Las estadísticas se basarán e ncapturas de imagen obtenidas con tecnología SportVU. Fuente: Nathaniel S. Butler/NBA
El análisis estadístico está presente en el béisbol de forma más exhaustiva que en ningún otro deporte, con registros completos temporada a temporada. Esta fórmula de éxito ha sido incluso llevada al cine recientemente en Moneyball, donde Billy Beane, el manager de los Oakland Athletics, es capaz de elevar a la excelencia a un equipo mediocre de la liga de béisbol estadounidense gracias al uso de las matemáticas.
Aunque es mucho más difícil y conlleva un mayor trabajo por el juego en equipo que implica el baloncesto, el uso de la estadística se ha extendido bastante en la NBA. Equipos de la liga más importante del mundo, como Boston, Houston, Oklahoma, Portland y San Antonio fueron los primeros en contar con un departamento dedicado exclusivamente a monitorear y crear estadísticas. Sin embargo, todavía queda mucho por mejorar para sacar el máximo partido a estos datos.
En plena disputa de las Finales de la NBA, dos investigadores de la Escuela de Ingeniería Viterbi de la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos, se han propuesto dar un paso más en este campo, para lo que ya están examinando las estadísticas del trabajo de la temporada de diez equipos de la liga americana, en busca de ideas que puedan transformar la estrategia del baloncesto.
Según explica la USC en un comunicado, utilizando la mayor cantidad de estadísticas nunca antes recogidas –más de un millón de datos por partido-, los informáticos Rajiv Maheswaran y Yu-Han Chang desglosarán de forma pormenorizada la temporada actual, incluyendo los datos obtenidos en las Finales.
Se trata del único equipo universitario del país con acceso completo a los nuevos datos de seguimiento SportVU, tecnología que cuenta con cámaras de vídeo instaladas en todas las canchas para capturar imágenes en tiempo real, hasta 25 fotogramas por segundo. La información se ejecuta a través de complejos algoritmos de procesamiento de imágenes, convirtiendo así grandes cantidades de secuencias de juego en enormes archivos numéricos.
Aunque es mucho más difícil y conlleva un mayor trabajo por el juego en equipo que implica el baloncesto, el uso de la estadística se ha extendido bastante en la NBA. Equipos de la liga más importante del mundo, como Boston, Houston, Oklahoma, Portland y San Antonio fueron los primeros en contar con un departamento dedicado exclusivamente a monitorear y crear estadísticas. Sin embargo, todavía queda mucho por mejorar para sacar el máximo partido a estos datos.
En plena disputa de las Finales de la NBA, dos investigadores de la Escuela de Ingeniería Viterbi de la Universidad del Sur de California (USC), en Estados Unidos, se han propuesto dar un paso más en este campo, para lo que ya están examinando las estadísticas del trabajo de la temporada de diez equipos de la liga americana, en busca de ideas que puedan transformar la estrategia del baloncesto.
Según explica la USC en un comunicado, utilizando la mayor cantidad de estadísticas nunca antes recogidas –más de un millón de datos por partido-, los informáticos Rajiv Maheswaran y Yu-Han Chang desglosarán de forma pormenorizada la temporada actual, incluyendo los datos obtenidos en las Finales.
Se trata del único equipo universitario del país con acceso completo a los nuevos datos de seguimiento SportVU, tecnología que cuenta con cámaras de vídeo instaladas en todas las canchas para capturar imágenes en tiempo real, hasta 25 fotogramas por segundo. La información se ejecuta a través de complejos algoritmos de procesamiento de imágenes, convirtiendo así grandes cantidades de secuencias de juego en enormes archivos numéricos.
Información ilimitada
Estos datos en bruto pueden tener poco sentido o incluso abrumar a cualquier entrenador u ojeador de la NBA. Sin embargo, para Maheswaran y Chang se trata de una “mina de oro”, con valiosa información sobre las dinámicas de espacio, las trayectorias de la pelota, la velocidad de los jugadores, el movimiento en la cancha y mucho más.
“Lo que estos investigadores pueden extraer de los datos va mucho más allá de lo que nosotros o cualquier equipo de la NBA pudiera hacer", advirtió Brian Kopp, vicepresidente de estrategia y desarrollo de STATS, propietaria de la tecnología SportVU.
De hecho, la información que se puede obtener sólo está limitada por la creatividad de quién formule la pregunta. ¿Cuáles son las diferencias entre que el escolta Dwyane Wade lance a la izquierda o a la derecha?, ¿cómo repercute la capacidad de lanzamiento del base Russell Westbrook en la eficiencia ofensiva de los Oklahoma City Thunder?, ¿qué área de la cancha puede defender el alero LeBron James con éxito?, o ¿por qué el ala-pívot Serge Ibaka recibe tantos bloqueos?, son algunas de las cuestiones que se pueden resolver.
Y mientras tanto los primeros patrones empiezan a aparecer. En marzo, la pareja de investigadores de USC fue premiada por el mejor trabajo en la Conferencia de Deportes Analíticos del MIT Sloan, una de las escuelas de negocios más importantes del mundo, por su proyecto analizando datos capturados por SportVU.
Después de analizar más de 11.000 fotogramas de la temporada pasada, los investigadores descubrieron una relación entre la ubicación en un tiro y las probabilidades de un rebote ofensivo: por cada pie de distancia de la canasta, la posibilidad de un rebote en ataque disminuye un uno por ciento hasta la línea de tres puntos, donde de repente se mejora.
Mediante el estudio de las trayectorias de la pelota, Maheswaran y Chang descubrieron que para obtener rebotes ofensivos, los jugadores necesitan moverse mucho más cerca de la canasta: el 90 por ciento de todos los lanzamientos fallados puede convertirse en un rebote ofensivo a 11 pies de la canasta.
Estos datos en bruto pueden tener poco sentido o incluso abrumar a cualquier entrenador u ojeador de la NBA. Sin embargo, para Maheswaran y Chang se trata de una “mina de oro”, con valiosa información sobre las dinámicas de espacio, las trayectorias de la pelota, la velocidad de los jugadores, el movimiento en la cancha y mucho más.
“Lo que estos investigadores pueden extraer de los datos va mucho más allá de lo que nosotros o cualquier equipo de la NBA pudiera hacer", advirtió Brian Kopp, vicepresidente de estrategia y desarrollo de STATS, propietaria de la tecnología SportVU.
De hecho, la información que se puede obtener sólo está limitada por la creatividad de quién formule la pregunta. ¿Cuáles son las diferencias entre que el escolta Dwyane Wade lance a la izquierda o a la derecha?, ¿cómo repercute la capacidad de lanzamiento del base Russell Westbrook en la eficiencia ofensiva de los Oklahoma City Thunder?, ¿qué área de la cancha puede defender el alero LeBron James con éxito?, o ¿por qué el ala-pívot Serge Ibaka recibe tantos bloqueos?, son algunas de las cuestiones que se pueden resolver.
Y mientras tanto los primeros patrones empiezan a aparecer. En marzo, la pareja de investigadores de USC fue premiada por el mejor trabajo en la Conferencia de Deportes Analíticos del MIT Sloan, una de las escuelas de negocios más importantes del mundo, por su proyecto analizando datos capturados por SportVU.
Después de analizar más de 11.000 fotogramas de la temporada pasada, los investigadores descubrieron una relación entre la ubicación en un tiro y las probabilidades de un rebote ofensivo: por cada pie de distancia de la canasta, la posibilidad de un rebote en ataque disminuye un uno por ciento hasta la línea de tres puntos, donde de repente se mejora.
Mediante el estudio de las trayectorias de la pelota, Maheswaran y Chang descubrieron que para obtener rebotes ofensivos, los jugadores necesitan moverse mucho más cerca de la canasta: el 90 por ciento de todos los lanzamientos fallados puede convertirse en un rebote ofensivo a 11 pies de la canasta.
El santo grial: la defensa
En el análisis del ataque se han hecho muchos avances hasta el momento. Existen estadísticas que controlan el porcentaje de anotación de cada jugador según su posición en la cancha para tirar, en qué momento del juego, o con qué tipo de tiro. Sin embargo, hay aspectos muy difíciles de cuantificar, sobre todo en la defensa.
Es por eso que los investigadores pasarán el verano afrontando “el santo grial de las analíticas de baloncesto: la defensa”. “Los resultados dejaron un montón de estadísticas ofensivas, pero muy poco acerca de la defensa”, añade Maheswaran. Básicamente, asegura que con los datos en bruto proporcionados por SportVU podrían ser capaces de resolver el santo grial.
“¿Qué es una buena defensa? ¿Qué significa jugar una buena defensa? Porque, si alguien corre con el balón durante 24 segundos y falla un tiro, se puede ver realmente lo que estaban haciendo los jugadores para evitar que fuera un buen disparo. También podemos hacer perfiles muy específicos de jugadores, si lo hacemos bien”, señala Maheswaran.
Ahí radica la diferencia fundamental con estadísticas anteriores. “Cuando los datos llegan a nosotros, son sólo un gran archivo con montones y montones de números”, explica Chang. “Y es un reto que podamos transformarlos en datos significativos mediante algoritmos, en algo que podemos distinguir realmente como patrones”, continua.
Con todo, tanto Maheswaran como Chang se apresuran a señalar que las superestrellas del baloncesto siguen siendo claves en el éxito de un equipo. Sin embargo, en una situación de desempate entre dos equipos igualados, cada visión estratégica y las tendencias del jugador podrían marcar la diferencia entre ganar y perder un campeonato de la NBA.
Y la próxima temporada, los equipos de la mejor liga del mundo tendrán muchas más fórmulas para distinguirse, gracias a la investigación que se lleva a cabo en la USC.
En el análisis del ataque se han hecho muchos avances hasta el momento. Existen estadísticas que controlan el porcentaje de anotación de cada jugador según su posición en la cancha para tirar, en qué momento del juego, o con qué tipo de tiro. Sin embargo, hay aspectos muy difíciles de cuantificar, sobre todo en la defensa.
Es por eso que los investigadores pasarán el verano afrontando “el santo grial de las analíticas de baloncesto: la defensa”. “Los resultados dejaron un montón de estadísticas ofensivas, pero muy poco acerca de la defensa”, añade Maheswaran. Básicamente, asegura que con los datos en bruto proporcionados por SportVU podrían ser capaces de resolver el santo grial.
“¿Qué es una buena defensa? ¿Qué significa jugar una buena defensa? Porque, si alguien corre con el balón durante 24 segundos y falla un tiro, se puede ver realmente lo que estaban haciendo los jugadores para evitar que fuera un buen disparo. También podemos hacer perfiles muy específicos de jugadores, si lo hacemos bien”, señala Maheswaran.
Ahí radica la diferencia fundamental con estadísticas anteriores. “Cuando los datos llegan a nosotros, son sólo un gran archivo con montones y montones de números”, explica Chang. “Y es un reto que podamos transformarlos en datos significativos mediante algoritmos, en algo que podemos distinguir realmente como patrones”, continua.
Con todo, tanto Maheswaran como Chang se apresuran a señalar que las superestrellas del baloncesto siguen siendo claves en el éxito de un equipo. Sin embargo, en una situación de desempate entre dos equipos igualados, cada visión estratégica y las tendencias del jugador podrían marcar la diferencia entre ganar y perder un campeonato de la NBA.
Y la próxima temporada, los equipos de la mejor liga del mundo tendrán muchas más fórmulas para distinguirse, gracias a la investigación que se lleva a cabo en la USC.