Las hormonas sufren cambios mientras vemos películas

Las escenas románticas estimulan la progesterona y las violentas la testosterona


El cine afecta a nuestras hormonas, señala un estudio realizado por la Universidad norteamericana de Michigan. Una película romántica o una de acción es capaz de disparar los niveles de progesterona o de testosterona respectivamente, haciéndonos más cariñosos o agresivos según la naturaleza de las imágenes percibidas. Una nueva llamada de atención sobre los efectos del cine en adultos y niños. Por Yaiza Martínez.


Yaiza Martínez
11/09/2004

Los puentes de Madison
Las historias de amor pueden aumentar hasta en un diez por ciento los niveles de progesterona del cuerpo, lo que provoca que las parejas se sientan más proclives a unirse. Por el contrario, una película violenta altera la segregación de testosterona, lo que disminuye las reacciones afectivas o cariñosas.

La testosterona es una hormona necesaria para el crecimiento, desarrollo y funcionamiento normales de los órganos sexuales masculinos. Provoca el crecimiento de los músculos, aumenta la líbido e impulsa a la gente a ser más asertiva y a tener comportamientos dominantes.

Las mujeres tienen menos testosterona que los hombres. Por el contrario, la progesterona, de la que aún se sabe muy poco, reduce la ansiedad y hace que las personas sean cariñosas y románticas, aunque provoca una disminución de la líbido.

Los cambios en los niveles habituales de estas hormonas por efecto de una película fueron descubiertos por un equipo de psicólogos de la universidad de Michigan, en Estados Unidos, tras medir mediante tomas de saliva antes y después de los experimentos, los cambios hormonales de tres grupos diferentes de personas. El estudio se denomina Effects of Affiliation and Power Motivation Arousal on Salivary Progesterone and Testosterone y está explicado en un comunicado de la Universidad de Michigan.

Viendo a Clint Eastwood

Uno de los grupos del experimento vio la película romántica “Los puentes de Madison County”, dirigida por uno de sus protagonistas, el actor Clint Eastwood. En ella se cuenta una historia de amor entre un fotógrafo y un ama de casa de origen italiano que vive en una zona rural de Estados Unidos.

Otro de los grupos seleccionados disfrutó de la película “El Padrino, Segunda Parte”, en la que se cuentan los violentos avatares de diferentes y enemistadas bandas mafiosas.

Los niveles hormonales de ambos grupos fueron medidos justo antes de la proyección de las películas, y después de que hubieran visto 30 minutos de escenas de uno u otro tipo. El tercer grupo de personas estudiado no vio ninguna película, con el fin de confirmar que no sufría ningún cambio hormonal durante el tiempo de las proyecciones, como así fue.

Sorprendentes resultados

Las mujeres y hombres que vieron“Los puentes de Madison County” dieron señales claras de cambios: por un lado, los niveles de progesterona de ambos sexos aumentaron ante el romanticismo de las imágenes. Por otro, la testosterona en las mujeres permaneció estable mientras que en los hombres se redujo.

Con respecto a “El Padrino, Segunda Parte”, durante la escena en que Vito Corleone, aún muy joven, obtiene y consolida su poder después de asesinar a uno de sus enemigos, los niveles de testosterona de los hombres, cuyo nivel de testosterona inicial en la sangre era ya alto, aumentaron un 30%, mientras que la progesterona les descendía.

Por el contrario, las mujeres con altos niveles de testosterona iniciales sufrían un descenso en los niveles de testosterona de su sangre, durante la misma escena. Las personas de ambos sexos con niveles de testosterona inicialmente bajos, cuyos caracteres eran más conformistas o sumisos, se sintieron incómodos ante dichas escenas.

Según el doctor Oliver Schultheiss, profesor de sicología de la universidad de Michigan y autor del estudio, las hormonas responden ante los estímulos cinematográficos. Eso explicaría porqué a determinados tipos de personas les gustan más ciertas películas que a otras.

La gente con más altos niveles de progesterona en la sangre, es más proclive al cine romántico, mientras que las personas con altos niveles de testosterona optará casi siempre por películas de acción e inclusive de violencia.

Pero hay que tener también en cuenta que, dependiendo de qué películas se vean, los niveles hormonales pueden modificarse temporalmente. Una nueva llamada de atención sobre los efectos del cine en adultos y niños.



Yaiza Martínez
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