La tecnología ya permite el despegue de la telemedicina

El Salón Medica de Dusseldorf ha puesto en evidencia los recursos disponibles para la asistencia a distancia


Una compañía alemana comercializa un móvil que permite hacer un electrocardiograma al contacto con la piel de una persona, así como enviar la información a un centro médico y facilitar la localización del paciente vía GPS. Es uno de los ejemplos de los adelantos tecnológicos que convierten en imparable el ascenso de la telemedicina, impulsada también por el envejecimiento de la población, la presión sobre los recursos sanitarios y el desarrollo de las infraestructuras de telecomunicaciones. El mercado de toda esta industria tecnosanitaria será de 70.000 millones de dólares en 2005. Por Eduardo Martínez.


Eduardo Martínez
04/01/2004

Intervención quirúrgica a distancia. France Telecom
El salon Medica, primera manifestación internacional sobre equipos médicos que tuvo lugar el pasado noviembre en Dusseldorf, ha puesto de manifiesto el creciente empuje de la telemedicina.

Tal como explica al respecto Electronique International, los diferentes recursos presentados en la feria ofrecen soluciones para seguir a distancia la evolución de pacientes de riesgo, como algunos tipos de asma y de diabetes, problemas cardiacos o sencillamente personas mayores, convirtiendo en imparable la tendencia a desarrollar a distancia cuidados médicos.

Ya hay diversas experiencias internacionales en marcha que permiten el seguimiento médico de pacientes en sus propios domicilios, a través de teléfonos móviles y de aparatos específicos de telecomunicación, lo que representa la primera etapa para la progresiva implantación de la telemedicina personal para todos.

No sólo existen desde hace tiempo botones que permiten a un paciente avisar a su médico de una emergencia desde su propia casa, sino que están emergiendo ya sistemas dotados de sensores que pueden captar los parámetros psicológicos de los pacientes.

Estos datos pueden ser enviados y recibidos en tiempo real por centros médicos debidamente habilitados, por lo que cualquier anomalía en el estado de una persona puede ser detectada a tiempo y provocar una acción preventiva o una más rápida intervención en caso de crisis.

Hospitalización a domicilio

La primera consecuencia de estas tecnologías es la posibilidad de trasladar el hospital, o más bien, algunos tratamientos hospitaliarios, al domicilio del paciente real o potencial.

En la actualidad, los pacientes que guardan cama en casa reciben la visita periódica del personal sanitario para observar el seguimiento de la enfermedad y la efectividad de los tratamientos, lo que es práctico para algunas terapias pero insuficiente para las enfermedades que requieren atención permanente, sin obviar por ello el costo de tiempo y dinero que supone el desplazamiento del personal sanitario a los domicilios de los enfermos.

Las tecnologías que integran estos sensores sobre el estado anímico del paciente y sobre su estado de salud en tiempo real, a través de las redes avanzadas de telecomunicaciones, constituyen por ello una revolución en ciernes sobre los tratamientos médicos.

El material necesario para que esta realidad se concrete son sensores con capacidad de medir la presión sanguínea, la temperatura, el ritmo cardiaco y respiratorio, entre otros servicios, así como los correspondientes soportes electrónicos de tratamiento de datos y accesos a las redes de telecomunicación vía Internet o la telefonía inalámbrica.

El Fraunhofer Institut, por ejemplo, presentó en Düsseldorf un sistema de vigilancia médica a domicilio denominado Body Area Network. Se trata de un aparato portátil que mide diversos parámetros vitales y envía datos hacia un centro hospitalario a través de una red inalámbrica. El prototipo va a ser miniaturizado para facilitar su uso y extender sus aplicaciones a implantes en el caso de algunas patologías.

Philips, por su parte, dispone de un servicio llamado Paxiva y destinado al seguimiento a distancia de personas aquejadas de males cardiacos. Dispone de un electrocardiógrafo con capacidad de enviar datos instalado en la casa de cada paciente. De este aparato están funcionando unas mil unidades en Alemania, pero se trata todavía sólo de una experiencia piloto.

Un electrocardiograma en el móvil

La empresa alemana Vitaphone comercializa por su parte un singular teléfono móvil dotado de cuatro electrodos capaces de realizar un electrocardiograma con sólo tocar la piel de una persona. La información es emitida a continuación para su evaluación a un centro médico, que a su vez disponte de un sistema GPS para localizar vía satélite al paciente en caso de necesidad.

Desde 2002 existe asimismo el proyecto europeo MobiHealth, que aglutina a 14 socios entre los que figuran Philips, HP, TeliaSonera, Telefónica Móviles y el Fraunhofer Institut, con la finalidad de prestar teleasistencia a pacientes cardiacos, con problemas respiratorios o embarazos peligrosos. Este proyecto culminará en febrero próximo y constituye otra referencia del nuevo escenario de la medicina de las próximas décadas.

Los datos económicos confirman esta hipótesis. Los aparatos médicos de medición no invasivos representan un mercado de 1.500 millones de dólares que se convertirán en 70.000 millones en 2005.

Muchos elementos sociales explican esta evolución: el aumento de las personas mayores en los países desarrollados, la escasez de recursos para la medicina tradicional que favorece la implantación de tecnologías con menos costo para la sanidad pública, la creciente importancia adquirida por la medicina preventiva y el aumento y mejora de las infraestructuras de redes y telecomunicaciones.



Eduardo Martínez
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