Las madres jóvenes engendran hijos longevos

Los niños nacidos de madres menores de 25 años tienen el doble de posibilidades de vivir 100 años


Una nueva investigación sobre el historial de 198 centenarios de Estados Unidos ha descubierto que ser el primogénito y haber nacido de una madre con menos de 25 años de edad otorga el doble de probabilidades de vivir 100 años que al resto de los hermanos. La maternidad juvenil se impone como explicación de la longevidad que favorece a los primogénitos, que no tiene que ver con una supuesta protección adicional contra las enfermedades infantiles, ni con el hecho de tener un padre fuerte y productivo. El descubrimiento contradice la moderna creencia de que es mejor tener los hijos en la madurez. Por Vanesa Marsh.


Vanessa Marsh
25/06/2006

Los niños nacidos de madres menores de 25 años tienen el doble de posibilidades de vivir cien años que los hijos nacidos de madres más mayores, según una investigación realizada por una pareja de especialistas de la Universidad de Chicago.

El estudio, que fue patrocinado por el U.S. National Institute on Aging (NIA) y la Society of Actuaries, fue presentado en la reunión anual de la Population Association of America, celebrada el pasado abril en Los Ángeles.

Leonid et Natalia Gavrilov, artífices de esta investigación, han llegado a esta conclusión después de estudiar a 198 centenarios seleccionados de entre la población de Estados Unidos. Compararon la historia de estas personas con las de sus hermanos y hermanas con la finalidad de estudiar el llamado efecto primogénito, es decir, el impacto que tiene sobre la longevidad el hecho de ser el mayor de los hijos.

Han demostrado que la teoría según la cual los primogénitos están más protegidos contra las enfermedades infantiles porque tienen menos contactos con otros niños, es falsa. Incluso a los 75 años el hecho de haber sido el primero de los hijos tiene consecuencias, según estos investigadores: han constatado que este factor familiar tiene un efecto prolongado en la vida del primogénito.

La segunda teoría, según la cual el primer hijo se beneficia de las ventajas de tener un padre fuerte y productivo, tampoco puede seguir aceptándose como válida, ya que según esta nueva investigación la edad del padre no influye estadísticamente para nada en la vida del primer hijo.

Posibles explicaciones

El análisis estadístico de los datos obtenidos es bastante concluyente: la juventud de la madre está directamente relacionada con la longevidad del primer hijo. Aunque los datos son al respecto concluyentes, la explicación sin embargo no existe, sino sólo hipótesis.

Una de estas hipótesis considera que los primeros óvulos de la madre en ser fertilizados son supuestamente los mejores, diferenciándose de los demás en calidad y vigor. Otra hipótesis señala que las madres jóvenes no han tenido tiempo de padecer infecciones crónicas que podrían tener consecuencias negativas sobre la salud a largo plazo de sus hijos.

Los autores consideran que pueden haber más explicaciones posibles a este fenómeno, pero la dificultad de conocer la vida de personas que ya tienen 100 años impide ser más concluyentes al respecto.

El estudio constituye una llamada de atención para la cultura del embarazo en las sociedades desarrolladas: es bueno tener los hijos en la madurez y que vivan después mucho tiempo. La historia de los centenarios estudiados es contraria a esta creencia.

Hace tres años, la misma pareja de investigadores descubrió que ser el primogénito de una familia también mejoraba la longevidad, pero no se sabía por qué. La posible explicación de este misterio lo constituye el nuevo descubrimiento de Leonid et Natalia Gavrilov.

En Estados Unidos había 37.000 centenarios en 1990, pero en el año 2000 esta cifra se elevó a 55.000. Lo más probable es que las mujeres vivan más de 100 años que los hombres.

Leonid et Natalia Gavrilov ya habían descubierto en un estudio anterior que los centenarios de Estados Unidos eran agricultores del centro del país, ya que en esa zona vivían la mayoría de ellos. También apreciaron que ser el primogénito en una familia aumenta las probabilidades de llegar a los 100 años de edad en más de 80 por ciento.

Buscando una posible explicación a estos descubrimientos, se han encontrado que la maternidad temprana es un factor de longevidad para los primogénitos.



Vanessa Marsh
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