La mente prefiere matar un solo pajaro con cada tiro

Nuestra percepción contradice al sentido común cuando valora herramientas


Un estudio desarrollado en la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago ha descubierto que, en contra de lo que dice el sentido común, cuando la mente de un ejecutivo persigue un determinado fin, considera más eficaces las herramientas diseñadas exclusivamente para este fin. Es decir, si esa herramienta sirve además para otra cosa, es percibida como menos eficiente para alcanzar la meta. Por César Gutiérrez.


César Gutiérrez
18/07/2008

Ayelet Fishbach. Universidad de Chicago.
El último estudio de la psicóloga social Ayelet Fishbach (de la Universidad de Chicago), contiene algunas conclusiones que desafían y contradicen a nuestro sentido común, y lo que comúnmente cabría esperar acerca de nuestra percepción de la utilidad y eficacia de los medios que usamos para conseguir nuestros fines, informa Capital Ideas, la revista que difunde las investigaciones de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago.

Cuando deseamos algo lo convertimos en nuestro objetivo y buscamos a nuestro alrededor los medios de alcanzarlo, siendo obvio que el criterio que seguimos para seleccionar tales medios es la valoración de su eficacia para dicho fin. Y como nuestras vidas giran en torno a nuestros deseos, y por consiguiente nuestros objetivos son tantos, sería de esperar que, cuantos más objetivos sea capaz de alcanzar una herramienta, más valor le demos.

Por eso son tan sorprendentes las conclusiones que se desprenden de la investigación llevada a cabo por la doctora Fishbach, que dicen precisamente lo contrario: cuando en nuestra mente bulle el deseo de alcanzar un determinado fin, consideramos más eficaces las herramientas diseñadas exclusivamente para este fin. Es decir, si esa herramienta sirve además para otra cosa, la percibimos como más ineficaz para alcanzar nuestras metas.

Así, por ejemplo, si queremos escribir, y para hacerlo nos dan a elegir entre un bolígrafo sencillo y un sofisticado bolígrafo que además funcione como puntero láser, elegiremos sin dudarlo el primero. Y si montamos desde hace tiempo en bicicleta por la simple razón de que nos divierte hacerlo (nuestro objetivo al pasear con ella es pues la diversión que nos procura), y un día nos enteramos de que con ello estamos realizando además un ejercicio que beneficia nuestra salud, la diversión que sentíamos perderá parte de su gracia. Tanto, que hasta es posible que metamos la bicicleta en el sótano y abandonemos el hobby.

El modelo de disociación

Este fenómeno se conoce como disociación, término que hace referencia al debilitamiento del nexo que, en términos de utilidad y desde el punto de vista de nuestra percepción, une a un medio con el fin al que sirve.

Si percibimos que un medio que consideramos útil para un determinado objetivo sirve además para otros fines, su utilidad para el objetivo que consideramos prioritario se debilita a nuestros ojos. Además, cuanto más diferentes sean esos fines para los que dicho medio es útil, mayor es el efecto de disociación que se produce. Y a cuantos más objetivos sirva el medio, más se debilita en nuestra memoria el nexo entre el mismo y el fin original para el que en principio lo considerábamos útil.

A las anteriores conclusiones se va llegando en el mismo orden de realización de los seis experimentos incluidos en la investigación llevada a cabo Fishbach y sus colaboradores, Ying Zhang (de la Universidad de Texas) y Arie W. Kruglansky (de la Universidad de Maryland),. El sexto y último de los experimentos fue aquel en que los sujetos rechazaron el bolígrafo láser cuando se les propuso el objetivo de escribir.

Éstas y otras conclusiones del estudio las adelantaba ya la Dra. Fishbach en su anterior trabajo The Goal Construct in Social Psychology, un capítulo preparado, en colaboración con Melissa J. Ferguson (de la Cornell University), para ser incluido en el Manual de Principios Básicos de Psicología Social (Eds. Higgins & Kruglanski).

Objetivos únicos vs. múltiples objetivos

¿Significa todo esto que las personas no dan valor a los medios que sirven para varios fines o no ejecutan acciones que tienen múltiples funciones? No, por supuesto que las personas valoran esa multifunción. Por ejemplo, si una persona sale de casa de noche con el doble objetivo de tomar una deliciosa cena y de conocer gente sumamente agradable, intentará elegir un restaurante en que pueda hacer las dos cosas. Incluso se conformará con un local que le procure una cena sólo “moderadamente” deliciosa y en el que pueda conocer gente sólo “moderadamente” agradable, si a cambio de esa merma en el nivel de exigencia de los objetivos individuales puede abarcar ambos con la misma acción, y conseguir ambos al mismo tiempo.

Pero, aparte del hecho de que esto último no hace sino confirmar el fenómeno de disociación en lo que respecta al grado de utilidad de un determinado medio con respecto a una única meta, las conclusiones del estudio se refieren precisamente a esta última situación: cuando nuestros deseos se centran exclusivamente en alcanzar un determinado objetivo, preferimos usar un medio que sirva sólo y exclusivamente a ese fin y, si tenemos oportunidad de elegir, desechamos los instrumentos o herramientas que tengan además otras funciones. Por mucho que nuestro sentido común nos diga que esta multifunción es ventajosa.



César Gutiérrez
Artículo leído 6159 veces



Más contenidos