Las canciones agresivas provocan reacciones violentas entre los jóvenes

Un estudio de la Universidad de Iowa comprueba la relación entre las canciones violentas y la agresividad juvenil


Un estudio realizado en la Universidad de Iowa ha establecido por primera vez una relación directa entre las canciones violentas de algunos grupos musicales y las reacciones agresivas de los jóvenes. Cinco experimentos diferentes establecieron que la influencia negativa afecta a los jóvenes independientemente de su personalidad y que el efecto acumulativo que ejercen las canciones con la tele, el cine y los videojuegos provoca el peor resultado. Por Vanessa Marsh.


Vanessa Marsh
07/05/2003

Imagen del Grupo Tendencias Suicidas
La música popular puede provocar violencia entre los niños y los jóvenes, según un estudio realizado por pediatras de la Universidad de Iowa.

Los investigadores han comprobado que los chicos y chicas se vuelven más agresivos a medida que escuchan canciones escandalosas, lo que descubrieron utilizando creaciones de grupos de rock duro y de raperos.

Estas canciones aumentan los pensamientos y sentimientos agresivos de los jóvenes, lo que corrobora una constatación anterior que detectó las mismas reacciones infantiles ante determinados programas de televisión, películas y videojuegos: los pensamientos agresivos desencadenan reacciones agresivas.

Esta investigación se ha centrado sin embargo en las letras de las canciones más populares del momento entre la población infantil y juvenil, lo que hasta ahora no había sido analizado.

Conclusión taxativa

La conclusión taxativa del estudio es que la letra de las canciones violentas influyen en la mente de los adolescentes y pueden resultar tóxicas para su bienestar emocional, lo que constituye una rigurosa llamada de atención para padres, tutores y educadores.

La investigación se basó en cinco experimentos diferentes pensados para establecer la posible relación que podría generarse entre la violencia de las canciones populares y los pensamientos y sentimientos de los chicos y chicas objeto del experimento.

En el primer experimento pidieron a estudiantes universitarios de ambos sexos que escucharan, unos canciones de contenido violento, y otros canciones no violentas, y que a continuación respondieran a un cuestionario.

Los jóvenes que escucharon canciones violentas reflejaron niveles más altos de hostilidad en el cuestionario que respondieron a continuación, que los otros jóvenes entretenidos en canciones no violentas. Los niveles más altos de hostilidad los reflejaron las chicas.

Cualquier personalidad

En el segundo experimento, los dos grupos de jóvenes escucharon las mismas canciones, pero los que habían disfrutado con anterioridad las letras violentas, atribuyeron significados agresivos a palabras ambiguas de las nuevas canciones.

El tercer experimento permitió descubrir que los jóvenes que habían escuchado las canciones violentas leían las palabras relacionadas con la agresividad con mucha más agilidad que las palabras ajenas a la agresión.

El cuarto experimento desveló que las canciones violentas ejercen el mismo efecto en los niños y jóvenes independientemente de que sean serias o cómicas.

El quinto experimento ratificó por último que las canciones violentas generan hostilidad en los jóvenes, independientemente de la personalidad de cada uno.

Validez general

La importancia del estudio radica, sobre todo, en su solidez, ya que cinco experimentos diferentes arrojaron el mismo resultado. Además, puso de manifiesto que la influencia negativa de este tipo de música afecta por igual a todos.

Los autores llaman la atención de que el peor resultado sobre la mente de los niños y jóvenes lo produce el efecto acumulativo que ejerce la cultura musical de la violencia, que se une a lo que aporta el cine, la televisión y los videojuegos.

El estudio de la Universidad de Iowa, publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology, constituye el último eslabón de las señales de alarma que desde diferentes estamentos sociales se emiten para llamar la atención sobre la influencia de determinados ingredientes de nuestra cultura sobre niños y jóvenes.

Otros síntomas

La Asociación Americana de Pediatría recuerda a su vez que más de mil estudios demuestran la relación directa que existe entre la violencia mediática y las reacciones agresivas de los jóvenes.

El pasado noviembre también se hizo público en Francia el Informe Kriegel sobre la violencia en la televisión que ha sembrado una ardua polémica porque sus recomendaciones se sitúan al borde de la libertad de expresión.

En España acaba de presentarse la iniciativa Internet Segura, un programa de sensibilización que tiene como misión promover el buen uso de Internet y generar una cultura de responsabilidad, que permita a niños y adolescentes beneficiarse cada vez más de la red, eludiendo los peligros que acechan a los más débiles en la navegación.

Son algunos de los síntomas de la preocupación reinante en determinados estamentos sociales que, sin embargo, encuentran dificultades para actuar debido a la complejidad que representa una regulación de algo tan singular como es la cultura.



Vanessa Marsh
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