Randolph Blake mirando a través de l instrumento usado para probar la ‘rivalidad binocular’. Imagen: Neil Brake. Fuente: Universidad de Vanderbilt.
Los músicos no sólo escuchan a tono, sino que también ven a tono. Esa es la conclusión del último experimento científico diseñado para desentrañar cómo el cerebro crea una vista aparentemente impecable del mundo exterior basándose en la información que recibe de los ojos.
"Nuestro cerebro es extraordinariamente eficiente en ponernos en contacto con objetos y eventos de nuestro entorno visual, de hecho lo hace tan bien que el proceso parece automático y sin esfuerzo. El cerebro está funcionando continuamente como un detective inteligente, utilizando pistas para averiguar a qué estamos mirando en el mundo. Y esas pistas vienen no sólo de lo que vemos, sino también de otras fuentes", dice Randolph Blake, profesor de Psicología de la Universidad de Vanderbilt (Tennessee, EE.UU.), que dirigió el estudio, en la información de la universidad.
Los científicos saben desde hace tiempo que el cerebro aprovecha pistas de fuentes externas a la visión para averiguar lo que estamos viendo. Por ejemplo, tendemos a ver lo que esperamos ver basándonos la experiencia pasada. Por otra parte, tendemos a ver lo que los otros sentidos nos dicen que podría estar presente en el mundo, incluyendo lo que oímos.
Un ejemplo notable de este tipo de influencia biosensorial es una ilusión visual seductora creada por el sonido: Cuando una persona ve un solo destello de luz acompañado de un par de pitidos que se presentan en rápida sucesión, el individuo percibe incorrectamente dos destellos, no sólo uno. "En nuestro estudio nos preguntamos: ¿Cómo de abstracta puede ser esta información suplementaria?", dice Blake.
El descubrimiento de Blake y sus colegas de que una información tan abstracta como la notación musical puede afectar a lo que vemos aparece semana en Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Nuestro cerebro es extraordinariamente eficiente en ponernos en contacto con objetos y eventos de nuestro entorno visual, de hecho lo hace tan bien que el proceso parece automático y sin esfuerzo. El cerebro está funcionando continuamente como un detective inteligente, utilizando pistas para averiguar a qué estamos mirando en el mundo. Y esas pistas vienen no sólo de lo que vemos, sino también de otras fuentes", dice Randolph Blake, profesor de Psicología de la Universidad de Vanderbilt (Tennessee, EE.UU.), que dirigió el estudio, en la información de la universidad.
Los científicos saben desde hace tiempo que el cerebro aprovecha pistas de fuentes externas a la visión para averiguar lo que estamos viendo. Por ejemplo, tendemos a ver lo que esperamos ver basándonos la experiencia pasada. Por otra parte, tendemos a ver lo que los otros sentidos nos dicen que podría estar presente en el mundo, incluyendo lo que oímos.
Un ejemplo notable de este tipo de influencia biosensorial es una ilusión visual seductora creada por el sonido: Cuando una persona ve un solo destello de luz acompañado de un par de pitidos que se presentan en rápida sucesión, el individuo percibe incorrectamente dos destellos, no sólo uno. "En nuestro estudio nos preguntamos: ¿Cómo de abstracta puede ser esta información suplementaria?", dice Blake.
El descubrimiento de Blake y sus colegas de que una información tan abstracta como la notación musical puede afectar a lo que vemos aparece semana en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Rivalidad binocular
Para responder a su pregunta, los investigadores recurrieron a una prueba clásica, llamada rivalidad binocular, que presenta al cerebro un conflicto visual claro, que debe esforzarse por resolver.
El efecto rivalidad binocular se crea mediante la presentación de imágenes incompatibles por separado para cada ojo. Evidentemente, el cerebro no puede fijar una sola imagen, porque la percepción del espectador fluctúa entre las dos imágenes cada pocos segundos.
En su estudio, los investigadores presentaron a los participantes una serie de contornos en movimiento, en un ojo, y una partitura musical desplazándose, en el otro. Los participantes presionaban un botón al ver los contornos y otro botón al ver la partitura musical. Como se esperaba, la percepción conmutaba entre las posibilidades en conflicto, y cada visión dominaba aproximadamente la misma cantidad de tiempo.
A continuación, los investigadores reprodujeron una melodía sencilla a través de los auriculares que llevaban los participantes mientras realizaban la tarea. Cuando escuchaban la música, tendían a pasar más tiempo viendo la notación musical y menos tiempo viendo los contornos.
Para los no-músicos no importaba si la melodía que se estaba reproduciendo se correspondía con la partitura musical que estaban viendo. Pero las personas capaces de leer música dijeron ver la notación musical durante períodos más largos cuando la melodía que estaban oyendo era idéntica a la melodía que estaban viendo, que cuando eran diferentes.
Segundo hallazgo
Un segundo hallazgo clave del estudio fue que la influencia de la melodía sonora en la percepción de las notas musicales visuales no afectaba, sin embargo, a los periodos en que predominaban los contornos; es decir, que pulsaban el botón de los contornos la misma cantidad de tiempo, mientras que sólo aumentaba el tiempo en que presionaban el botón de las notas (también había momentos en los que no presionaban ninguno de los dos).
"Lo que esto nos dice es que el tipo de información que utiliza el cerebro para interpretar lo que vemos a nuestro alrededor incluye información simbólica abstracta como la notación musical", dice Blake. "Sin embargo, este tipo de información recibida sólo es eficaz mientras el individuo es consciente de ello."
Para responder a su pregunta, los investigadores recurrieron a una prueba clásica, llamada rivalidad binocular, que presenta al cerebro un conflicto visual claro, que debe esforzarse por resolver.
El efecto rivalidad binocular se crea mediante la presentación de imágenes incompatibles por separado para cada ojo. Evidentemente, el cerebro no puede fijar una sola imagen, porque la percepción del espectador fluctúa entre las dos imágenes cada pocos segundos.
En su estudio, los investigadores presentaron a los participantes una serie de contornos en movimiento, en un ojo, y una partitura musical desplazándose, en el otro. Los participantes presionaban un botón al ver los contornos y otro botón al ver la partitura musical. Como se esperaba, la percepción conmutaba entre las posibilidades en conflicto, y cada visión dominaba aproximadamente la misma cantidad de tiempo.
A continuación, los investigadores reprodujeron una melodía sencilla a través de los auriculares que llevaban los participantes mientras realizaban la tarea. Cuando escuchaban la música, tendían a pasar más tiempo viendo la notación musical y menos tiempo viendo los contornos.
Para los no-músicos no importaba si la melodía que se estaba reproduciendo se correspondía con la partitura musical que estaban viendo. Pero las personas capaces de leer música dijeron ver la notación musical durante períodos más largos cuando la melodía que estaban oyendo era idéntica a la melodía que estaban viendo, que cuando eran diferentes.
Segundo hallazgo
Un segundo hallazgo clave del estudio fue que la influencia de la melodía sonora en la percepción de las notas musicales visuales no afectaba, sin embargo, a los periodos en que predominaban los contornos; es decir, que pulsaban el botón de los contornos la misma cantidad de tiempo, mientras que sólo aumentaba el tiempo en que presionaban el botón de las notas (también había momentos en los que no presionaban ninguno de los dos).
"Lo que esto nos dice es que el tipo de información que utiliza el cerebro para interpretar lo que vemos a nuestro alrededor incluye información simbólica abstracta como la notación musical", dice Blake. "Sin embargo, este tipo de información recibida sólo es eficaz mientras el individuo es consciente de ello."
Referencia bibliográfica:
Minyoung Lee, Randolph Blake, Sujin Kim, Chai-Youn Kim: Melodic sound enhances visual awareness of congruent musical notes, but only if you can read music. Proceedings of the National Academy of Sciences (2015). DOI: 10.1073/pnas.1509529112
Minyoung Lee, Randolph Blake, Sujin Kim, Chai-Youn Kim: Melodic sound enhances visual awareness of congruent musical notes, but only if you can read music. Proceedings of the National Academy of Sciences (2015). DOI: 10.1073/pnas.1509529112