Las bolsas de papel no son buenas sustitutas del plástico

Es mejor reducir el consumo de bolsas y envases, reutilizar y reciclar


Aunque el plástico nos inunda, las bolsas de papel no son la alternativa porque dañan más al medioambiente. Reducir el consumo de bolsas y envases, reutilizar y reciclar es la alternativa. Por Héctor Díaz-Alejo (*).


Héctor Díaz-Alejo.
07/05/2020

Imagen de H. Hach en Pixabay
En julio de 2019, la isla indonesia de Bali prohibió las bolsas y pajitas de plástico. Una medida que ha quedado muy lejos de cumplir su objetivo.

Hoy día, en esa isla, se usan bolsas de plástico hasta como vasos. Circular por sus carreteras y ver sus playas es un espectáculo desolador.

Selvas frondosas nacen en cada rincón, pero el suelo es una mezcla entre la cubierta vegetal y plástica: bolsas arrastradas por el viento, neumáticos gastados... Paseando por la orilla del mar es más fácil encontrar tapones de botella que conchas.

La medida contra los plásticos parece haber quedado relegada a los resorts y restaurantes para occidentales.

Así, los turistas tienen la percepción de participar activamente en el ecologismo, mientras los monos juegan con botellas de agua que les acaban de robar.

Montañas de basura

Muchos países, africanos y asiáticos principalmente, vieron el gran problema ecológico que les estaba ocasionando la acumulación de plásticos.

Sus ciudades y campos se estaban convirtiendo en montañas de basura. Basura que tardaría siglos en degradarse. Y necesitaban alguna solución.

En Kenia, por ejemplo, decidieron atajar el problema de forma drástica, prohibiendo en 2017 la producción, venta y consumo de bolsas de plástico. Los castigos contemplados incluían hasta 4 años de prisión o multas de hasta 38.000$ (unos 35.000€).

Presión sobre el papel

En países como España se legisló para obligar a los comercios a cobrar por las bolsas de plástico. Pero la presión social es muy grande, lo que provoca que muchos comercios y supermercados vayan más allá y estén cambiando este hábito, ofreciendo bolsas de otros materiales como papel.

El papel tiene la ventaja de ser más degradable y no se acumula en la naturaleza al nivel del plástico, aunque no es inocuo.
Los plásticos que llegan al mar requieren siglos para degradarse y se acaban rompiendo en partículas microscópicas que son consumidas por los animales, pensando que es zooplancton.

Se inicia un proceso de acumulación, encontrando cada vez mayores concentraciones conforme se avanza en la cadena trófica. Al final de esa cadena estamos los humanos, donde nos llegan con efectos aún inciertos para la salud.

El dilema del papel

Entonces, siempre mejor utilizar bolsas de papel, ¿no? Aquí llega el dilema.

El plástico está causando estragos medioambientales... Pero, para producir una bolsa de papel se requiere más CO2.
La tala de árboles (que absorben CO2) y una producción con más necesidades energéticas, juegan muy en su contra.

Además, las de plástico pueden tener funciones más allá del transporte puntual (como volver a hacer la compra con ellas o utilizarlas de bolsa de basura).

En 2011, un estudio finlandés evaluó la producción de CO2 de ambos tipos de bolsa (plástico y papel), además de bolsas biodegradables, plástico reciclado y algodón.

Ojo a las biodegradables

Hay que hacer notar que había mucha incertidumbre en algunas variables, pero llegaron a la conclusión de que lo mejor para el cambio climático, según el modelo productivo finlandés, son las bolsas de plástico reciclado y, lo peor, las biodegradables, con pequeñas diferencias entre usar bolsas de papel, plástico o algodón (reutilizables).

Otros informes gubernamentales hechos en Reino Unido arrojan algunos resultados más concretos.

Las bolsas de papel producen 3,3 veces más gases de efecto invernadero que las de plástico, además necesitan 4 veces más agua y contribuyen hasta 14 veces más a la acumulación de residuos orgánicos en las aguas (eutrofización).

Por el contrario, las bolsas de plástico tienen 5 veces más probabilidades de acabar como basura en el ambiente.
Son resultados sorprendentes que reflejan cómo nuestras acciones, aunque bienintencionadas, pueden ser perjudiciales.

Soluciones al dilema

Además, se demuestra que, de una manera u otra, el resultado es un daño ambiental. ¿Cuál sería entonces la solución?
Tal vez mirar atrás. Antaño era más común ir al mercado a hacer la compra. Llevando un carrito, se echaba dentro todo lo adquirido y se transportaba de una manera fácil, cómoda y sostenible.

Sin embargo, muchas veces el supermercado que preferimos no se encuentra a una distancia salvable a pie, por lo que hay que recurrir al coche para la compra y es más fácil y cómodo meter bolsas en el maletero.

La solución, puestos a usar bolsas, se encuentra en reducir el consumo al mínimo. Reutilizar cada bolsa el número máximo de veces.

Una bolsa de papel nos aguanta un viaje (dos con suerte), las de plástico alguno más, pero las de tela, bien cuidadas, pueden aguantarnos años de compras.

No supone gran esfuerzo ni espacio tener en el coche bolsas para reutilizarlas cuando se vaya a hacer la compra. Tampoco guardarse en el bolso o bolsillo una bolsa si al salir piensas que tal vez te pases a comprar algo.

Envases

No obstante, como todos sabemos, el consumo de plásticos de un solo uso va mucho más allá de las bolsas. Cualquier alimento es susceptible de estar envasado, dejando poco margen de actuación para el consumidor concienciado que quiera reducir su impacto.

La mayoría de los envases siguen siendo plásticos, aunque la producción actual tiende a incrementar otro tipo de envases como vidrio, cartón o tetrabricks, con problemas similares (o aún mayores) a los ya comentados.

Si bien en los últimos años el diseño de los envases ha avanzado para producir envases más ligeros y menos contaminantes, no se ha logrado eliminar el problema.

Mientras este campo avanza, de nuevo, reutilizar los envases es lo más factible y el cómo hacerlo puede ser muy complicado para algunos productos.

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Reutilizar…

Comprar a granel en la medida que se pueda, llevando nuestra propia bolsa, llevar un tupper a la carnicería o pescadería en lugar de que lo tengan que envolver...

Aunque los peros son incesantes. ¿Qué hacemos con las latas de refresco o botellas de vidrio? Queremos el contenido, no el envase. Tarros de mermelada y botellas de leche vacías nos son prácticamente inútiles.

Se puede entender el envasado por diversos motivos, como favorecer la preparación, distribución y conservación, pero no es sostenible producir envases costosos para el medio ambiente cuyo final es la eliminación.

Sin embargo, la recomendación que conocemos es única: reciclar. Acorde con lo comentado sobre las bolsas ¿no sería mejor reutilizarlos?

… y reciclar

Hace años, y extendido en algunos países también ahora, había que devolver ciertos envases, como los cascos, si querías recuperar parte del dinero gastado.

Incluso todavía en nuestro país es algo común con los vidrios en bares y restaurantes. No debería ser difícil extrapolarlo a supermercados.

A la hora de comprar se paga por el contenido y por el envase y, si éste se devuelve para ser reutilizado, el dinero gastado en él también.

Llevar a cabo este procedimiento para reutilizar envases ayudaría a disminuir la huella de carbono y la cantidad de basura que acaba en el medio ambiente.

El utilizar envases y recipientes reutilizables en algunos casos es un hábito perdido y al que cuesta mucho retornar.
Reducir el consumo de bolsas y envases, reutilizar al máximo los que ya tenemos y, en última instancia, tirar a reciclar. Es así como ocasionaremos el menor impacto ambiental.
 
(*) Héctor Miguel Díaz-Alejo Guerrero es investigador en el departamento de Producción Animal (Genética) de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid.

Referencias

Estudio del impacto de las bolsas en Finlandia:
Uncertainty and Sensitivity in the Carbon Footprint of Shopping Bags. Tuomas Mattila et al. Journal of Industrial Ecology, 11 March 2011.
DOI:https://doi.org/10.1111/j.1530-9290.2010.00326.x
 
Informe comparativo en Reino Unido sobre bolsas de plástico y papel:
Comparison of Environmental Impact of Plastic, Paper and Cloth Bags. Kirsty Bell and Suzie Cave. Northern Ireland Assembly. Research and Library Service Briefing Note. Paper 36/11 23 February 2011.



Héctor Díaz-Alejo.
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