La sorpresa púrpura


Un antiguo pigmento púrpura fabricado hace 2.000 años por la dinastía Han de China, se ha convertido en el candidato ideal para la condensación Bose-Einstein, mediante la cual los átomos sometidos a bajas temperaturas se reúnen en un mismo estado cuántico, perdiendo su identidad individual. Según explica un comunicado del laboratorio de Los Álamos, después de aplicar un fuerte campo magnético sobre el pigmento púrpura, el campo actuó como un catalizador provocando la condensación a una temperatura relativamente alta respecto a la que se ha necesitado en otros experimentos. El significado de este resultado aún se desconoce, pero no deja de ser desconcertante que un antiguo invento chino, fabricado con silicatos de cobre y bario, venga a sorprender a los físicos a comienzos del siglo XXI.


Eduardo Martínez
22/11/2004



Eduardo Martínez
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