La obesidad podría en última instancia ser un trastorno del cerebro

Estaría ocasionado por algunas dietas, como las ricas en grasas y azúcares


Por lo general, las memorias relacionadas con los alimentos aparecen cuando tenemos hambre, y se inhiben durante la saciedad. Investigadores australianos han descubierto, sin embargo, que esta capacidad selectiva puede ‘trastornarse’ en el cerebro como consecuencia de algunas dietas, como aquellas más ricas en grasas y azúcar.


SSIB/T21
18/07/2016

Imagen: nahandro. Fuente: Pixabay.
La obesidad podría en última instancia ser una enfermedad del cerebro, que implica un deterioro progresivo de varios procesos cognitivos que influyen en la alimentación.

Investigadores de la Universidad de Macquarie (Sídney, Australia) han demostrado que la inhibición de la memoria -que bloquea recuerdos que ya no son útiles y depende de un área del cerebro llamada hipocampo- está vinculada a un exceso en la dieta.

Por lo general, las memorias relacionadas con los alimentos deben aparecer cuando hay hambre, pero luego inhibirse durante la saciedad, esto es, los pensamientos sobre alimentos se dejan de lado cuando comer ya no es la máxima prioridad.

Estudios previos en animales han demostrado que una dieta occidental -con alto contenido de grasas y azúcares y bajo en frutas, vegetales y fibra- deteriora la capacidad de inhibición de la memoria del hipocampo.

En la práctica, esto podría significar que una dieta de estilo occidental hace que sea más difícil inhibir recuerdos agradables desencadenados por ver u oler comida agradable al paladar. Esto haría más difícil resistirse a las delicias incluso cuando estamos llenos.

Los investigadores de Macquarie han descubierto ahora evidencia de este problema en los seres humanos, según informaron la semana pasada en Oporto (Portugal), en la reunión anual de la Sociedad para el Estudio de la Conducta ingestiva (SSIB).

El estudio, apoyado por el Consejo Australiano de Investigación y dirigido por el estudiante de doctorado Tuki Attuquayefio, evaluó a personas jóvenes y sanas, algunas de los cuales consumían una dieta de estilo occidental.

Los participantes completaron pruebas de aprendizaje y memoria que dependen del hipocampo y también calificaron su gusto y deseo de bocadillos apetitosos antes y después de un almuerzo abundante.

Resultados

Los participantes que habitualmente consumían una dieta de estilo occidental fueron más lentos en el aprendizaje y recordaron peor que los que comían una dieta saludable, y lo más importante, mostraron reducciones mucho más pequeñas en el deseo de snacks cuando estaban llenos, en comparación con cuando tenían hambre.

La principal conclusión es que el rendimiento de la memoria y el deseo de comer estas comidas sabrosas estaban relacionados. "A pesar de que estaban llenos, aún querían comer dulces y comida basura grasa", explica Attuquayefio en la nota de prensa de la SSIB. "Lo que es aún más interesante es que este efecto estaba fuertemente relacionado con su desempeño en la tarea de aprendizaje y de memoria, lo que sugiere que existe un vínculo entre ellos a través del hipocampo."

Al igual que en la investigación con animales, las personas con una mayor ingesta de alimentos con alto contenido en grasas y en azúcar pueden hacer peor en las pruebas de aprendizaje y memoria debido a cómo impacta la dieta en el hipocampo.

Los investigadores de Macquarie creen que la incapacidad para inhibir los recuerdos de la comida cuando se está en un estado fisiológico saciado podrían explicar el deseo persistente de snacks. Para las personas jóvenes sanas, que habitualmente consumen dietas altas en grasa y alto contenido de azúcar, una función del hipocampo alterada puede hacer más difícil regular la ingesta de alimentos y los coloca en el camino hacia la obesidad.

Referencia bibliográfica:

Tuki Attuquayefio et al.: Western diet intake predicts hippocampal learning and state-dependent inhibition of wanting for snack foods: Evidence from human subjects.



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