Las nuevas drogas causan estragos en la juventud europea

Aumentan además las muertes por sobredosis y el consumo de cocaína y cannabis


Las muertes por sobredosis siguen aumentando en Europa, al mismo tiempo que la aparición de nuevas sustancias psicotrópicas y opiáceos sintéticos hacen estragos entre los más jóvenes. El consumo de cocaína y de cannabis también está en alza, según el Informe Europeo sobre Drogas 2017: Tendencias y novedades, elaborado por el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (EMCDDA).


Redacción T21
07/06/2017

El aumento de las muertes por sobredosis, la continua disponibilidad de nuevas sustancias psicotrópicas y la creciente amenaza para la salud que plantean los opioides sintéticos de gran potencia, son algunos de los problemas que pone de relieve el Informe Europeo sobre Drogas 2017: Tendencias y novedades, elaborado por el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (EMCDDA).

En su informe anual, el Observatorio también estudia los indicios de un aumento de la disponibilidad de cocaína, las novedades en las políticas relativas al cannabis, y el consumo de sustancias entre los estudiantes de enseñanzas secundarias. Dado que los problemas relacionados con las drogas a los que se enfrenta Europa están influenciados cada vez más por las novedades a escala internacional, el análisis se enmarca un contexto global.

Más de 93 millones de europeos han consumido alguna droga ilegal a lo largo de su vida y las muertes por sobredosis siguen aumentando por tercer año consecutivo. Preocupa en particular que los jóvenes se encuentren expuestos a muchas sustancias nuevas y peligrosas.

Entre 2009 y 2016, se han detectado en Europa 25 opioides sintéticos muy potentes, de los que se necesitan pocas cantidades para producir miles de dosis, por lo que representan una amenaza cada vez mayor para la salud.

El Informe Europeo sobre Drogas anual nos ofrece el análisis pertinente y las orientaciones y herramientas necesarias para atajar esta amenaza de manera conjunta en toda Europa, no sólo con el objetivo de proteger la salud de nuestros ciudadanos, sino también de impedir que los enormes beneficios obtenidos de las drogas acaben en los bolsillos de grupos de delincuencia organizada en Europa y de otra partes del mundo.

Aumento de las muertes por sobredosis

El informe pone de relieve la preocupación que existe acerca del número cada vez mayor de muertes por sobredosis en Europa, que ha aumentado por tercer año consecutivo. Se estima que, en 2015, se produjeron en Europa un total de 8.441 muertes por sobredosis, en su mayoría relacionadas con la heroína y otros opioides (EU-28, Turquía y Noruega), lo que representa un incremento del 6 % con respecto a la cifra de 2014 de 7.950 muertes en los 30 países.

Se aprecian aumentos en casi todos los grupos de edad. Los incrementos en 2015 se registraron en Alemania, Lituania, Países Bajos, Suecia, el Reino Unido y Turquía. Entre los grupos más vulnerables de Europa se encuentran los 1,3 millones de consumidores problemáticos de opioides.

Los opioides utilizados en los tratamientos de sustitución (principalmente metadona y buprenorfina) se detectan asimismo con frecuencia en los informes toxicológicos. Según los datos más recientes, el número de muertes registradas asociadas a la metadona sobrepasó el de fallecimientos relacionados con la heroína en Dinamarca, Irlanda, Francia y Croacia, lo que pone de manifiesto la necesidad de práctic as clínicas adecuadas para evitar que su consumo se desvíe de su uso legítimo.

Entre los recursos para prevenir las sobredosis en Europa figuran las salas de consumo supervisado de drogas y la dispensación de naloxona «para llevar a casa» (sustancia para revertir la sobredosis de opioides) a consumidores de opioides, compañeros y familiares.

Estas salas se encuentran operativas en seis países de la UE (Dinamarca, Alemania, España, Francia, Luxemburgo y Países Bajos) y Noruega en la actualidad (78 centros en total en los siete países). Existen además programas de naloxona «para llevar a casa» en nueve países de la UE (Dinamarca, Alemania, Estonia, Irlanda, España, Francia, Italia, Lituania, Reino Unido) y Noruega.

Nuevas sustancias psicotrópicas y opiáceos sintéticos

Las nuevas sustancias psicotrópicas (NSP/«nuevas sustancias») siguen constituyendo un reto considerable para la salud pública en Europa, destaca asimismo el informe. No son objeto de control por los mecanismos internacionales de fiscalización de drogas e incluyen una amplia gama de sustancias sintéticas, entre las que figuran cannabinoides, catinonas, opioides y benzodiacepinas.

En 2016, se detectaron por primera vez 66 NSP mediante el Sistema de Alerta Temprana de la UE (EWS) a un ritmo de una por semana. Pese a que esta cifra indica que disminuye el ritmo con que se introducen en el mercado (en 2015 se detectaron 98), el número global de sustancias disponibles en la actualidad sigue siendo elevado. A finales de 2016, el Observatorio monitorizaba más de 620 NSP (en comparación con los 350 en 2013).

En 2015 se notificaron casi 80 000 incautaciones de NSP al Sistema de Alerta Temprana de la UE (gráfico 1.11). En total, catinonas sintéticas y ca nnabinoides sintéticos representaron más del 60 % d el total de las incautaciones de nuevas sustancias realizadas en 2015 (más de 47 000). En julio de 2016, despué s

En Europa, al igual que en América del Norte, los opioides sintéticos muy potentes, cuyos efectos son similares a los de la heroína y la morfina, constituyen una amenaza creciente para la salud.

A pesar de representar un porcentaje pequeño en el mercado, cada vez hay más informes sobre su aparición y los daños que producen, incluidas las intoxicaciones no fatales y los fallecimientos. Entre 2009 y 2016 se detectaron en Europa 25 nuevos opioides sintéticos (18 de ellos fueron fentanilos).

A principios de 2017, el Observatorio llevó a cabo evaluaciones del riesgo de dos fentanilos (el acriloilfentanilo y el furanilfentanilo), después de la notificación de más de 50 muertes asociadas a estas sustancias . Actualmente se considera que sean objeto de control a escala europea. En 2016, el Observatorio transmitió cinco alertas sanitarias a su red en toda Europa relacionadas con dichas sustancias, y con otros nuevos fentanilos.

Más cocaína

El informe señala asimismo que las drogas estimulantes ilegales más consumidas en Europa son la cocaína, el MDMA (a menudo denominada «éxtasis», en forma de pastillas) y las anfetaminas (anfetamina y metanfetamina).

El consumo de cocaína es mayor en los países del sur y el oeste de Europa, lo que refleja los puntos de entrada de la droga y las rutas de tráfico, mientras que el consumo de anfetaminas es más habitual en los países del norte y el este de Europa. La complejidad del mercado de estimulantes ha aumentado en los últimos años, debido a la aparición de nuevos estimulantes (como las fenetilaminas y las catinonas).

Los datos obtenidos del examen de aguas residuales y sobre incautaciones, precios y pureza indican que la disponibilidad de cocaína podría estar aumentando de nuevo en ciertas áreas de Europa.

Tanto el número de incautaciones como la cantidad incautada aumentaron entre 2014 y 2015. En 2015 se notificaron en la UE unas 87.000 incautaciones de cocaína (frente a 76 000 en 2014), con un total de 69,4 toneladas aprehendidas (51,5 toneladas en 2014).

Con respecto a las ciudades, un análisis de los restos de cocaína en las aguas residuales municipales puso de relieve una tendencia a largo plazo estable o al alza en la mayoría de las 13 ciudades con datos entre 2011 y 2016. De los 33 municipios con datos de 2015 y 2016, 22 notificaron un aumento en los residuos de cocaína, cuatro un descenso y siete una situación estable.

En torno a 17,5 millones de adultos europeos (entre 15 y 64 años de edad) han probado la cocaína alguna vez en su vida. De estos, unos 2,3 millones son adultos jóvenes (entre 15 a 34 años) que han consumido la sustancia durante el último año antes de la encuesta. Las encuestas nacionales realizadas desde 2014 muestran unos niveles de consumo de cocaína fundamentalmente estables.

Cannabis en alza

En torno a 87,7 millones de adultos europeos (de 15 a 64 años de edad) han probado el cannabis alguna vez en su vida, según el informe.  Se estima que, de ellos, en torno a 17,1 millones son europeos jóvenes (entre 15 a 34 años) lo han consumido en el último año.

En torno al 1 % de los adultos europeos consumen cannabis a diario o casi a diario (han consumido la droga 20 o más días en el último mes). Esta droga se sigue asociando a problemas de salud y, en la actualidad, es responsable del porcentaje más eleva do (45 %) de nuevos casos de consumidores que inician tratamientos de drogodependencia en Europa (EU-28, Turquía y Noruega). Según se informa, el número total de consumidores que inician tratamiento por primera vez por problemas con el cannabis se elevó de 43.000 en 2006, a 76.000 en 2015.

Por último, el informe indica que las modificaciones en el marco regulador del cannabis introducidas recientemente en algunas regiones de América han despertado en Europa el interés de los responsables de las políticas y de la población.

En el informe se señala que «es preciso esperar a que se realicen evaluaciones exhaustivas antes de poder valorar los costes y beneficios relativos de los diferentes enfoques de las políticas sobre el cannabis».

En los 28 Estados miembros de la UE los planteamientos actuales respecto a la regulación y el consumo de cannabis son diversos y van desde modelos restrictivos a la tolerancia respecto a algunas formas de consumo personal. No obstante, ningún gobierno nacional en Europa (EU-28, Turquía y Noruega) ha manifestado su apoyo a la legalización del cannabis para su consumo recreativo.

Al margen de otros efectos de mayor calado en las políticas sobre drogas, la existencia de mercados de cannabis regulados comercialmente en algunos países fuera de Europa propicia la innovación y el desarrollo de productos (como vaporizadores, soluciones líquidas, productos comestibles), que, con el tiempo, pueden tener alguna influencia en las pautas de consumo en Europa. El informe destaca a este respecto la importancia de la vigilancia (monitorizar) y la necesidad de evaluar las posibles repercusiones para la salud de cualquier cambio futuro.
 

Referencia

European Drug Report 2017: Trends and Developments. EMCDDA, Lisbon, June 2017
 



Redacción T21
Artículo leído 5275 veces



Más contenidos