Los estadounidenses cambian sus afiliaciones religiosas pronto y a menudo. En total, alrededor de la mitad de ellos ha cambiado de afiliación religiosa al menos una vez en su vida. Por otro lado, la mayoría de los norteamericanos lo hace antes de los 24 años y para abandonar la religión en la que fueron educados durante su infancia.
Éstas son algunas de las conclusiones más importantes de la última encuesta del Pew Research Center’s Forum on Religion & Public Life de Estados Unidos (organización que desde 2001 busca comprender la relación entre sociedad y religión), con la que se ha analizado la fluidez de las afiliaciones religiosas de los norteamericanos. El estudio, que se ha basado en más de 1.500 entrevistas, describe con detalle los patrones y las razones de estos cambios.
Razones para los cambios
Entre las razones que argumentaron los encuestados para el cambio de religión -o para el abandono de su religión-: el haber dejado de creer en las enseñanzas religiosas que les fueron inculcadas en la infancia (antiguos católicos y protestantes), porque habían dejado de creer en Dios o en las enseñanzas de la mayoría de las religiones (cuatro de cada 10 personas que habían abandonado su religión); porque consideraban que las personas religiosas eran hipócritas o críticas; porque las organizaciones religiosas se centraban demasiado en normas o, por último, porque los líderes religiosos les parecían demasiado centrados en el poder y el dinero.
Por último, algunos encuestados señalaron que abandonaron su religión porque consideraron que la ciencia moderna ha probado que la religión es sólo una superstición.
El catolicismo es la religión que más ha sufrido pérdidas en el proceso de cambio religioso de Estados Unidos en los últimos tiempos. La razón de dos tercios de los que la abandonaron fue la pérdida de fe en sus enseñanzas, y de la mitad de ellos fue que se hicieron protestantes. Por otro lado, tres de cada diez renegados del catolicismo aludieron a los escándalos sexuales del clero como razón para este abandono.
Por su parte, las personas que abandonaron el protestantismo para pasarse a otras iglesias, como la baptista o la metodista, lo hicieron más por circunstancias vitales, como el cambiar de lugar de residencia, o el haberse casado con una persona de distinta afiliación religiosa.
Edad y transformación religiosa
Los resultados de la encuesta revelaron, por otra parte, que del 56% de la población norteamericana que actualmente profesa la misma religión que en su infancia, uno de cada seis (el 16%) afirmó que en algún momento de su vida había tenido otra religión.
Combinados estos datos con el hecho de que el 44% de los encuestados ahora profesa una religión diferente a la de su infancia, esto significaría que más de la mitad de la población adulta estadounidense ha cambiado de religión en algún momento de su vida.
Asimismo, la encuesta ha constatado que los cambios religiosos comienzan a edades muy tempranas, la mayoría de las veces antes de los 24 años, y que a medida que se va avanzando en edad el cambio religioso es menos probable.
Irreligiosos pero espirituales
El estudio ha revelado, asimismo, que la “categoría” de personas no afiliadas a ninguna religión particular ha crecido más rápidamente que cualquier otro grupo religioso en las últimas décadas.
Pero, al mismo tiempo, la encuesta también ha demostrado que esta “categoría” presenta menores tasas de retención que otros grupos religiosos, porque la mayoría de la gente que en algún momento no profesó religión alguna ahora pertenece a un nuevo grupo religioso o al mismo de antes.
Para la vuelta a la religiosidad, los norteamericanos argumentaron diversas razones: la atracción hacia los servicios religiosos y los estilos del culto (74%), un sentimiento de insatisfacción espiritual (51%) o el sentimiento de ser llamados por Dios (55%).
Pero un hallazgo clave sobre las personas no-religiosas revelado por la encuesta es que este grupo de población es muy diverso. Por un lado, no todos las personas no afiliadas a una religión carecen de creencias espirituales o de comportamientos religiosos: de hecho, casi cuatro de cada 10 de ellos afirmaron que la religión era un aspecto importante en sus vidas.
Por otro lado, una parte significativa de este grupo dejó abierta la posibilidad de afiliarse, algún día, a un grupo religioso. Por ejemplo, entre aquéllos que habían crecido en la fe católica o en la protestante y que ahora no pertenecían a ninguna religión, uno de cada tres afirmó no haber encontrado la religión apropiada todavía.
Fluctuación religiosa patente
Esta nueva encuesta es una continuación de la "U.S. Religious Landscape Survey", realizada por el Pew Forum en 2007 y publicada en 2008, que ya destacó el gran número de persona que en Estados Unidos había abandonado la religión de su infancia.
En 2007, esta encuesta reveló que más de uno de cada cuatro norteamericanos adultos (el 28%) había cambiado la afiliación religiosa de su infancia. Este porcentaje incluía a personas de situaciones muy diversas (que habían pasado del protestantismo al catolicismo o del judaísmo a la irreligiosidad, etc.), es decir, de diversas tradiciones religiosas.
Si se incluían los cambios de afiliación dentro de la misma tradición religiosa (por ejemplo de un grupo protestante a otro grupo protestante) la encuesta de 2007 reveló ya que el 44% de los norteamericanos profesa actualmente una religión distinta a aquélla en la que creció.
Éstas son algunas de las conclusiones más importantes de la última encuesta del Pew Research Center’s Forum on Religion & Public Life de Estados Unidos (organización que desde 2001 busca comprender la relación entre sociedad y religión), con la que se ha analizado la fluidez de las afiliaciones religiosas de los norteamericanos. El estudio, que se ha basado en más de 1.500 entrevistas, describe con detalle los patrones y las razones de estos cambios.
Razones para los cambios
Entre las razones que argumentaron los encuestados para el cambio de religión -o para el abandono de su religión-: el haber dejado de creer en las enseñanzas religiosas que les fueron inculcadas en la infancia (antiguos católicos y protestantes), porque habían dejado de creer en Dios o en las enseñanzas de la mayoría de las religiones (cuatro de cada 10 personas que habían abandonado su religión); porque consideraban que las personas religiosas eran hipócritas o críticas; porque las organizaciones religiosas se centraban demasiado en normas o, por último, porque los líderes religiosos les parecían demasiado centrados en el poder y el dinero.
Por último, algunos encuestados señalaron que abandonaron su religión porque consideraron que la ciencia moderna ha probado que la religión es sólo una superstición.
El catolicismo es la religión que más ha sufrido pérdidas en el proceso de cambio religioso de Estados Unidos en los últimos tiempos. La razón de dos tercios de los que la abandonaron fue la pérdida de fe en sus enseñanzas, y de la mitad de ellos fue que se hicieron protestantes. Por otro lado, tres de cada diez renegados del catolicismo aludieron a los escándalos sexuales del clero como razón para este abandono.
Por su parte, las personas que abandonaron el protestantismo para pasarse a otras iglesias, como la baptista o la metodista, lo hicieron más por circunstancias vitales, como el cambiar de lugar de residencia, o el haberse casado con una persona de distinta afiliación religiosa.
Edad y transformación religiosa
Los resultados de la encuesta revelaron, por otra parte, que del 56% de la población norteamericana que actualmente profesa la misma religión que en su infancia, uno de cada seis (el 16%) afirmó que en algún momento de su vida había tenido otra religión.
Combinados estos datos con el hecho de que el 44% de los encuestados ahora profesa una religión diferente a la de su infancia, esto significaría que más de la mitad de la población adulta estadounidense ha cambiado de religión en algún momento de su vida.
Asimismo, la encuesta ha constatado que los cambios religiosos comienzan a edades muy tempranas, la mayoría de las veces antes de los 24 años, y que a medida que se va avanzando en edad el cambio religioso es menos probable.
Irreligiosos pero espirituales
El estudio ha revelado, asimismo, que la “categoría” de personas no afiliadas a ninguna religión particular ha crecido más rápidamente que cualquier otro grupo religioso en las últimas décadas.
Pero, al mismo tiempo, la encuesta también ha demostrado que esta “categoría” presenta menores tasas de retención que otros grupos religiosos, porque la mayoría de la gente que en algún momento no profesó religión alguna ahora pertenece a un nuevo grupo religioso o al mismo de antes.
Para la vuelta a la religiosidad, los norteamericanos argumentaron diversas razones: la atracción hacia los servicios religiosos y los estilos del culto (74%), un sentimiento de insatisfacción espiritual (51%) o el sentimiento de ser llamados por Dios (55%).
Pero un hallazgo clave sobre las personas no-religiosas revelado por la encuesta es que este grupo de población es muy diverso. Por un lado, no todos las personas no afiliadas a una religión carecen de creencias espirituales o de comportamientos religiosos: de hecho, casi cuatro de cada 10 de ellos afirmaron que la religión era un aspecto importante en sus vidas.
Por otro lado, una parte significativa de este grupo dejó abierta la posibilidad de afiliarse, algún día, a un grupo religioso. Por ejemplo, entre aquéllos que habían crecido en la fe católica o en la protestante y que ahora no pertenecían a ninguna religión, uno de cada tres afirmó no haber encontrado la religión apropiada todavía.
Fluctuación religiosa patente
Esta nueva encuesta es una continuación de la "U.S. Religious Landscape Survey", realizada por el Pew Forum en 2007 y publicada en 2008, que ya destacó el gran número de persona que en Estados Unidos había abandonado la religión de su infancia.
En 2007, esta encuesta reveló que más de uno de cada cuatro norteamericanos adultos (el 28%) había cambiado la afiliación religiosa de su infancia. Este porcentaje incluía a personas de situaciones muy diversas (que habían pasado del protestantismo al catolicismo o del judaísmo a la irreligiosidad, etc.), es decir, de diversas tradiciones religiosas.
Si se incluían los cambios de afiliación dentro de la misma tradición religiosa (por ejemplo de un grupo protestante a otro grupo protestante) la encuesta de 2007 reveló ya que el 44% de los norteamericanos profesa actualmente una religión distinta a aquélla en la que creció.