Fuente: ICIPE.
El pasado día tres de noviembre, se inauguraba en Nairobi, Kenia, de la mano del presidente del país africano, William Ruto, el African Reference Laboratory for Bee Health del Centro Internacional de Fisiología y Ecología de Insectos (ICIPE).
Este laboratorio, pieza central de un proyecto de tres años de duración que cuenta con un fondo de 14,7 millones de euros aportado por la Unión Europea, se ocupará de la protección de las abejas africanas, importantes polinizadores, para aumentar la seguridad alimentaria mundial; y mejorará la comprensión de estas criaturas únicas.
Además, ayudará a los agricultores de la zona a producir miel de alta calidad y cera, para los mercados internacionales, informa el ICIPE en un comunicado.
Miedo al colapso de colonias
En África y en todo el mundo, las abejas son cruciales para la agricultura y el medio ambiente. Más del 70% de los principales cultivos del planeta dependen de ellas, para producir frutos y semillas. Además, las abejas proporcionan ingresos adicionales muy necesarios para pequeños agricultores que venden miel, cera y otros productos.
Sin embargo, las poblaciones de abejas están luchando por resistir y superar los ataques de parásitos como el ácaro varroa, muy resitente a los pesticidas; así como la infección por enfermedades, y el temido Problema de colapso de colonias o desaparición masiva de abejas obreras de las colmenas.
Este fenómeno alcanzó su auge en Norteamérica a partir de 2000 y, desde 2007, también lo ha hecho en diversos países europeos, como Bélgica, Francia, Holanda, Grecia, Italia, Portugal o España. Los científicos creen que la causa de esta crisis de las abejas son los pesticidas de los cultivos, aunque en relación con otros factores.
Este laboratorio, pieza central de un proyecto de tres años de duración que cuenta con un fondo de 14,7 millones de euros aportado por la Unión Europea, se ocupará de la protección de las abejas africanas, importantes polinizadores, para aumentar la seguridad alimentaria mundial; y mejorará la comprensión de estas criaturas únicas.
Además, ayudará a los agricultores de la zona a producir miel de alta calidad y cera, para los mercados internacionales, informa el ICIPE en un comunicado.
Miedo al colapso de colonias
En África y en todo el mundo, las abejas son cruciales para la agricultura y el medio ambiente. Más del 70% de los principales cultivos del planeta dependen de ellas, para producir frutos y semillas. Además, las abejas proporcionan ingresos adicionales muy necesarios para pequeños agricultores que venden miel, cera y otros productos.
Sin embargo, las poblaciones de abejas están luchando por resistir y superar los ataques de parásitos como el ácaro varroa, muy resitente a los pesticidas; así como la infección por enfermedades, y el temido Problema de colapso de colonias o desaparición masiva de abejas obreras de las colmenas.
Este fenómeno alcanzó su auge en Norteamérica a partir de 2000 y, desde 2007, también lo ha hecho en diversos países europeos, como Bélgica, Francia, Holanda, Grecia, Italia, Portugal o España. Los científicos creen que la causa de esta crisis de las abejas son los pesticidas de los cultivos, aunque en relación con otros factores.
Pasos a dar
El African Reference Laboratory for Bee Health ha asumido como compromiso comprender todos estos problemas, y prevenir su arraigo en África.
El primer paso que dará es tratar de conocer a fondo las plagas y enfermedades que las abejas padecen fuera del continente. Con una red de cuatro estaciones de satélite, en Burkina Faso, Camerún, Liberia y Etiopía, en el laboratorio se dará formación a investigadores de todo el continente sobre el control de la salud de las poblaciones de abejas, la detección de plagas y enfermedades emergentes, y la respuesta a ellas, antes de que estas amenacen la seguridad alimentaria africana.
Por otra parte, el programa hará balance de la extraordinaria biodiversidad de las abejas de África, y buscará abejas aún no descubiertas y que podrían ser mejores polinizadoras o más resistentes a enfermedades. De este modo, aspira a identificar nuevos tipos de abejas para su explotación.
En África hay una asombrosa diversidad de abejas bien adaptadas, entre ellas las abejas sin aguijón (de las que se conocen 500 tipos) y las abejas carpinteras. Además, el equipo del ICIPE ha descubierto ya que algunas abejas africanas son resistentes a ciertas enfermedades que sí afectan a las abejas europeas. Por ello, se propone averiguar si hay más tipos de abejas así de resistentes.
El laboratorio también trabajará para potenciar el medio de vida rural vinculado a la explotación apícola, mediante el desarrollo de comunidades de propietarios y explotadores de colmenas que comercialicen con la miel, la cera y otros productos de las abejas.
En este sentido, capacitará a los agricultores para que estos sean capaces de generar productos con valores agregados y desarrollará procedimientos de prueba y certificación, que abrirán el acceso de dichos productos a los mercados africanos y de otros continentes.
Un proyecto continental
El ICIPE colaborará en este proyecto con la Unión Africana-Oficina Interafricana de Recursos Animales (AU-IBAR), que reúne a investigadores sobre la salud de las abejas de todo África y el mundo.
El objetivo final es facilitar el desarrollo de políticas coherentes a nivel nacional, regional y continental; así como incorporar estrategias, procedimientos armonizados y legislación en salud de las abejas en las agendas nacionales de todo el continente.
El African Reference Laboratory for Bee Health ha asumido como compromiso comprender todos estos problemas, y prevenir su arraigo en África.
El primer paso que dará es tratar de conocer a fondo las plagas y enfermedades que las abejas padecen fuera del continente. Con una red de cuatro estaciones de satélite, en Burkina Faso, Camerún, Liberia y Etiopía, en el laboratorio se dará formación a investigadores de todo el continente sobre el control de la salud de las poblaciones de abejas, la detección de plagas y enfermedades emergentes, y la respuesta a ellas, antes de que estas amenacen la seguridad alimentaria africana.
Por otra parte, el programa hará balance de la extraordinaria biodiversidad de las abejas de África, y buscará abejas aún no descubiertas y que podrían ser mejores polinizadoras o más resistentes a enfermedades. De este modo, aspira a identificar nuevos tipos de abejas para su explotación.
En África hay una asombrosa diversidad de abejas bien adaptadas, entre ellas las abejas sin aguijón (de las que se conocen 500 tipos) y las abejas carpinteras. Además, el equipo del ICIPE ha descubierto ya que algunas abejas africanas son resistentes a ciertas enfermedades que sí afectan a las abejas europeas. Por ello, se propone averiguar si hay más tipos de abejas así de resistentes.
El laboratorio también trabajará para potenciar el medio de vida rural vinculado a la explotación apícola, mediante el desarrollo de comunidades de propietarios y explotadores de colmenas que comercialicen con la miel, la cera y otros productos de las abejas.
En este sentido, capacitará a los agricultores para que estos sean capaces de generar productos con valores agregados y desarrollará procedimientos de prueba y certificación, que abrirán el acceso de dichos productos a los mercados africanos y de otros continentes.
Un proyecto continental
El ICIPE colaborará en este proyecto con la Unión Africana-Oficina Interafricana de Recursos Animales (AU-IBAR), que reúne a investigadores sobre la salud de las abejas de todo África y el mundo.
El objetivo final es facilitar el desarrollo de políticas coherentes a nivel nacional, regional y continental; así como incorporar estrategias, procedimientos armonizados y legislación en salud de las abejas en las agendas nacionales de todo el continente.
Apis mellifera extrayendo néctar. Fuente: Wikimedia Commons.
Medidas de protección de las abejas en Europa
En nuestro continente, en 2010, la Comisión Europea estableció una estrategia para proteger la salud de estos insectos, identificar las causas de sus enfermedades y desaparición, y tomar medidas.
En el marco de esa estrategia, en mayo de 2012, se destinaron 3,3 millones de euros a 17 Estados miembros, entre ellos España, para que recogieran información suplementaria sobre la pérdida de colonias de abejas melíferas, informa en 2013 la Comisión Europea.
Ese mismo año, se extendió a todos los Estados miembros la prohibición del uso de tres pesticidas pertenecientes a la familia de los neonicotinoides, que se sabe minan la salud de las abejas; y en 2014 se prohibió el uso de otro pesticida nocivo más: el fipronil.
A pesar de todas estas medidas, el pasado mes de abril, un informe de la organización Greenpeace alertaba de que más de dos tercios del polen recogido en 12 países de Europa están contaminados de sustancias químicas que ponen en peligro a las abejas. Por ello, Greenpeace reclamó entonces una ampliación de las prohibiciones parciales existentes sobre los plaguicidas.
En la UE hay más de 2.500 especies de abejas silvestres y una especialmente apreciada, la abeja melífera, que ha sido domesticada y produce una riquísima miel desde tiempo inmemorial, además de otros productos. Las abejas son la salvaguardia de la biodiversidad.
Se calcula que estos insectos aportan cada año, unos 22.000 millones de euros a la agricultura europea. La apicultura proporciona ingresos a más de 600.000 trabajadores en la Unión Europea. Su desaparición, por tanto, podría resultar catastrófica.
En nuestro continente, en 2010, la Comisión Europea estableció una estrategia para proteger la salud de estos insectos, identificar las causas de sus enfermedades y desaparición, y tomar medidas.
En el marco de esa estrategia, en mayo de 2012, se destinaron 3,3 millones de euros a 17 Estados miembros, entre ellos España, para que recogieran información suplementaria sobre la pérdida de colonias de abejas melíferas, informa en 2013 la Comisión Europea.
Ese mismo año, se extendió a todos los Estados miembros la prohibición del uso de tres pesticidas pertenecientes a la familia de los neonicotinoides, que se sabe minan la salud de las abejas; y en 2014 se prohibió el uso de otro pesticida nocivo más: el fipronil.
A pesar de todas estas medidas, el pasado mes de abril, un informe de la organización Greenpeace alertaba de que más de dos tercios del polen recogido en 12 países de Europa están contaminados de sustancias químicas que ponen en peligro a las abejas. Por ello, Greenpeace reclamó entonces una ampliación de las prohibiciones parciales existentes sobre los plaguicidas.
En la UE hay más de 2.500 especies de abejas silvestres y una especialmente apreciada, la abeja melífera, que ha sido domesticada y produce una riquísima miel desde tiempo inmemorial, además de otros productos. Las abejas son la salvaguardia de la biodiversidad.
Se calcula que estos insectos aportan cada año, unos 22.000 millones de euros a la agricultura europea. La apicultura proporciona ingresos a más de 600.000 trabajadores en la Unión Europea. Su desaparición, por tanto, podría resultar catastrófica.