sin costo alguno sobre el comportamiento de sus empleados en su vida privada o para conocer más acerca de las personas que tienen en mente para contratar, y así saber si hay algo que deben tener en cuenta a la hora de tomar la decisión.
En Colombia, por ejemplo, el portal de empleos ZonaJobs realizó un estudio en el que obtuvo interesantes datos sobre la tendencia en el país. Entre 270 gerentes de empresas que encuestó, 10% aceptaron que monitorean a sus empleados a través de redes sociales como Facebook, MySpace, LinkedIn y Sonico; 80% dijo que investiga a posibles futuros empleados y que los que encuentra influye en su decisión de contratar o no; 33% admite que desistió de emplear a alguien por lo que vio en internet; 40% afirma revisar fotos, 25% comentarios y 17% opiniones que dejan en blogs y foros.
De los directivos que siguen el rastro a los movimientos de sus empleados en la red, el estudio no puede afirmar que haya un porcentaje que tomó alguna decisión o represalia después de haber encontrado datos de los que no tenía conocimiento, pero el ejemplo de Kimberley indica que en el mundo hay una tendencia de los jefes a conocer más aspectos y opiniones de quienes trabajan para ellos con el fin de formarse conceptos y tomar decisiones.
Aún más riesgos
Pero, más allá de poder tener problemas en el trabajo o perder el puesto por haber publicado fotos en fiestas y tomando trago o por haber hecho comentarios despectivos sobre el jefe o la oficina, existen otro tipo de peligros legales en los que se puede caer por no saber hacer un uso cuidadoso de la información.
Ryan Lobato y Dara Wanzer, abogados de McAfee & Taft en la ciudad de Oklahoma en Estados Unidos, advierten sobre este tipo de vulnerabilidades legales que actualmente están empezando a reconocer los individuos y las compañías.
Los abogados ponen el ejemplo de un jefe que elogia a su empleado y le hace una recomendación a través de LinkedIn, y más adelante el desempeño del empleado se deteriora hasta llegar a un despido, con lo que el comentario de felicitación hecho con anterioridad puede convertirse en una prueba para alegar una terminación del contrato injusta y llevar a un lío legal.
Igualmente sucede con los perfiles de falsas identidades, la mala utilización de las marcas y los logos, las personas que dicen trabajar para una empresa sin que esto sea real, las suplantaciones de individuos u organizaciones, entre muchas otras.
Para evitar todo lo anterior, Lobato y Wanzer hacen una serie de recomendaciones para las empresas en su artículo como que se deben crear cuentas en las diferentes redes sociales, así sea para reservar su nombre; tener políticas de internet en las que especifiquen si se permite o no hacer uso de las redes sociales en la oficina, y por fuera de ella con el computador y el celular de la compañía; monitorear periódicamente la navegación de los empleados para saber si están cumpliendo las reglas, sin sobrepasar la privacidad a la que tienen derecho; entre otras.
Finalmente, los abogados aclaran que a pesar de los riesgos que se presentan con el uso de las redes sociales, también existen grandes oportunidades para quienes las saben usar adecuadamente, además de que se pueden evitar muchos de esos problemas con un poco de vigilancia.