La piel del tiburón nos enseña a viajar velozmente por el agua

Inspira una solución tecnológica para materiales de fabricación de barcos y bañadores


Las propiedades hidrodinámicas de los tiburones se apuntan como solución tecnológica para crear materiales de construcción, para embarcaciones o para la industria textil, que aumenten la velocidad en el agua. Un equipo de la Escuela de Ingeniería de Bilbao intenta dar con la solución investigando a los tiburones Mako, los más rápidos bajo el mar. Por Enrique Leite.


Enrique Leite
10/07/2013

Los tiburones alinean sus dentículos dérmicos para obtener mejor rendimiento. Imagen: Rosevita.
La investigación aplicada sigue inspirándose en modelos animales. Al fin y al cabo, hay que aprovecharse del paciente trabajo realizado por la evolución a lo largo de miles de años.

En este caso, los ingenieros se están fijando en las capacidades hidrodinámicas de las especies marinas más veloces y estudiando sus condiciones morfológicas y anatómicas para obtener modelos que posteriormente puedan aplicarse en la construcción o materiales de los barcos, o en el diseño de los trajes que utilizan los nadadores.

El animal objeto de las investigaciones es el tiburón Mako, el animal más rápido conocido bajo las aguas y, más concretamente en su piel.

Investigadores del departamento de Ingeniería Nuclear y Mecánica de Fluidos de la Escuela de Ingeniería de Bilbao consideran que puede tratarse de un ejemplo a seguir a la hora de diseñar materiales artificiales que minimicen el desgaste (el rozamiento) en el desplazamiento en el agua, tanto de embarcaciones como de personas.

Disposición de la piel

El equipo científico estudia la morfología de la piel de este animal, uno de los elementos básicos para que alcance esa alta velocidad, con el fin de desentrañar sus características.

De modo similar a los peces, la epidermis del marrajo está recubierta por una serie de dentículos dérmicos que son orientables. Esta circunstancia le permite ofrecer menor resistencia en sus desplazamientos subacuáticos.

Los dentículos, aparentemente, son como minúsculos dientes que se insertan en la piel, de una gran dureza (son los responsables de la textura áspera de la piel de este tiburón) y de una resistencia que puede ser comparable a la del acero.

Están acomodados de tal forma que apuntan hacia la cola del tiburón, con el fin de reducir la fricción al fluir el agua alrededor de su cuerpo: minimizan el arrastre superficial y maximizan la eficiencia al producir un flujo laminar en la piel.

Pero lo más curioso, según los científicos, es que están adaptados tanto en su forma y tamaño como en su densidad a los requerimientos hidrodinámicos de cada parte del cuerpo del animal.

De este modo, la evolución ha permitido a este animal obtener el mejor rendimiento posible orientándolos de manera diferente en las aletas o morro. Descubrir las claves de dicha disposición y trasladar el modelo a los materiales de construcción de los barcos, por ejemplo, aseguraría optimizar el rendimiento de los mismos en sus desplazamientos marinos.

Poderoso diseño

El tiburon Mako (Isurus oxyrinchus es una de las especies más abundantes de tiburón (prácticamente se encuentran en todos los mares del mundo).

Tiene un gran tamaño (la media ronda los cuatro metros y los 700 kilos) y gracias a que mantiene una temperatura corporal a la del medio cuenta con una fuerza muscula descomunal y es capaz de desarrollar grandes velocidades en sus desplazamientos.

Se ha llegado a medir una velocidad superior a los 124 km/ hora, lo que lo sitúa como el animal acuático más rápido. Ello se debe a su hidrodinámica, su masa muscular, el diseño de su aleta caudal y al hecho de ser homeotermo. Estas características también le confieren una capacidad de salto fuera del agua fuera de lo común, llegando a alcanzar entre seis y ocho metros de altura.



Enrique Leite
Artículo leído 4134 veces



Más contenidos