Evolución del nivel de estudios de las personas en edad de trabajar. Fuente: Ivie.
La última actualización de las Series de Capital Humano, elaboradas por el Ivie (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) y la Fundación Bancaja, ofrece información sobre el nivel de estudios terminados de la población en España y sus Comunidades Autónomas y provincias, entre 1964 y 2013, especialmente detallada a partir de 1977.
Los datos reflejan el aumento de la educación en España, puesto que la población en edad de trabajar tiene 10,6 años de estudios de media, cuatro más que en 1977. Además un licenciado tiene una probabilidad de estar ocupado 28 puntos mayor que una persona con estudios primarios.
Casi no quedan analfabetos
En 1964, el 12% de la población mayor de 16 años era analfabeta, y el 82% poseía como máximo nivel de estudios completados los primarios. Un 4% tenía estudios medios y sólo el 2% de la población poseía estudios universitarios. El avance educativo de la población española se hace patente con el comienzo de los años ochenta, que vio los efectos de la obligatoriedad de la escolarización y de la decidida inversión pública en educación.
En 2013, los analfabetos son prácticamente testimoniales en la población en edad de trabajar, y el simple paso del tiempo asociado al relevo generacional provocará que lleguen a desaparecer, asegura el informe.
La población que ha alcanzado el nivel de estudios primarios se reduce hasta el 25%, mientras que se observa un crecimiento de 50 puntos porcentuales en la población con estudios medios (educación secundaria obligatoria y no obligatoria, además de los CFGS [Ciclo Formativo de Grado Superior]).
En estos casi 50 años el porcentaje de población con estudios universitarios se ha multiplicado por 8,4, alcanzando el 18% de la población en edad de trabajar.
Relación entre el nivel de estudios y el trabajo
La relación entre el nivel de estudios de las personas y su relación con el mercado de trabajo resulta bastante nítida, según el informe.
En 1987, la tasa de paro de la población sin estudios o con estudios primarios era muy similar a la de aquellos que habían obtenido un título de diplomatura o licenciatura, alrededor del 16%. Tampoco había apenas diferencias entre los analfabetos y los formados en CFGS.
En la actualidad la tasa de paro es sistemáticamente decreciente con el nivel de estudios terminados, es decir, una mayor formación reglada conduce a una menor tasa de desempleo.
Así, mientras los analfabetos registran un valor del 50,3%, los licenciados única-
mente un 12,8%. La correlación inversa entre el nivel de estudios y la tasa de paro es prácticamente perfecta (-1).
Aquellos con estudios universitarios o de CFGS presentan una tasa de paro en la actualidad que no supera la que se alcanzó en las anteriores crisis económicas. Éste no es el caso de los que tienen como máximo nivel de estudios terminados los estudios obligatorios o de secundaria postobligatoria, que no sólo presentan tasas de desempleo muy elevadas, 35% y 26% respectivamente, sino que ya han superado los valores alcanzados en anteriores periodos de depresión económica.
Tasa de actividad
En el caso de la decisión de ser activo se aprecia que la población con estudios universitarios o de CFGS presenta una tasa de actividad entre 30 y 35 puntos porcentuales superior a la de aquellos que únicamente han completado la enseñanza obligatoria.
El nivel de estudios secundarios postobligatorios presenta una clara evolución ascendente. Su tasa de actividad aumenta en el periodo 1977-2013 25 puntos porcentuales, situándose en 2013 en un 69%.
Los datos reflejan el aumento de la educación en España, puesto que la población en edad de trabajar tiene 10,6 años de estudios de media, cuatro más que en 1977. Además un licenciado tiene una probabilidad de estar ocupado 28 puntos mayor que una persona con estudios primarios.
Casi no quedan analfabetos
En 1964, el 12% de la población mayor de 16 años era analfabeta, y el 82% poseía como máximo nivel de estudios completados los primarios. Un 4% tenía estudios medios y sólo el 2% de la población poseía estudios universitarios. El avance educativo de la población española se hace patente con el comienzo de los años ochenta, que vio los efectos de la obligatoriedad de la escolarización y de la decidida inversión pública en educación.
En 2013, los analfabetos son prácticamente testimoniales en la población en edad de trabajar, y el simple paso del tiempo asociado al relevo generacional provocará que lleguen a desaparecer, asegura el informe.
La población que ha alcanzado el nivel de estudios primarios se reduce hasta el 25%, mientras que se observa un crecimiento de 50 puntos porcentuales en la población con estudios medios (educación secundaria obligatoria y no obligatoria, además de los CFGS [Ciclo Formativo de Grado Superior]).
En estos casi 50 años el porcentaje de población con estudios universitarios se ha multiplicado por 8,4, alcanzando el 18% de la población en edad de trabajar.
Relación entre el nivel de estudios y el trabajo
La relación entre el nivel de estudios de las personas y su relación con el mercado de trabajo resulta bastante nítida, según el informe.
En 1987, la tasa de paro de la población sin estudios o con estudios primarios era muy similar a la de aquellos que habían obtenido un título de diplomatura o licenciatura, alrededor del 16%. Tampoco había apenas diferencias entre los analfabetos y los formados en CFGS.
En la actualidad la tasa de paro es sistemáticamente decreciente con el nivel de estudios terminados, es decir, una mayor formación reglada conduce a una menor tasa de desempleo.
Así, mientras los analfabetos registran un valor del 50,3%, los licenciados única-
mente un 12,8%. La correlación inversa entre el nivel de estudios y la tasa de paro es prácticamente perfecta (-1).
Aquellos con estudios universitarios o de CFGS presentan una tasa de paro en la actualidad que no supera la que se alcanzó en las anteriores crisis económicas. Éste no es el caso de los que tienen como máximo nivel de estudios terminados los estudios obligatorios o de secundaria postobligatoria, que no sólo presentan tasas de desempleo muy elevadas, 35% y 26% respectivamente, sino que ya han superado los valores alcanzados en anteriores periodos de depresión económica.
Tasa de actividad
En el caso de la decisión de ser activo se aprecia que la población con estudios universitarios o de CFGS presenta una tasa de actividad entre 30 y 35 puntos porcentuales superior a la de aquellos que únicamente han completado la enseñanza obligatoria.
El nivel de estudios secundarios postobligatorios presenta una clara evolución ascendente. Su tasa de actividad aumenta en el periodo 1977-2013 25 puntos porcentuales, situándose en 2013 en un 69%.
Por regiones
La incidencia del paro en las regiones españolas es muy distinta, encontrándose diferencias de hasta 20 puntos porcentuales, pues el País Vasco registra la mínima tasa de paro en el II trimestre de 2013, con un 15,5%, mientras que Andalucía muestra un 35,8%.
A lo largo de los últimos 36 años, Andalucía, Canarias, Extremadura y Murcia se sitúan como las comunidades autónomas que mayor tasa de paro han registrado. Castilla-La Mancha consiguió reducir bastante su tasa de paro hasta 1994, pero en la actualidad la ha aumentado, hasta situarse como la 4ª con un dato más alto.
La Comunidad de Madrid es la que más ha mejorado su posición relativa: a comienzos del periodo era la cuarta con mayor tasa de paro, pero ya en 1994 mejoró hasta situarse en el puesto 11º, y en 2013 ocupa el puesto 15º. Castilla y León ha seguido una trayectoria similar a la de Madrid, pero de menor intensidad.
La evolución del País Vasco ha sido más dispar, pues se vio muy afectada por la recesión de 1994, lo que le llevó a ocupar el 6º puesto en el ranking. Sin embargo en 2013 es la región con menos paro de España.
Además, señala el informe, el norte y el centro de España albergan el capital humano con mayor valor económico.
La incidencia del paro en las regiones españolas es muy distinta, encontrándose diferencias de hasta 20 puntos porcentuales, pues el País Vasco registra la mínima tasa de paro en el II trimestre de 2013, con un 15,5%, mientras que Andalucía muestra un 35,8%.
A lo largo de los últimos 36 años, Andalucía, Canarias, Extremadura y Murcia se sitúan como las comunidades autónomas que mayor tasa de paro han registrado. Castilla-La Mancha consiguió reducir bastante su tasa de paro hasta 1994, pero en la actualidad la ha aumentado, hasta situarse como la 4ª con un dato más alto.
La Comunidad de Madrid es la que más ha mejorado su posición relativa: a comienzos del periodo era la cuarta con mayor tasa de paro, pero ya en 1994 mejoró hasta situarse en el puesto 11º, y en 2013 ocupa el puesto 15º. Castilla y León ha seguido una trayectoria similar a la de Madrid, pero de menor intensidad.
La evolución del País Vasco ha sido más dispar, pues se vio muy afectada por la recesión de 1994, lo que le llevó a ocupar el 6º puesto en el ranking. Sin embargo en 2013 es la región con menos paro de España.
Además, señala el informe, el norte y el centro de España albergan el capital humano con mayor valor económico.
Empleo por sectores
La evolución de los ocupados en España es muy distinta si tenemos en cuenta la rama de actividad.
La agricultura ha ido perdiendo ocupados desde 1964 hasta la actualidad, concretamente un 81%, el equivalente a 3,5 millones de empleos. La energía y la industria también han seguido una trayectoria de disminución del empleo aunque no tan exacerbada, pues la reducción ha sido de un 25% y un 20% respectivamente.
La evolución del sector servicios ha sido totalmente distinta: de 1964 a 2013 creció el 240% (7 millones de empleos) para los servicios destinados a la venta, y el 280% (2 millones de empleos) para los no destinados a la venta.
La construcción presenta trayectorias diferenciadas. Desde finales de la década de los noventa hasta 2007, su crecimiento fue de un 106% (1,4 millones de empleos), sin embargo de 2008 hasta la actualidad se han destruido en el sector 1,4 millones de empleos, situándose en los niveles de mediados de
la década de los sesenta.
La agricultura ha pasado de representar el 37% del empleo en España a solo el 5%. La industria experimentó un crecimiento durante el desarrollismo español que indujo al aumento del peso de este sector, llegando en 1977 a suponer más del 25% del empleo total.
Con el transcurrir del tiempo su peso se ha ido reduciendo, hasta situarse en la actualidad en el 12,7%. La construcción llegó en 2007 a emplear al 13,3% de los ocupados. En la actualidad su peso se sitúa en un 6%.
La evolución de los ocupados en España es muy distinta si tenemos en cuenta la rama de actividad.
La agricultura ha ido perdiendo ocupados desde 1964 hasta la actualidad, concretamente un 81%, el equivalente a 3,5 millones de empleos. La energía y la industria también han seguido una trayectoria de disminución del empleo aunque no tan exacerbada, pues la reducción ha sido de un 25% y un 20% respectivamente.
La evolución del sector servicios ha sido totalmente distinta: de 1964 a 2013 creció el 240% (7 millones de empleos) para los servicios destinados a la venta, y el 280% (2 millones de empleos) para los no destinados a la venta.
La construcción presenta trayectorias diferenciadas. Desde finales de la década de los noventa hasta 2007, su crecimiento fue de un 106% (1,4 millones de empleos), sin embargo de 2008 hasta la actualidad se han destruido en el sector 1,4 millones de empleos, situándose en los niveles de mediados de
la década de los sesenta.
La agricultura ha pasado de representar el 37% del empleo en España a solo el 5%. La industria experimentó un crecimiento durante el desarrollismo español que indujo al aumento del peso de este sector, llegando en 1977 a suponer más del 25% del empleo total.
Con el transcurrir del tiempo su peso se ha ido reduciendo, hasta situarse en la actualidad en el 12,7%. La construcción llegó en 2007 a emplear al 13,3% de los ocupados. En la actualidad su peso se sitúa en un 6%.
Industria siderúrgica. Fuente: Wikipedia.
Composición educativa
No menos intensa ha sido la transformación en la composición educativa de los sectores a lo largo del periodo cubierto por las series.
En el sector agrícola el cambio ha sido rotundo. En 1977 la práctica totalidad de los ocupados alcanzaba el nivel de estudios obligatorios como máximo. En 2013 todos los niveles de estudios tienen una representación significativa, llegando los estudios superiores a suponer un 11,5%.
El sector energético en 1977 ya tenía una representación de universitarios que superaba el 7%, aunque el peso de aquellos con estudios obligatorios era del 85%. El avance es de tal envergadura que en 2013 los ocupados universitarios suponen el 37,5% del total, y si se añaden aquellos con CFGS se alcanza un 60,4%.
La evolución del sector industrial y de la construcción ha sido bastante similar, aunque la formación ha aumentado relativamente con más fuerza en la industria. Contando con una presencia muy reducida de personal cualificado a finales de los 70, en 2013 el porcentaje de población con al menos estudios secundarios postobligatorios ronda el 60% en la industria y el 45 % en la construcción.
El sector de servicios destinados a la venta ya en 1977 presentaba un porcentaje de población ocupada con estudios superiores a los obligatorios de alrededor del 15%. En 2013 se sitúa en el 63,6%, predominando los estudios universitarios con más de una cuarta parte de los ocupados.
Los servicios no destinados a la venta constituyen un caso singular desde sus inicios. El 1977 la población ocupada se repartía por mitades entre aquellos únicamente con estudios obligatorios y aquellos que superaban este nivel de cualificación, suponiendo en esta fecha los universitarios más de un 30%. En 2013 los ocupados universitarios rondan el 60% y los ocupados con estudios obligatorios como máximo no llegan al 15%.
Los sectores energético y de servicios no destinados a la venta son los únicos en los que en 2013 los ocupados universitarios son más numerosos que los de cualquier otra categoría educativa.
No menos intensa ha sido la transformación en la composición educativa de los sectores a lo largo del periodo cubierto por las series.
En el sector agrícola el cambio ha sido rotundo. En 1977 la práctica totalidad de los ocupados alcanzaba el nivel de estudios obligatorios como máximo. En 2013 todos los niveles de estudios tienen una representación significativa, llegando los estudios superiores a suponer un 11,5%.
El sector energético en 1977 ya tenía una representación de universitarios que superaba el 7%, aunque el peso de aquellos con estudios obligatorios era del 85%. El avance es de tal envergadura que en 2013 los ocupados universitarios suponen el 37,5% del total, y si se añaden aquellos con CFGS se alcanza un 60,4%.
La evolución del sector industrial y de la construcción ha sido bastante similar, aunque la formación ha aumentado relativamente con más fuerza en la industria. Contando con una presencia muy reducida de personal cualificado a finales de los 70, en 2013 el porcentaje de población con al menos estudios secundarios postobligatorios ronda el 60% en la industria y el 45 % en la construcción.
El sector de servicios destinados a la venta ya en 1977 presentaba un porcentaje de población ocupada con estudios superiores a los obligatorios de alrededor del 15%. En 2013 se sitúa en el 63,6%, predominando los estudios universitarios con más de una cuarta parte de los ocupados.
Los servicios no destinados a la venta constituyen un caso singular desde sus inicios. El 1977 la población ocupada se repartía por mitades entre aquellos únicamente con estudios obligatorios y aquellos que superaban este nivel de cualificación, suponiendo en esta fecha los universitarios más de un 30%. En 2013 los ocupados universitarios rondan el 60% y los ocupados con estudios obligatorios como máximo no llegan al 15%.
Los sectores energético y de servicios no destinados a la venta son los únicos en los que en 2013 los ocupados universitarios son más numerosos que los de cualquier otra categoría educativa.