La realidad de la empresa a tiempo real

La mejor estrategia es invertir en sistemas construídos para sostener un Real-Time Enterprise


Las empresas que quieren sobrevivir en la próxima década necesitan maximizar eficiencias para llevar la productividad a nuevas alturas. Si bien la visión del Real-Time Enterprise (RTE) implica llevar adelante un negocio prescindiendo de los “cuellos de botella” humanos o tecnológicos, la realidad está muy lejos de ella. El camino que usan las empresas para convertirse en una RTE varía de acuerdo a las respuestas que den a una cantidad de preguntas esenciales. Por Sergio Manaut.


Sergio Manaut
06/02/2006

Cada compañía necesita funcionar en tiempo real para crear nuevas eficiencias operativas, mejorar las relaciones con el cliente y tomar decisiones de negocio con mayor rapidez. Así lo entiende un informe de The Yankee Group, una firma de asesoramiento de mercado que analiza y sigue temas regulatorios, tendencias, influencias y comportamiento de la demanda en diversas industrias, a través de una cartera de instrumentos de alta precisión, tales como forecasts tecnológicos y de mercado, rastreadores, relevamientos, herramientas de migración, y toda herramienta esencial para la toma estratégica de decisiones.

En su Informe How Mid-Market Firms Can Create a Real-Time Enterprise, la empresa The Yankee Group asegura que la información es un activo invaluable. ¿Por qué?

En general las empresas no tienen ningún acceso a la información básica requerida para una toma de decisiones efectiva. La gran mayoría tiene información dispersa por los distintos departamentos de la organización en papel, bases de datos y correos electrónicos y numerosas empresas ni siquiera pueden responder a cuestiones básicas de rendimiento, tales como: ¿quiénes son mis clientes más rentables y qué compran? ¿cuáles son las oportunidades actuales sobre las que están trabajando nuestra fuerza de ventas y la red de socios, y cuándo se espera que las cierren? ¿qué campañas de marketing generaron ganancias y por qué? ¿estamos adjudicando los recursos correctos a las oportunidades correctas? ¿la información necesaria para completar el pedido, está disponible de manera eficaz y precisa…?

Hacer los cambios necesarios para lograr una RTE y establecer los objetivos requerirá cambios tecnológicos específicos.

Las RTE pueden tener dos niveles: 1) Colaboración de información a tiempo real para eficacia operativa, y 2) Datos a tiempo real para eficacia operativa máquina-a-máquina.

Si bien ambas mejoran el rendimiento operativo, los beneficios de la información a tiempo real tendrán un impacto mayor en el mejoramiento de los ingresos top line. Las operaciones máquina-a-máquina afectan primariamente al bottom line a través de la reducción de costes.

Una variedad de opciones tecnológicas facilitan el funcionamiento de una RTE, tales como los servicios web, middleware, almacenamiento de datos, etc. La opción más apropiada depende del tamaño de la compañía, su infraestructura de aplicaciones y los objetivos del negocio.

La información desactualizada no es información válida

Muchos ejecutivos toman importantes decisiones de negocio en base a jirones de información, provenientes de las ventas, la manufactura, las finanzas y otras fuentes que por lo general tienen días, si no semanas, de antigüedad.

Considerando que el mundo de los negocios está en permanente cambio, la información antigua es inaceptable.

Las empresas que quieren sobrevivir en la próxima década necesitan maximizar eficiencias para llevar la productividad a nuevas alturas. Si bien la visión de la RTE implica llevar adelante un negocio prescindiendo de los “cuellos de botella” humanos o tecnológicos, la realidad está muy lejos de ella. El camino que usan las empresas para convertirse en una RTE varía de acuerdo a las respuestas que den a una cantidad de preguntas esenciales.

La competitividad requiere que las empresas vean el proceso completo de contacto-contrato- cash. Además, una empresa también tiene que tener la habilidad de detectar y responder a cambios críticos en la información. Como resultado, la RTE es un requisito para las empresas que quieren seguir siendo competitivas. Hay muchos caminos para llegar a una RTE pero la mejor estrategia de largo plazo es invertir en sistemas construídos para sostener una RTE. Modificar sistemas existentes puede resultar costoso y hasta inútil en el largo plazo.



Sergio Manaut
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