La música en la infancia mejora la audición en la vejez

Un estudio canadiense revela que los beneficios cerebrales derivados de tocar un instrumento son perdurables


Una nueva investigación revela la formación musical durante la juventud puede prevenir la pérdida de habilidades lingüísticas en la vejez. En concreto, puede ayudar a las personas mayores a identificar mejor los elementos de un discurso, una habilidad que puede perderse con el envejecimiento. Por Marta Lorenzo.


Marta Lorenzo
03/02/2015

Imagen: alwayspp. Fuente: PhotoXpress.
Ya hemos hablado en diversas ocasiones de los beneficios que la música tiene para el cerebro de niños y mayores: la música puede evitar los retrasos en el ritmo neuronal vinculados al envejecimiento, ayudar al desarrollo del cerebro de los bebés, e incluso mejorar la memoria de los niños.

Ahora científicos del Rotman Research Institute (RRI), centro canadiense especializado en cerebro y envejecimiento, han encontrado pruebas firmes de que la formación musical durante la juventud puede prevenir la pérdida de habilidades lingüísticas en la vejez.

La investigación ha demostrado, más concretamente, que personas mayores que habían tenido formación musical en su juventud fueron un 20% más rápidas identificando sonidos del habla que otras personas de su edad, en pruebas realizadas. Este beneficio ya se había observado previamente en jóvenes con formación musical, informa el RRI a través de Eurekalert!.

Una mejora permanente

Entre las funciones cognitivas que pueden disminuir con la edad es la capacidad de comprender lo que dicen otros. Curiosamente, esta dificultad puede persistir aunque no se detecte pérdida de audición medible.

Otro estudio realizado en 2014 relacionó el hecho con un fallo en las conexiones entre las células del vello de los oídos y las células nerviosas del cerebro; e incluso estableció un tratamiento, basado en una proteína (la NT3).

La práctica con un instrumento musical podría evitar tener que seguir un tratamiento semejante. Haber tocado un instrumento antes de los 14 años y durante un periodo máximo de una década sería suficiente para reducir la probabilidad de padecer este tipo de sordera.

Todo gracias a que la música mejora áreas del cerebro que son claves para el reconocimiento de la voz; y a que esa mejora no desaparece con la edad.

Respuesta cerebral superior

A estas conclusiones llegaron los científicos canadienses a partir de las imágenes cerebrales de 20 adultos sanos de edad avanzada (55-75 años), captadas con electroencefalografía (EEG), una exploración neurofisiológica que se basa en el registro de la actividad bioeléctrica cerebral.

Las imágenes se registraron mientras los participantes -la mitad de los cuales había tocado un instrumento en la infancia o la juventud y la otra mitad no- escuchaban a través de unos auriculares sonidos azarosos, cuya relación debían identificar (tenían que determinar si algunos elementos conformaban o no un discurso).

De este modo, se constató que la respuesta cerebral de las personas mayores que habían sido músicos en su infancia fue dos o tres veces superior a la del resto; y generó una representación mucho más detallada, clara y precisa de las señales vocales. Las evidencias constatan, por tanto, que las mejoras neuronales que potencia la práctica musical se extienden a la vejez, que es cuando el cerebro necesita contrarrestar el deterioro cognitivo.

Los resultados también ponen de relieve la importancia de la enseñanza de la música en las escuelas y en los programas de rehabilitación para adultos mayores, concluyen los investigadores.

Referencia bibliográfica:

G. M. Bidelman, C. Alain. Musical Training Orchestrates Coordinated Neuroplasticity in Auditory Brainstem and Cortex to Counteract Age-Related Declines in Categorical Vowel Perception. Journal of Neuroscience (2015). DOI: 10.1523/JNEUROSCI.3292-14.2015.
 
 



Marta Lorenzo
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