La selección natural determina la evolución de las redes sociales

La genética impulsa nuestra forma de relacionarnos con los demás


La genética condiciona el comportamiento social de los individuos, señala un estudio reciente que analizó el comportamiento de 1.100 gemelos idénticos y mellizos. Los primeros, con genes similares, presentaban tipos de relaciones sociales similares, mientras que los mellizos –con genes distintos- se diferenciaban más en este sentido. Los científicos crearon asimismo un modelo matemático que ha permitido constatar que las diferencias intrínsecas –genéticas- de cada individuo condicionan su papel en la sociedad, bien para ser popular bien para mantenerse más bien al margen. Bajo ambas actitudes, y a nivel genético, subyacen las intenciones de la selección natural. Por Yaiza Martínez.


30/01/2009

Un equipo de investigadores de la Harvard Medical School y de la UC de San Diego, ambas en Estados Unidos, han examinado por vez primera las características heredadas presentes en las redes sociales, determinando así el papel de la genética en la formación y configuración de dichas redes.

Los científicos Nicholas Christakis, Christopher Dawes y James Fowler afirman en un comunicado emitido por la UC San Diego, que “hemos sido capaces de demostrar que nuestra posición particular en las vastas redes sociales tiene una base genética. De hecho, los hermosos y complejos patrones de las conexiones humanas dependen de nuestros genes en gran medida”.

Era esperable, explican los investigadores, que los genes afectaran a nuestra personalidad, pero lo que ha constatado este estudio es que la influencia genética alcanza también a otro nivel: el de las estructuras y la formación de los grupos sociales de un individuo.

Gemelos y mellizos

Por ejemplo, la investigación reveló que la popularidad de un individuo, considerada como el número de veces que éste es mentado por los demás como “amigo”, es una característica básicamente hereditaria.

Por otra parte, la posición que cada individuo ocupa dentro de una red social -la tendencia a ser el centro o permanecer al margen dentro de cualquier grupo- está también relacionada con la genética.

El estudio consistió en un análisis de los datos del National Longitudinal Study of Adolescent Health, que es un estudio longitudinal que recogió información de todo tipo de una muestra representativa de adolescentes norteamericanos durante los años 1994 y 1995, con un seguimiento posterior a todos los participantes.

Entre estos datos se escogieron los de 1.100 gemelos idénticos y mellizos. Dado que los primeros presentan idéntica información genética, mientras que los mellizos son el fruto de dos óvulos y dos espermatozoides diferentes, los científicos compararon las redes sociales que formaban los gemelos idénticos, y las que formaban los mellizos.

Así, descubrieron que entre los gemelos había muchas más similitudes en su forma de desenvolverse socialmente que en el caso de los mellizos. Es decir, que las personas con genes similares presentaban conductas sociales parecidas.

Explicación evolutiva

Según los investigadores, existe una explicación evolutiva para que la genética tenga influencia en la tendencia de las personas a situarse en el centro o en los márgenes de los grupos sociales.

Por ejemplo, si un virus mortal se expande por una comunidad, los individuos establecidos más en las fronteras de ésta estarán más a salvo, menos expuestos. Pero también es cierto que para tener acceso a información clave sobre recursos alimenticios es importante encontrarse en el centro de un grupo. Es decir, que ambas posturas presentan ventajas evolutivas.

La selección natural actuaría, por tanto, no sólo en aspectos como si somos capaces o no de resistir el frío, sino también en las decisiones que tomamos sobre con quién vamos a entrar en contacto y de qué manera.

Cambio de concepto

Hasta ahora, las redes sociales se estudiaban como formadas por individuos considerados piezas intercambiables. Sin embargo, este estudio demuestra que esto no se ajusta a la realidad, afirman los investigadores, porque las diferencias intrínsecas o genéticas de cada ser humano contribuyen a su forma de relacionarse socialmente.

Los científicos buscaron la relación entre las diferencias intrínsecas de cada ser humano y su influencia en la formación de las redes sociales a través de un novedoso modelo matemático denominado “Attract and Introduce".

Dsarrollado a partir de dos suposiciones (que algunos individuos son intrínsecamente más atractivos que otros, y que algunos tienden más que otros a presentar nuevos amigos a los amigos que ya tienen), este modelo combinó aleatoriamente a sus componentes para que éstos formaran vínculos entre ellos, hasta que la red entera alcanzase un número preestablecido de vínculos.

Según explicaron los investigadores en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS), los resultados obtenidos se ajustaron mucho a lo que suelen ser las redes sociales reales de los humanos y permitieron constatar que, realmente, las diferencias genéticas condicionan los comportamientos sociales de los individuos.

Estos resultados apuntarían, por tanto, a que la selección natural habría jugado un importante papel en la evolución de las redes sociales y a que, en ellas, el rol que desempeñamos cada uno de nosotros vendría determinado por los genes, que nos definirían como socialmente “centrales” o como “marginales”.



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