Las hormigas practican un sistema de enseñanza formal inédito en el reino animal

En contra de lo que se creía hasta ahora, un cerebro grande no es esencial para el aprendizaje


Científicos británicos han comprobado por primera vez la existencia de un sistema de enseñanza formal en el mundo animal. Las hormigas que conocen una ruta hacia el alimento señalan a otras el camino a seguir y esperan por ellas para que puedan memorizar la ruta. Sólo avanzan cuando las aprendizas señalan con golpes de sus patas que han aprendido la lección. Este descubrimiento señala que el desarrollo de aptitudes de enseñanza en cualquier especie depende más de la importancia de la información a transmitir que del tamaño del cerebro. Por Marta Morales.


Marta Morales
13/01/2006

Profesor y alumno. Universidad de Bristol.
Ciertas especies de hormigas utilizan una determinada técnica conocida como tandem-running para enseñar a sus congéneres el camino desde el nido hasta la comida. Las señales que emite la primera hormiga o “guía” dirigen tanto la velocidad como la dirección en la que la segunda debe moverse. Este descubrimiento supone la primera demostración de enseñanza formal reconocida en el mundo animal.

El tandem-runing es un concepto biológico que define un comportamiento individual. Implica a dos hormigas y tiende a reunir a las individuos en torno a un mismo sitio. Los grados de aprendizaje descubiertos en el reino animal son: hábito, rastreo, condicionamiento, colaboración y aprendizaje por tentativa. El tandem-runing se integra en la forma de aprendizaje mediante colaboración, que se produce cuando un animal colabora en la adquisición de conocimiento.

Tal como explica al respecto la Bristol University en un comunicado, el comportamiento observado entre hormigas indica que el desarrollo de aptitudes de enseñanza en cualquier especie depende más de la importancia de la información a transmitir que del tamaño del cerebro. Los resultados de esta investigación, realizada por los profesores Nigel Franks y Tom Richardson, de dicha universidad, han sido publicados por la revista Nature.

Según la definición de “enseñanza” dentro del mundo del comportamiento animal, un individuo enseña a otro cuando modifica su propio comportamiento en presencia de un observador “ignorante”. Esta modificación del comportamiento supone un cierto esfuerzo para el profesor, que renuncia a ejercer en su integridad la capacidad adquirida respecto a un determinado conocimiento, con la finalidad de permitir a otro miembro de su especie aprender con mayor rapidez lo que debe saber.

Hormigas guía y seguidoras

Tal como explica al respecto el profesor Franks, la verdadera enseñanza implica un intercambio en ambas direcciones, entre el maestro y el alumno. El profesor suministra información o guía para el alumno a un nivel que se ajusta a la capacidad de éste último. Al mismo tiempo, el alumno le muestra al profesor qué partes de la “lección” ha asimilado, y el aprendizaje continúa.

Lo que ha confirmado esta investigación, es que el recorrido en grupo de un tipo de hormigas denominado Temnothorax albipennis incluye estos criterios y cualidades propios de cualquier proceso de enseñanza.

Por ejemplo, ha podido constarse que cuando las hormigas comienzan a moverse en grupo, las que van en cabeza se percatan de aquéllas que necesitan seguirle. Éstas suelen ir más despacio porque se detienen con frecuencia para fijarse en las señales que le permitirán aprender la ruta.

Una vez que esas señales han sido incorporadas a su memoria, las hormigas que siguen a las de delante dan golpecitos en las piernas traseras y en el abdomen de la hormiga líder para señalar que el grupo puede continuar, que el camino ha sido aprendido en ese trayecto de su recorrido.

Un análisis realizado por los investigadores de los movimientos de las hormigas líderes de los grupos que salen en busca de alimentos, así como de sus seguidoras, ha revelado además que si la distancia entre ambas partes del grupo es demasiado amplia, las líderes desaceleran y sus seguidoras aceleran. Si, por el contrario, la distancia es demasiado corta, las líderes aceleran y las seguidoras desaceleran.

Proceso para toda la colonia

Es como si las hormigas guía señalaran el camino a sus seguidoras, aunque el proceso es muy intermitente debido a que las seguidoras marcan la velocidad del aprendizaje de la ruta, parándose con frecuencia para consolidar su aprendizaje progresivo del camino que están tomando.

Las hormigas-guía pagan un precio por enseñar a las demás, porque, de ir solas, alcanzarían la fuente de alimento unas cuatro veces más rápidamente. Pero el beneficio que obtienen es que las hormigas que aún no saben ir hasta dicha fuente aprenden el camino mucho más rápido si ellas van delante. Las seguidoras aprenden tan bien la lección que ellas mismas terminan convirtiéndose en líderes, lo que permite que la información se extienda a toda la colonia.

El hecho de que exista la capacidad de aprendizaje y enseñanza entre las hormigas indica que el aprendizaje puede darse en animales con un cerebro minúsculo. El valor de la información es posiblemente, por lo tanto, el motor de que esta capacidad se desarrolle, en lugar del tamaño del cerebro, como se pensaba hasta ahora.

Anteriormente se había descubierto que las abejas también pueden aprender a encontrar alimentos guiados por otros miembros de su especie y que los chimpancés pueden asimismo enseñar a su pareja como recoger alimentos con la ayuda de una rama.

Sin embargo, los investigadores de Bristol señalan que el aprendizaje descubierto en las hormigas es mucho más complejo: constituye la primera constatación de un aprendizaje bidireccional en el que el profesor modifica su conducta para ayudar al discípulo a alcanzar sus habilidades.



Marta Morales
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