Mapa de la deformación cinemática de Tenerife (expansión en color rojo y la compresión en azul). Imagen: Universidad de Sevilla. Click sobre la imagen para ampliar.
Expertos de la Universidad de Sevilla y del Laboratorio de Astronomía, Geodesia y Cartografía de la Universidad de Cádiz han publicado un estudio en el que analizan el comportamiento de la zona geodinámica de la isla de Tenerife.
Aunque el objetivo del estudio no era el comportamiento entre las dos islas, se ha observado que hay un proceso de acercamiento entre Tenerife y Gran Canaria que podría ser causado por la acción de una falla existente entre ambas islas.
"Los valores de desplazamiento entre placas detectados entre la isla de Tenerife y Gran Canaria son milimétricos, por lo que, dada la distancia entre las islas (aproximadamente 64 km en la actualidad), llevará millones de años, lo que podría deberse a una posible cizalladura. Los movimientos son latentes y también podría haber nuevos elementos a tener en cuenta", destaca la profesora de la Universidad de Sevilla, Cristina Torrecillas, en un comunicado.
En geología estructural, la cizalla a la que se refiera la investigadora es el esfuerzo (fuerza aplicada a un área determinada de roca) por el cual las fuerzas actúan en paralelo pero en direcciones opuestas, lo que da como resultado una deformación por desplazamiento a lo largo de planos poco espaciados.
Lo que hoy es una realidad es que hay un hundimiento gravitacional o ajuste isostático del Teide después de la crisis volcánica de 2004, que registró unos 230 terremotos de baja intensidad, casi 10 veces más de lo habitual.
Este fenómeno se ha detectado gracias a los datos proporcionados por las estaciones de GPS ubicadas alrededor de la isla de Tenerife, con valores milimétricos cada año. Por otro lado, también se ha observado que la fisura del noreste se está ampliando, posiblemente debido a la acción de una falla secundaria que aísla la cordillera de Anaga, en la parte central de la isla.
Después de la crisis volcánica del Teide en 2004, provocada por una multitud de terremotos no muy intensos, surgió la necesidad de controlar la geodinámica de la isla de Tenerife, por lo que inicialmente se establecieron siete puntos de referencia distribuidos alrededor de la isla.
Dos de estos puntos se han configurado en modo de observación constante y el resto, en campañas anuales periódicas. Desde 2008, otros organismos públicos implantaron otros siete nuevos puntos de referencia, con estaciones de observación de acceso público continuo. Juntas, estas dos redes se conocen como la red TEGETEIDE GNSS, y fueron los datos de estas dos redes los que se usaron para elaborar este estudio.
Aunque el objetivo del estudio no era el comportamiento entre las dos islas, se ha observado que hay un proceso de acercamiento entre Tenerife y Gran Canaria que podría ser causado por la acción de una falla existente entre ambas islas.
"Los valores de desplazamiento entre placas detectados entre la isla de Tenerife y Gran Canaria son milimétricos, por lo que, dada la distancia entre las islas (aproximadamente 64 km en la actualidad), llevará millones de años, lo que podría deberse a una posible cizalladura. Los movimientos son latentes y también podría haber nuevos elementos a tener en cuenta", destaca la profesora de la Universidad de Sevilla, Cristina Torrecillas, en un comunicado.
En geología estructural, la cizalla a la que se refiera la investigadora es el esfuerzo (fuerza aplicada a un área determinada de roca) por el cual las fuerzas actúan en paralelo pero en direcciones opuestas, lo que da como resultado una deformación por desplazamiento a lo largo de planos poco espaciados.
Lo que hoy es una realidad es que hay un hundimiento gravitacional o ajuste isostático del Teide después de la crisis volcánica de 2004, que registró unos 230 terremotos de baja intensidad, casi 10 veces más de lo habitual.
Este fenómeno se ha detectado gracias a los datos proporcionados por las estaciones de GPS ubicadas alrededor de la isla de Tenerife, con valores milimétricos cada año. Por otro lado, también se ha observado que la fisura del noreste se está ampliando, posiblemente debido a la acción de una falla secundaria que aísla la cordillera de Anaga, en la parte central de la isla.
Después de la crisis volcánica del Teide en 2004, provocada por una multitud de terremotos no muy intensos, surgió la necesidad de controlar la geodinámica de la isla de Tenerife, por lo que inicialmente se establecieron siete puntos de referencia distribuidos alrededor de la isla.
Dos de estos puntos se han configurado en modo de observación constante y el resto, en campañas anuales periódicas. Desde 2008, otros organismos públicos implantaron otros siete nuevos puntos de referencia, con estaciones de observación de acceso público continuo. Juntas, estas dos redes se conocen como la red TEGETEIDE GNSS, y fueron los datos de estas dos redes los que se usaron para elaborar este estudio.
Velocidades de interplacas horizontales anuales (flechas naranjas) y velocidades verticales anuales (flechas azules) entre 2005 y 2015 con un grado de fiabilidad del 95 por ciento (elipsis y huecos rojos). Imagen: Universidad de Sevilla. Click sobre la imagen para ampliar.
Dos procesos geodinámicos
Los datos recopilados por la red TEGETEIDE GNSS indican un patrón de desplazamiento vectorial diferente, tanto en magnitud como en dirección, al que podría esperarse del movimiento de la placa africana, que cubre el continente africano y se extiende hacia el oeste hasta la dorsal mesoatlántica.
Estos indicios sugieren que existe otro proceso en la isla de Tenerife que contribuye a la geodinámica no sólo por la acción tectónica, sino también derivado de la actividad volcánica.
"La vulcanología es una ciencia compleja y multidisciplinaria, pero está más que comprobada que la deformación de la superficie en zonas activas generalmente precedió a eventos sísmicos o volcánicos. Esta técnica se ha aplicado en el caso de la reciente erupción en la isla vecina de El Hierro, pero no fue hasta el 2015 que se publicó un estudio en la revista Science sobre la acción predictiva con intrusiones magmáticas ", explica la investigadora.
Los investigadores concluyen en su artículo que la velocidad de la placa residual que indica el movimiento de Tenerife hacia Gran Canaria debe estudiarse en el contexto de todo el archipiélago canario.
Los datos recopilados por la red TEGETEIDE GNSS indican un patrón de desplazamiento vectorial diferente, tanto en magnitud como en dirección, al que podría esperarse del movimiento de la placa africana, que cubre el continente africano y se extiende hacia el oeste hasta la dorsal mesoatlántica.
Estos indicios sugieren que existe otro proceso en la isla de Tenerife que contribuye a la geodinámica no sólo por la acción tectónica, sino también derivado de la actividad volcánica.
"La vulcanología es una ciencia compleja y multidisciplinaria, pero está más que comprobada que la deformación de la superficie en zonas activas generalmente precedió a eventos sísmicos o volcánicos. Esta técnica se ha aplicado en el caso de la reciente erupción en la isla vecina de El Hierro, pero no fue hasta el 2015 que se publicó un estudio en la revista Science sobre la acción predictiva con intrusiones magmáticas ", explica la investigadora.
Los investigadores concluyen en su artículo que la velocidad de la placa residual que indica el movimiento de Tenerife hacia Gran Canaria debe estudiarse en el contexto de todo el archipiélago canario.
Referencia
Assessment of ground deformation following Tenerife’s 2004 volcanic unrest (Canary Islands). I. Barbero el al. Journal of Geodynamics, Volume 121, November 2018, Pages 1-8. DOI:https://doi.org/10.1016/j.jog.2018.06.002
Assessment of ground deformation following Tenerife’s 2004 volcanic unrest (Canary Islands). I. Barbero el al. Journal of Geodynamics, Volume 121, November 2018, Pages 1-8. DOI:https://doi.org/10.1016/j.jog.2018.06.002