Las personas que hacen meditación pierden menos materia gris al envejecer

Un estudio señala la relación entre ambos hechos, aunque no determina que sea causal


Las personas que meditan pierden menos materia gris cerebral a medida que envejecen, según un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles. Aunque no se puede deducir una relación de causa-efecto, lo investigadores creen que el estudio es prometedor en cuanto al potencial de la meditación en el freno del deterioro del cuerpo.


UCLA/T21
06/02/2015

Las áreas del cerebro afectadas por el envejecimiento (en rojo) son menos extensas en las personas que meditan (las de la fila inferior). Imagen: Eileen Luders. Fuente: UCLA.
Desde 1970, la esperanza de vida en todo el mundo ha aumentado de forma espectacular, y las personas viven más de 10 años más. Esa es la buena noticia.

La mala noticia es que cuando la gente se acerca a los 30 años de edad, el cerebro comienza a marchitarse: su volumen y peso comienzan a disminuir. A medida que esto ocurre, el cerebro puede comenzar a perder algunas de sus capacidades funcionales.

Así que, aunque pueda que la gente esté viviendo más tiempo, los años que ganan a menudo vienen con un mayor riesgo de enfermedad mental y de enfermedades neurodegenerativas. Afortunadamente, un nuevo estudio demuestra que la meditación podría ser una manera de minimizar esos riesgos.

Sobre la base de un trabajo anterior que sugería que las personas que meditan tienen menos atrofia asociada a la edad en la materia blanca del cerebro, un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, Estados Unidos) ha descubierto que la meditación parece ayudar a preservar la materia gris del cerebro, el tejido que contiene las neuronas.

Los científicos estudiaron específicamente la relación entre la edad y la materia gris. Compararon 50 personas que habían meditado durante años con 50 que no lo habían hecho. Las personas de ambos grupos mostraban pérdida de materia gris a medida que envejecían. Pero entre los que meditaban, el volumen de materia gris no disminuía tanto como entre los que no lo hacían. El artículo aparece en la última edición en línea de la revista Frontiers in Psychology.

Sorpresa

Florian Kurth, coautor del estudio y estudiante de postdoc en el Centro de Cartografía Cerebral de UCLA, recuerda en la información de la universidad que los investigadores se vieron sorprendidos por la magnitud de la diferencia.

"Esperábamos efectos más bien pequeños, localizados en algunas de las regiones que habían sido previamente relacionadas con la meditación", señala. En lugar de eso, lo que de hecho observamos fue un efecto generalizado que abarcaba todo el cerebro."

"Parece que las expectativas de vida más largas no tienen por qué costar una reducción de la calidad de vida", explica Eileen Luders, autora principal y profesora ayudante de neurología en la Escuela David Geffen de Medicina de UCLA.

"Mientras que gran parte de la investigación se ha centrado en los factores que aumentan el riesgo de enfermedad mental y de deterioro neurodegenerativo identificación, se ha dirigido relativamente menos atención a los enfoques destinados a mejorar la salud cerebral."

El estudio

Cada grupo en el estudio estaba formado por 28 hombres y 22 mujeres de edades comprendidas entre 24 y 77. Los que meditaban había estado haciéndolo durante entre cuatro y 46 años, con una media de 20 años. Los cerebros de los participantes fueron escaneados utilizando imágenes de resonancia magnética de alta resolución.

Los investigadores advierten de que no pueden establecer una conexión causal directa entre la meditación y la preservación de la materia gris en el cerebro. Hay muchos otros factores que pueden entrar en juego, incluyendo el estilo de vida, los rasgos de personalidad y las diferencias cerebrales genéticas.

"Sin embargo, nuestros resultados son prometedores", asegura Luders. "Esperemos que estimulen otros estudios que exploren el potencial de la meditación para conservar mejor nuestros cerebro y mentes envejecidas. La acumulación de pruebas científicas de que la meditación tiene capacidad de alterar el cerebro en última instancia podrían permitir una traducción efectiva de la investigación a la práctica, no sólo para conseguir un envejecimiento saludable, sino también para combatir el envejecimiento patológico".

Referencia bibliográfica:

Eileen Luders, Nicolas Cherbuin, Florian Kurth: Forever Young(er): potential age-defying effects of long-term meditation on gray matter atrophy. Frontiers in Psychology (2015). DOI: 10.3389/fpsyg.2014.01551.



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