Las expresiones de risa y de alivio son instintivas

El resto de las expresiones emocionales no-verbales se aprenden por imitación


Las expresiones de risa y alivio podrían ser instintivas, mientras que el resto de las expresiones emocionales serían aprendidas de otras personas en el desarrollo de nuestra socialización. Esto es lo que sugieren los resultados de un estudio realizado con personas sordas, en el que se demostró que éstas sólo expresaban oralmente –sin palabras- y de manera comprensible estas dos emociones. Los resultados obtenidos vienen a sumarse a los de un estudio anterior en el que se demostró la universalidad de las expresiones de la risa a través de las culturas. Por Yaiza Martínez.


20/11/2010

Foto: ericmcgregor. Fuente: Everystockphoto.
Sólo las expresiones de risa y alivio son instintivas, mientras que el resto de las expresiones emocionales se aprenden de otras personas.

Esto al menos es lo que sugieren los resultados de un reciente estudio realizado por la investigadora Disa Sauter del Instituto Max Plank de Psicolingüística de Nimega, en los Países Bajos.

Nueve emociones sin palabras

Sauter está especializada en el análisis de las emociones, en particular en el uso de señales no verbales, vocales y faciales, en la comunicación de estados emocionales.

Asimismo, la investigadora estudia actualmente el papel del aprendizaje auditivo en las vocalizaciones afectivas y la continuidad filogenética de los sonidos emocionales, entre otros temas.

Según publica NewScientist, en el presente estudio, Sauter y sus colaboradores pidieron a ocho individuos sordos y a ocho personas que oían que vocalizaran nueve emociones distintas, pero sin utilizar palabras. Estas emociones fueron miedo, alivio, ira, risa, triunfo, disgusto y tristeza.

Después de registrar los sonidos emitidos por los participantes, Sauter presentó las grabaciones realizadas a un grupo de otros 25 oyentes, a los que pidió que vincularan cada expresión con una emoción.

La risa no se aprende

De esta forma, se constató que sólo dos de los sonidos emocionales grabados por los participantes sordos fueron fácilmente reconocidos por estos 25 individuos. Estas dos emociones fueron la risa y los suspiros de alivio.

Para el grupo de 25, sin embargo, resultó más sencillo vincular emociones a todas las expresiones que grabaron las ocho personas que sí oían.

Según Sauter, estos resultados sugieren que “escuchar los sonidos que hacen otros es crucial para el desarrollo de nuestros propios sonidos, para que éstos puedan ser comprensibles a los demás”. Salvo en el caso de la risa, dado que los sordos no saben como se ríen los otros y, a pesar de eso, se ríen como los demás.

Disa Sauter. Fuente: Instituto Max Plank de Psicolingüística.
Esto se debe a que, probablemente, la risa y la sonrisa, fueron expresiones que evolucionaron como señales de comunicación clave para evitar las confrontaciones, por medio del incremento de la empatía.

Por otro lado, la risa ha sido constatada también en primates no humanos, como los chimpancés y los orangutanes, lo que respalda la idea de que es un elemento del comportamiento social con profundas raíces evolutivas.

El resto de las expresiones emocionales no-verbales se deben aprender para poder comunicarnos con los otros.

Sauter y sus colaboradores presentaron los resultados de su investigación en una conferencia organizada por la Acoustical Society of America, y celebrada recientemente en Cancún (Méjico).

Sentimientos universales

Con respecto a la risa, en un estudio anterior realizado también por Sauter con personas de Gran Bretaña y de Namibia, cuyos resultados fueron publicados por la revista PNAS, se constató que, independientemente de la cultura, el sonido de la risa transmite siempre el mismo sentimiento de diversión.

La risa sería, por tanto, una expresión emocional asociada universalmente con el mismo sentimiento. Otras emociones que también demostraron tener una interpretación generalizada, aunque no tanto como la de la risa, entre los dos grupos humanos analizados fueron la ira, el miedo, el odio, la alegría, la tristeza y la sorpresa.

Los investigadores explican que, en general, las señales emocionales resultan cruciales para compartir información importante, como la relativa a situaciones de peligro, por ejemplo.

Por eso, los seres humanos aprendemos a utilizar diferentes claves para comunicar a los otros cómo nos sentimos. Estas claves se reflejan en señales faciales, vocales y gestuales.

En este sentido, los músculos faciales resultan esenciales, lo que sugiere que las estructuras específicas de la musculatura facial evolucionaron para permitir a los individuos producir expresiones emocionales comprensibles.



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