Samsung ha incorporado la tecnología WiMax a sus terminales.
La Asamblea de Radiocomunicación de la ITU ha incorporado la tecnología WiMax en el marco estándar IMT-2000, lo que constituye un importante paso para reconocer el papel que puede desempeñar esta tecnología en las telecomunicaciones mundiales.
Wimax son las siglas de "Worldwide Interoperability for Microwave Access", y es la marca que certifica que un producto está conforme con los estándares de acceso inalámbrico. Estos estándares permiten conexiones de velocidades similares al ADSL, pero sin cables, y hasta una distancia de 50-60 km. Este nuevo estándar será compatible con otros anteriores, como el de Wi-Fi.
IMT-2000 son las siglas de “Telecomunicaciones Móviles Internacionales”, que es el estándar global para las comunicaciones sin hilos de 3G, definidas por un sistema de recomendaciones interdependientes de la ITU. IMT-2000 proporciona un marco para el acceso mundial wireless ligando los sistemas diversos de redes terrestres y redes satelitales.
Con la decisión adoptada ahora por la UIT, la tecnología WiMax, que proporciona velocidades rapidísimas de banda ancha para dispositivos inalámbricos, es considerada ya como alternativa para las comunicaciones de tercera generación.
En la práctica, la decisión implica que las empresas que tengan licencias 3G de telecomunicaciones móviles pueden optar por usar sus franquicias con el fin de ofrecer servicios WiMax a sus clientes, en lugar de otras tecnologías más lentas como UMTS.
Una tecnología para todo el mundo
“La tecnología WiMax tiene el potencial de alcanzar a 2.700 millones de personas”, comentó Rod Resnick, presidente del WiMax Forum, en un comunicado de la ITU. “Este anuncio expande su alcance significativamente”.
La Agencia de la ONU ha puesto tanto empeño en sacar esta resolución adelante por facilitará el acceso a la banda ancha inalámbrica a un precio bajo e incluirá múltiples servicios de Internet wireless de banda ancha, incluido VoIP.
“Me produce una gran satisfacción comprobar que la ITU continua siendo responsable de las necesidades más acuciantes de la industria wireless en el despliegue de soluciones tecnológicas innovadoras”, comentó Valery Timofeev, director del Bureau de Radiocomunicación de la ITU.
China y WiMax
Pero no todo fue tan fácil ni tan cordial en la negociación que llevó a tomar esta decisión. El acuerdo final fue alcanzado después de que las negociaciones superaran las objeciones de varios países a la inclusión del WiMax en la serie IMT-2000.
China es el país que más problemas puso. China es clave cuando se trata de definir las nuevas tecnologías emergentes porque su potencial de consumo es inigualable y su peso específico en la política mundial gana enteros muy rápidamente. En principio, China fue una de las naciones que se opuso porque quiere que su propia banda ancha inalámbrica sea adoptada en todo el mundo.
China ha seguido el modelo WiBro (acrónimo de Wireless Broadband, la apuesta de Corea en cuanto a comunicación WiFi se refiere) para desarrollar su propia WiMax. La ha llamado McWiLL (Multicarrier Wireless Internet Local Loop) y su objetivo es que esté lista para los Juegos Olímpicos de Pekín, que se celebrarán el verano del año que viene.
McWiLL se basa a su vez en la tecnología SCDMA, que actualmente funciona en China para telefonía móvil. Lo que hace McWill es unir varios canales paralelos emitidos por diferentes antenas para aumentar su capacidad de emisión y de recepción.
Según los expertos, es menos potente que WiMax. Así, por ejemplo, una estación base de McWiLL no podría llegar a más de 3 kilómetros, mientras que WiMax proporciona accesos concurrentes en áreas de hasta 64 kilómetros de radio y a velocidades de hasta 70 Mbps, utilizando tecnología que no requiere visión directa con las estaciones base.
La posición de Estados Unidos
Puede ser que la propuesta china no haya salido adelante porque su tecnología es peor y no está suficientemente contrastada, pero también es cierto que frente a China estaba la posición firma de Estados Unidos a favor de que WiMax fuera incluido dentro de los estándares wireless.
Las autoridades estadounidenses ya se habían manifestado en favor de adoptar al sistema WiMax como el patrón oficial de IMT-2000 y otras redes de tecnología inalámbrica de alta velocidad.
"Creemos firmemente en un enfoque que incluya tantas tecnologías como sea posible, con los parámetros técnicos apropiados, porque la diversidad llevará a una mayor competencia, menores precios y más beneficios para los consumidores", manifestó Richard M. Russell, experto de la Casa Blanca en ciencia y tecnología, en declaraciones a Associated Press.
Por otro lado, y a buen seguro, el lobby de las empresas que impulsaron WiMax en su momento, entre las que están Intel, Samsung, Motorola o Nokia, también ha jugado un papel importante. Y es que estas empresas llevan muchos años invirtiendo mucho dinero en este sentido y, sin duda, es el momento de recoger los frutos. Intel, por ejemplo, 10.000 millones de dólares el año pasado en el despliegue de redes WiMax y otras actuaciones relacionadas con esta tecnología en todo el mundo.
Por último, para América Latina, tal como explicamos en otro artículo, la decisión de la UIT constituye asimismo un motivo de esperanza.
Wimax son las siglas de "Worldwide Interoperability for Microwave Access", y es la marca que certifica que un producto está conforme con los estándares de acceso inalámbrico. Estos estándares permiten conexiones de velocidades similares al ADSL, pero sin cables, y hasta una distancia de 50-60 km. Este nuevo estándar será compatible con otros anteriores, como el de Wi-Fi.
IMT-2000 son las siglas de “Telecomunicaciones Móviles Internacionales”, que es el estándar global para las comunicaciones sin hilos de 3G, definidas por un sistema de recomendaciones interdependientes de la ITU. IMT-2000 proporciona un marco para el acceso mundial wireless ligando los sistemas diversos de redes terrestres y redes satelitales.
Con la decisión adoptada ahora por la UIT, la tecnología WiMax, que proporciona velocidades rapidísimas de banda ancha para dispositivos inalámbricos, es considerada ya como alternativa para las comunicaciones de tercera generación.
En la práctica, la decisión implica que las empresas que tengan licencias 3G de telecomunicaciones móviles pueden optar por usar sus franquicias con el fin de ofrecer servicios WiMax a sus clientes, en lugar de otras tecnologías más lentas como UMTS.
Una tecnología para todo el mundo
“La tecnología WiMax tiene el potencial de alcanzar a 2.700 millones de personas”, comentó Rod Resnick, presidente del WiMax Forum, en un comunicado de la ITU. “Este anuncio expande su alcance significativamente”.
La Agencia de la ONU ha puesto tanto empeño en sacar esta resolución adelante por facilitará el acceso a la banda ancha inalámbrica a un precio bajo e incluirá múltiples servicios de Internet wireless de banda ancha, incluido VoIP.
“Me produce una gran satisfacción comprobar que la ITU continua siendo responsable de las necesidades más acuciantes de la industria wireless en el despliegue de soluciones tecnológicas innovadoras”, comentó Valery Timofeev, director del Bureau de Radiocomunicación de la ITU.
China y WiMax
Pero no todo fue tan fácil ni tan cordial en la negociación que llevó a tomar esta decisión. El acuerdo final fue alcanzado después de que las negociaciones superaran las objeciones de varios países a la inclusión del WiMax en la serie IMT-2000.
China es el país que más problemas puso. China es clave cuando se trata de definir las nuevas tecnologías emergentes porque su potencial de consumo es inigualable y su peso específico en la política mundial gana enteros muy rápidamente. En principio, China fue una de las naciones que se opuso porque quiere que su propia banda ancha inalámbrica sea adoptada en todo el mundo.
China ha seguido el modelo WiBro (acrónimo de Wireless Broadband, la apuesta de Corea en cuanto a comunicación WiFi se refiere) para desarrollar su propia WiMax. La ha llamado McWiLL (Multicarrier Wireless Internet Local Loop) y su objetivo es que esté lista para los Juegos Olímpicos de Pekín, que se celebrarán el verano del año que viene.
McWiLL se basa a su vez en la tecnología SCDMA, que actualmente funciona en China para telefonía móvil. Lo que hace McWill es unir varios canales paralelos emitidos por diferentes antenas para aumentar su capacidad de emisión y de recepción.
Según los expertos, es menos potente que WiMax. Así, por ejemplo, una estación base de McWiLL no podría llegar a más de 3 kilómetros, mientras que WiMax proporciona accesos concurrentes en áreas de hasta 64 kilómetros de radio y a velocidades de hasta 70 Mbps, utilizando tecnología que no requiere visión directa con las estaciones base.
La posición de Estados Unidos
Puede ser que la propuesta china no haya salido adelante porque su tecnología es peor y no está suficientemente contrastada, pero también es cierto que frente a China estaba la posición firma de Estados Unidos a favor de que WiMax fuera incluido dentro de los estándares wireless.
Las autoridades estadounidenses ya se habían manifestado en favor de adoptar al sistema WiMax como el patrón oficial de IMT-2000 y otras redes de tecnología inalámbrica de alta velocidad.
"Creemos firmemente en un enfoque que incluya tantas tecnologías como sea posible, con los parámetros técnicos apropiados, porque la diversidad llevará a una mayor competencia, menores precios y más beneficios para los consumidores", manifestó Richard M. Russell, experto de la Casa Blanca en ciencia y tecnología, en declaraciones a Associated Press.
Por otro lado, y a buen seguro, el lobby de las empresas que impulsaron WiMax en su momento, entre las que están Intel, Samsung, Motorola o Nokia, también ha jugado un papel importante. Y es que estas empresas llevan muchos años invirtiendo mucho dinero en este sentido y, sin duda, es el momento de recoger los frutos. Intel, por ejemplo, 10.000 millones de dólares el año pasado en el despliegue de redes WiMax y otras actuaciones relacionadas con esta tecnología en todo el mundo.
Por último, para América Latina, tal como explicamos en otro artículo, la decisión de la UIT constituye asimismo un motivo de esperanza.