Las distracciones positivas son beneficiosas para la memoria

Las negativas, en cambio, perjudican el recuerdo


Científicos de EE.UU. han comprobado que las distracciones positivas son beneficiosas para recordar algo, a diferencia de las negativas, que como ya se sabía, son un obstáculo. Mediante mediciones de la actividad cerebral, han observado las diferencias de actividad en las distintas regiones, que explican por qué es así.


Universidad de Urbana-Champaign/T21
06/11/2015

Un perro puede ayudarnos a recordar si es simpático, o estorbarnos si da miedo. Imagen: Lachlan Hardy. Fuente: Flickr.
Usted está caminando por la calle, cargado con alimentos, con su teléfono celular pegado a la oreja. Su madre acaba de decirle el número de teléfono de su anciana tía, y usted está repitiéndolo mentalmente. De repente, un perro callejero, ladrando y gruñendo, corre por el césped. ¿Es capaz de recordar el número?

Rebobine la situación y, en lugar de que el perro ladre, vea un perrito lindo saltando por el patio. ¿Recuerda el número ahora?

Los investigadores del Instituto Beckman de Ciencia y Tecnología Avanzada de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign (EE.UU.) están investigando cómo procesa las distracciones el cerebro cuando usted trata de hacer una tarea. Su artículo se ha publicado en Cerebral Cortex.

Según Alexandru Iordan, estudiante de posgrado en neurociencia y co-autor del trabajo, la mayoría de los estudios se han centrado en cómo las distracciones negativas (el perro ladrando) afectan a nuestra capacidad para completar una tarea. Pero pocos estudios se han centrado en cómo las distracciones positivas (el perrito lindo) afectan a esa capacidad.

"Sabíamos de investigaciones anteriores que las distracciones negativas interfieren con nuestra capacidad para mantener la concentración en una tarea", dice Iordan en la nota de prensa del Instituto. "Sin embargo, no sabíamos lo que sucede con las distracciones positivas en términos de rendimiento y de los mecanismos del cerebro."

La investigación, dirigida por Florin Dolcos, profesor asistente de psicología y miembro del Grupo de Neurociencia Cognitiva de Beckman, no sólo investigó la diferencia entre las distracciones positivas y las negativas, sino que también utilizó las máquinas de resonancia magnética del Centro de Imágenes Biomédicas (BIC) del Instituto Beckman para evaluar cómo responde el cerebro durante estas distracciones.

El experimento

A los participantes en el estudio se les mostró una serie de imágenes de rostros de personas y se les pidió que los mantuvieran en mente durante unos segundos. Después de un lapso de tiempo, se les pidió que indicaran si habían visto unas caras en concreto. Durante ese lapso, a los participantes se les mostró una mezcla de imágenes positivas, neutras y negativas; las imágenes negativas y positivas fueron seleccionadas para producir respuestas similarmente intensas.

Se registraron las respuestas cerebrales para evaluar qué partes del cerebro se activaban cuando se les mostraban las imágenes distrayentes.

Los hallazgos indican que tanto las imágenes positivas como las negativas afectan el cerebro, pero que las distracciones positivas están relacionadas con un mayor rendimiento, en comparación con las negativas. En otras palabras, ver al perrito lindo llama la atención, pero no interfiere con la realización de la tarea en cuestión (recordar el número de teléfono de la tía).

"El principal resultado es que las distracciones positivas no interfieren con el rendimiento de la memoria de trabajo", dice Iordan. "De hecho, en realidad ayudan en comparación con las distracciones negativas, a pesar de que pueden producir respuestas emocionales igualmente intensas."

El cerebro

La explicación de esto radica en la forma en que están cableados nuestros cerebros. "Los estímulos positivos son menos imperativos que los negativos, ya que los costes inmediatos de no prestarles atención son más pequeños. Por ejemplo, evolutivamente, no prestar atención a una fuente de alimento potencial es generalmente menos dramático que no prestar atención a algo peligroso, como un depredador", dice Dolcos.

En consonancia con esta idea, el estudio observó cambios en dos regiones cerebrales que están involucradas en la memoria de trabajo y en la atención, el prefrontal dorso-lateral y las cortezas parietales laterales.

"Estas áreas permanecen en sintonía con las demás cuando tratamos de mantener una información activa en nuestra mente", explica Iordan.

"Las distracciones negativas reducían fuertemente la actividad en estas regiones. Sin embargo, las distracciones positivas tenían menos impacto en la actividad de estas regiones y aumentaban la actividad de la corteza prefrontal ventro-lateral, un área asociada con el control de las emociones. Esto puede explicar por qué funcionamos mejor con distracciones positivas, porque esas distracciones tienen efectos menos perjudiciales en las áreas del cerebro involucradas en la habilidad de mantenerse enfocado en las tareas, y aumentan la actividad en las áreas que nos ayudan a hacer frente a la distracción", dice Iordan.

Otra región del cerebro, la corteza prefrontal medial, también mostró respuestas consistentes con esta diferencia de urgencia entre los estímulos positivos y negativos. "La corteza prefrontal medial está involucrada en la emoción y en el procesamiento autorreferencial. Aquí, hemos visto que las respuestas a los estímulos negativos ocurrían un poco antes que las respuestas a los positivos ", agrega Iordan.

Los efectos eran visibles también en la forma en que estas diferentes regiones del cerebro se comunicaban entre sí. "Una cosa fascinante sobre el cerebro es que la misma región puede comportarse de manera diferente en diferentes contextos", dice Iordan. "No se trata sólo de lo que hace la propia región del cerebro, sino también de cómo una región del cerebro se comunica con otras regiones en contextos específicos -y esto influye en nuestro comportamiento."

Diferencias

Los investigadores descubrieron que la corteza prefrontal medial y las cortezas parietales laterales se comportaban de manera diferente cuando los sujetos veían algo negativo en comparación con los distractores positivos.

"Encontramos que la corteza prefrontal medial se comunica más con la corteza parietal lateral bajo distracción negativa. Este aumento de la comunicación no suele ocurrir en este tipo de tareas, ya que estas dos regiones son parte de distintas redes cerebrales. Esto también podría explicar por qué los estímulos negativos afectaban más", dice Iordan.

Identificando la actividad de estas regiones, los investigadores esperan desarrollar métodos para ayudar a los que tienen trastornos emocionales como ansiedad o depresión, caracterizados por un aumento de la sensibilidad a las emociones negativas, y una reducción de la respuesta a las positivas.

"Estas áreas, junto con otras identificadas en nuestra investigación, podrían ser utilizadas como marcadores y ser supervisadas en los tratamientos para estos problemas", dice Dolcos.

Referencia bibliográfica:

A. D. Iordan, F. Dolcos: Brain Activity and Network Interactions Linked to Valence-Related Differences in the Impact of Emotional Distraction. Cerebral Cortex (2015). DOI: 10.1093/cercor/bhv242.



Universidad de Urbana-Champaign/T21
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