La religión beneficia a personas con traumatismo cerebral, según un estudio

Sentirse cerca de un poder superior ayuda a la rehabilitación de estos pacientes, un efecto que no consigue la práctica religiosa pública


La espiritualidad o la religiosidad pueden ayudar a personas con traumatismo cerebral en su rehabilitación, señala un estudio reciente realizado con 88 pacientes que habían sufrido lesiones cerebrales de larga duración. Este efecto, sin embargo, no se consigue a través de la práctica religiosa pública sino de la confianza en la cercanía con un poder superior. Según los investigadores, el efecto positivo de la espiritualidad en la salud podría deberse al uso de ésta como recurso psicosocial, en situaciones con medios limitados y escasas alternativas. Por Yaiza Martínez.


28/06/2011

Fuente: Wikimedia Commons.
Diversas investigaciones han relacionado la espiritualidad y la religión con el bienestar de los creyentes. Algunos de estos estudios han achacado esta relación a determinados factores sociales propiciados por la pertenencia a grupos religiosos, como la posibilidad de establecer en el marco de dichos grupos relaciones cercanas con otros individuos.

Ahora, una investigación realizada por especialistas de la Wayne State University de Michigan, en Estados Unidos, ha constatado que un sentimiento religioso o espiritual concreto, el de cercanía a un poder superior, puede ayudar a la rehabilitación de pacientes que han padecido un traumatismo cerebral.

Disfunción cerebral y riesgos

Según informa la Wayne State University en un comunicado, las autoras del presente estudio han sido, entre otros colaboradores, Brigid Waldron-Perrine y Lisa J. Rapport, del College of Liberal Arts and Sciences de dicha universidad.

Waldron-Perrine señala que “entre los adultos sanos, la religión y la espiritualidad han demostrado una fuerte asociación con un aumento de la satisfacción vital y de la salud física y mental”. Sin embargo, hasta ahora, no se había medido el efecto de la espiritualidad o de las creencias religiosas en la rehabilitación de pacientes con traumatismo cerebral, es decir, sobre una condición sumamente específica.

Los traumatismos cerebrales se producen como consecuencia de movimientos o golpes súbitos y violentos de la cabeza. Estos movimientos pueden dar lugar a lesiones cerebrales leves (con dolores de cabeza y confusión) o severas (que provocan incapacidad e incluso pueden llegar a ocasionar la muerte).

En el caso de los traumatismos cerebrales severos, las lesiones afectan a la función cerebral normal. Esta disfunción puede tener un efecto a largo plazo, que conlleva el riesgo de otros problemas metales y físicos para los pacientes.

Lisa Rapport, una de las autoras de la investigación. Fuente: Wayne State University.
Según las investigadoras, estos problemas pueden inhibir significativamente los progresos de los procesos de rehabilitación y, por tanto, deben ser atendidos correctamente en los esfuerzos por mejorar las condiciones de los pacientes. En general, las personas con traumatismo cerebral de larga duración pueden sentirse estresadas, menos satisfechas con sus vidas y físicamente dependientes de otros.

Características del estudio

Para averiguar el efecto de la religiosidad y de las creencias religiosas en este aspecto de la salud humana, las investigadoras analizaron a un total de 88 adultos que sufrían trauma cerebral desde hacía entre uno y 20 años.

Según informa la revista Rehabilitation Psichology, la mayoría de los participantes en el estudio fueron hombres (un 76%), afroamericanos (75%) y cristianos (76%).

Las medidas realizadas fueron las siguientes: los participantes informaron subjetivamente de sus creencias religiosas y espirituales y de sus recursos psicosociales, así como de su estatus físico y psicológico actual. Personas cercanas a ellos informaron, además, sobre los resultados objetivos de la rehabilitación de cada afectado y sobre su estado funcional en el momento del estudio.

Por otro lado, los pacientes también completaron una evaluación neuropsicológica sobre sus habilidades cognitivas. Posteriormente, las investigadoras aplicaron un análisis de regresión múltiple jerárquica para determinar la proporción de variación en los resultados, teniendo en cuenta factores demográficos, relacionados con las lesiones y psicosociales, así como las variables religiosas y espirituales de cada paciente.

Waldron-Perrine y sus colaboradores constataron así que la mayoría de los participantes que habían informado de unos mayores niveles de bienestar religioso y espiritual (en el sentido mencionado, de conexión con un poder superior) eran los que presentaban también mejores resultados en sus rehabilitaciones emocional y física.

Sin embargo, el estudio no constató que las actividades religiosas públicas o prácticas religiosas, ni tampoco el bienestar existencial (el sentimiento de que la vida tiene un sentido, independientemente de cualquier referencia religiosa) tuvieran influencia alguna en los resultados de las rehabilitaciones.

Recurso psicosocial

Por otro lado, el estudio también reveló, como ya lo habían hecho investigaciones anteriores, que el apoyo social está fuertemente vinculado a resultados positivos en la rehabilitación física y mental de estos pacientes.

Este hecho, señala Waldron-Perrine, coincidiría también con otros estudios previos, en los que se ha relacionado el apoyo social que aporta la religiosidad con estados positivos de salud, en otros grupos poblacionales.

Pero incluso teniendo en cuenta el factor del apoyo social, la investigación constató que el bienestar espiritual o religioso es un importante elemento en la predicción de los resultados positivos de la rehabilitación de pacientes con traumatismo cerebral.

Waldron-Perrine interpreta este hecho de la siguiente forma: “Los individuos se enfrentan (a sus problemas) con todas las herramientas disponibles, y quizá especialmente para aquéllos con medios limitados y escasas alternativas, la religión sirva como un potente recurso psicosocial”.



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